31 de mayo de 2007

Impresionismo moral

(Horas de los días)

-la abulia,
-la presión suave de la piel, conscientemente efectuada,
-el lujo del Salón Inmobiliario de Madrid, según las imágenes que veo en TVE: belleza fría e inmortal.

(SK)

Un estadio (el que he enumerado de manera incompleta), en efecto, hecho de promesas y de aburrimiento: estética y donjuanismo.

Parece imposible una lectura plenamente ingenua. Me quedo con el sentido no evolucionista de los estadios o esferas de K. Con la idea del salto de una orientación vital determinada a otra: ascenso o caída; pero no progresión---

Un lector ingenuo debería ser alguien que lo conociera todo, y que por eso pudiera desprenderse hasta de sí mismo---

El regulador de horarios y el "Galug"

En julio del año 2032, en Écija, a donde me habían llevado ciertos pecadillos docentes (como la escasa vocación por la enseñanza, y la aun menor por el tránsito a través de los vericuetos-trampas burocráticos), yo, digo, ejercía de Educador ciudadano, con el rango de Profesor demérito, aunque me correspondía verdaderamente estar ya jubilado, pero no me lo había permitido la administración educativa, que tan bien vigila por el bien de las almas de sus ciudadanos, a causa de esos defectillos míos reseñados. No digo que les hubiera resultado efectivo el castigo, que no era el caso, pues yo ya estaba acostumbrado a defraudar las buenas expectativas que respecto a mi persona se hacían los jefes, sin demasiado costo -lo confieso- para mi conciencia moral endurecida (y yo diría, ay, que cínica). Podía soportar la larga jornada que el Regulador de horarios (El Infame) había dispuesto para los afortunados habitantes de la Hispania en la primera década del siglo XXI: todos los días de todas las estaciones de todos los años me tenía que levantar a las 6:30 AM, hiciera calor o frío (aunque esta circunstancia en la bella villa ecijana no era muy común, se producía tan de tarde en tarde que no se conocía ningún caso). Llevaba un poco peor que a las cinco de la tarde (05:00 PM) todas las tiendas y comercios del lugar estuvieran cerrados, con el fin (dispuso el Infame en su obra demoníaca) de poder conciliar la vida familiar y laboral. Los que tenían niños pequeños podían satisfacer sus largas horas de no hacer nada bañándolos y rebañándolos, ayudándoles a hacer los deberes y deshaciéndoselos (lo que los niños no acababan de entender), que ese había sido el antojo del ministro J. S., amo del Regulador. Sin embargo, los que éramos de edad avanzada no podíamos perdonarle al infame regulador las tardes y noches de tedio, mirándonos a la cara, sin niños que bañar, sin deberes de ningún tipo que hacer, anticipando el infierno a pequeñas dosis. Pero como tengo buenos sentimientos, aun eso le podía perdonar si me esforzaba un poco, pues sé que son muchos los llamados y pocos los elegidos, según la prédica religiosa a la que había acabado dando rango normativo la Junta de Andalucía. Lo que me hacía mesarme los cabellos de desesperación, a través de las capas de sudor que cubrían mi frente, era que ni en Écija, ni en ningún sitio del universo a donde hubiera llegado la influencia nefasta del malvado inspector de los relojes, era posible comprar un helado, pues todas las heladerías de la villa habían cerrado a las cinco de la tarde, a la misma hora en que salían los niños del Colegio general Primario y Secundario (no universitario), cumpliendo con la disposición más atroz de todas: la puntualidad, recogida en el mandamiento "No conoceréis más los diez minutos de cortesía, de salir antes o de llegar tarde".

30 de mayo de 2007

Heterodescripción

(De silentio)

"Torpe, nervioso, amilanado, resentido, doblemente torpe, esquivo, culpable por su poco carácter, etc., ¿cómo podría nuestro hombre ser objeto de ningún deseo?

Perdía todas las discusiones, injustamente. Lo sentía así, y, con un orgullo errado, no se atrevía a decirlo, ni los demás estaban interesados en escucharle."

