24 de diciembre de 2006

¿Libertad?

Gabriel Jaraba

La muerte de la autoría: ¿cómo creer en ella? El capricho, la necesidad de contar la experiencia propia, con el fin de desprivatizarla, insertando los acontecimientos en la ciudad horizontal, nos conceden (nunca seremos dueños de las cosas) la libertad de levantar la voz sin ser interrumpidos.

No estoy seguro, nunca estoy seguro, de que estemos dispuestos en el mismo grado para la libertad de escuchar, una libertad efectivamente más profunda, que no mira ni al cielo ni al abismo, que se conoce dentro de una red sólida, lo inverso de la claridad, una esponja...

¿Por qué nos gustan tanto las metáforas? Su libertad es también una cárcel para la intención de significar, de forma que otro comprenda. Aunque vivir en/entre los huecos de una esponja representa una libertad más pesada, densa, oscura...

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El miedo a ser traicionado, por una parte; la mala voluntad, el conocimiento y gusto del mal ajeno, por otra. Odiando el sufrimiento propio, amando el ajeno, tenemos que vivir dentro del mismo círculo, un miedo inseguro.

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¿Por qué creías en la mala suerte? Representa la negación de un efecto de algo que no podía ser causa: nada es porque nada había. Los ritos minúsculos, las uvas de la suerte, no bastan. Se necesita la amistad de hombres buenos, vivientes en la ciudad de los mortales, modestos y limpios. Dicen, sin que nadie se lo pida, que la felicidad no es fenómeno de este mundo: por esa razón nos inventamos a Dios y la voluntad libre. Al decir todo esto no me atreví a querer escuchar. En esto sí jugó el azar.

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