/Las calles pertenecen a las mujeres que se aman:
"Esta calle se llama Calle Asja Lacis, nombre de aquella que como ingeniero la abrió en el autor".
También a la diferencia de caracteres, según la intención de la política aristotételica, que no soporta hombres iguales en la fundación de su ciudad. Si fueran iguales, ¿por qué habrían de gustar aquello de lo que carecen?, ¿para qué vivir? (según la cita introductoria de Carne y piedra, de Richard Sennett)./
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(Lugares de la narración)
Terquedad de los pronombres: yo, tú, él. Se pegan a la piel, se quedan con la piel. Decid, qué hacemos con ellos, luego, nosotros? De qué sirven? Señalan funciones de su (?) discurso: presente/ausente; las conversaciones vivas de los hablantes, la memoria virtual de los muertos.
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(Ingeniería filosófica: Antonio Lafuente, Abcd, 2-8 de septiembre de 2006, pp. 46-47; también aquí)
Una vieja confusión con las monedas, las cosas. (La moneda rota es símbolo porque ya la moneda es, contiene, un valor; señala la cosa, lo pragmático: la duda ya inicial entre generalidad y particularidad, abstracto y concreto; vid. J. P. Vernant, Los orígenes del pensamiento griego.)
Las proposiciones no naturalizadas. no fisicalizadas, desterradas a los arrabales del pensamiento. Ni eso! Devueltas al corazón, a las emociones. El comprador adquiere los términos para poder experimentar la alegría del consumo, cumpliendo su deber irracional. (Vid. A. MacIntyre, Historia de la ética.)
¿Por qué no vamos a entender la guerra y el crimen totalitario como si fueran nada más que una irregularidad que perturba el negocio? (Polémica Copleston/Russell). Pero ni Dios ni sus efectos impersonales (los valores) han muerto. (Creer eso es tener por verdad el último chiste eurocéntrico, una vanidad del que está dilapidando la herencia, y está contento.) Señalar las dificultades del asunto, la permanencia teológica, exige mucho más que la satisfacción experimentada a causa de todos los logros de la ingeniería, también la filosófica -en la red (forzando las metáforas, que ya de por sí son violentas). Ah! nada más que los conceptos revelados, positivados: ¿Cómo va a constituir esto una verdad? ¿Surgida de un laboratorio? (No de la physis).
Comprad, malditos, aunque sean conceptos en tabletas.
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