***

Este otro, nada querido ni amante, no deseaba ningún nombre para sí.

Notas

(A propósito de Temor y temblor de Kierkegaard)

Según lo que leo en James Collins (El pensamiento de K., FCE): se puede hacer una lectura moderna y sociológica de los conflictos de la fe. Los nombres de ésta (esperanza, resignación, absurdo... ) mientan la parte residual de los conceptos (sea la universalidad kantiana, racionalista, neoclásica, sea la más vaporosa gira -del todo por el todo- del espíritu hegeliano), i. e., aquello que no se somete a los planes de la administración de las cosas y las personas. La fe es, básicamente, no utópica: hostil al plan, amante de las diferencias que se mantienen ocultadas por los planes.

Leyendo TyT, pienso que la fe puede ser sacrificial, inquisitorial, si cabe -y lo sabemos-; también puede llevar al ateísmo a ciertos espíritus; pero no puede ser genocida. La fe religiosa; porque la fe política -la extensión universal de ciertas bases éticas, nacionalistas, racistas o comunistas- sí han dado lugar, de facto, a la extensión correlativa del mal: dolor y muerte.

(Aunque ninguna certeza: yo.)

Un animal que sufre

Escribe sin alegría, de manera equivocada: separados sus pasos de los pasos de la otra calle.

***

(SK)

El salto: cercano, todo o nada, a la desesperación; Dios o el abismo.

La verdad del espíritu: paradoja que se parece peligrosamente a la impostura; como se parece el Salvador a la Cristiandad.

¿Quién juzga esto? Cuando no hay razones: la relación categórica con Dios, solitaria y entregada, no viene a consecuencia de un método de claridades y reglas… sino –al contrario- a causa del abandono definitivo de la luz falsa (social, racionalista). Credo quia absurdum.

29 de mayo de 2007

S. K., TyT

(Aire de familia, historia de la razón)

El buen Fausto: genio de la duda y la simpatía. Reúne en su carácter la inspiración socrática y la ambición cartesiana, de la época en la que el diablo se hace mayor y vuelca su ambición en la política terrestre (la Modernidad): la simpatía fáustica constituye una figura adecuada de y para la formación y el mantenimiento de las sociedades. Sabemos, por Aristóteles, que éstas (y, por lo tanto, la amistad que las cimenta) dependen de la benevolencia recíproca, de que el otro no sea percibido (solamente) como enemigo mortal.

...

El hombre que ha ingresado en la era de la razón nota que le falta algo -todo parece tan descarnadamente humano y previsible!

Confía -él- sólo en el improbable azar -llamado Dios, amor y nombre-, en los encuentros...

Saliéndose del lenguaje, percibe en el último momento la amistad sospechosa de saber y locura: la fe es solitaria, la gracia también. Esa vida -en silencio- es el absurdo, la ausencia de una palabra comprensible -común- para el oído, la cosa inefable.

Escribir...

1. Escribir todo, contar todo: se lo propone quien no puede hacerlo.

1.1. Narrar implica desconocer, como causa de la narración y como consecuencia de la misma.

...

La minifurgoneta de mi ruinoso partido (por lo menos en A.) llevaba en una de su ventanillas laterales (me dijeron) un cartel de "Se vende", a la vez que la foto del candidato. (Y en la placa delantera de la matrícula el nombre del orgulloso propietario: Manolo. Creo que sordomudo, asunto peliagudo para las cuñas de propaganda política, y que ya referí en este Diario de campaña. Así como recuerdo, por experiencia propia, que tengo a los sordomudos por personas excepcionalmente inteligentes y bondadosas, con el único defecto de que a mí -como hijo- me ponen el listón muy alto. Amén. )

...

Las interpretaciones son (serán: ellos se han reído) graciosas, y sencillas, pero no mueven precisamente al voto. (Yo, personalmente, me tengo por un ser honesto que se equivoca en casi todo lo que emprende, o que carece de voluntad: lo que tradicionalmente se conocía como un pecador.)

***

[Debo recordarme a mí, a propósito de todo, la idea de que la significación lingüística se conforma, en medida que desconozco, en las intenciones ¿subjetivas? del hablante. Al margen de los símbolos concretos. Sin símbolos, quizás. A través de la socialización y de los genes, quizás también. Esto será evidente, pero no sé lo que quiere decir. Me pregunto, ahora: ¿Debo recordármelo?]

***

(Kierkegaard)

El particular, el único, ajeno al sistema: libre. Porque mantiene como particular una relación absoluta con lo absoluto. I. e., el diálogo personal (yo-tú) de la criatura con su Dios. El movimiento en soledad que desencadena la fe, el elemento donde vive la religión, el lugar de los "caballeros de la fe" (quijotescos, reaccionarios), logra una intimidad que no conoce la ética, los actos obligados por la reflexión conceptual, la relación mediata con un Dios ideal (kantiano y hegeliano): Dios, Él. Corresponde a la vida de los "héroes trágicos", justificados por el bienestar colectivo, fundadores de utilidad y sociedades (progreso).

28 de mayo de 2007

Kierkegaard

(Debo leer sin la mediación de un falso saber, aunque sea imposible: todo mi saber es falso, inexistente... )

Imposible leer así, pero necesario: como si nadie pasara los ojos por la página.

Me quedo con la figura del "héroe trágico", opuesto al "caballero de la fe": el que agota las posibilidades de la razón (la ciencia, que no conoce K. el danés, culmina en renuncia ética) vs. la donación entera de sí a la gracia, a la ganancia infinita de lo finito, con la vuelta del tiempo después del abandono en la eternidad, etc.

El desgarramiento amoroso es figurado en el ascenso sacrificial de Abraham (Regina Olsen = Isaac). Pero también podría figurarse todo el desastre de soledad, guerra, enfermedad y dolor de una época, capaz de banalizar el bien, tanto como el mal...

Cuestiones de e-mail

"¿Qué me puedes decir de Temor y temblor? Aparte que se me hace un poco duro (tan liosos debieron ser los hegelianos como los del partdo opuesto), a veces, ¿cuáles son las claves para leer el libro? ¿El anti-Kant? ¿El post-Kant?"

***

Entiendo un poco lo que se me quiere señalar como estadio ético: el bien público, lo general a que se somete el interés individual, el concepto salvador, etc. I. e., ni anti- ni post-kant: antes bien, el despliegue de la razón crítica (mundana, científica, social, matemática, antropocéntrica... )

La fe señala el dominio de la paradoja, de una totalidad contradictoria y absurda (la del Credo) que lo gana todo con el deseo que manifiesta en el mismo instante que renuncia. Aunque sin mediaciones (el negocio filosófico del seguro racional, el método común).

No es extraño que filisteos, hipócritas, gentes de la vida pública, caigan como buitres en este juego de la apariencia y la autenticidad, tan tentador, chic, cool.

Cinismo

Es la acción la que pende de un hilo -del techo, de la duda.

Cómodamente levantamos un poco la cabeza y consideramos las facetas del problema: moviéndose ahí, delante de nuestros ojos que, asombrados, lo eternizan. No saben lo que hacer y a su irresolución la denominan su infelicidad.

Para el sujeto que observa, durante un tiempo no muy grande, la belleza que se mueve, no existe la belleza como tal, sino un error, nacido de la imprudencia.

Las decisiones...

... pesadas, contrapesadas, balanceadas en el tiempo de la duda, generan una ansiedad mayor incluso que la que las hace urgentes.

Un hombre adulto ve más difícil emprender un camino: la experiencia lo ha desengañado. No observa la aventura, sino el aburrimiento venidero.

27 de mayo de 2007

Gloriosa derrota

(La verdad)

¿Quién me mandaría a mí ir a buscar votos?

¿Quién es ese apoderado que lee a un gran danés y no se esconde?

Cuestiones

"Me voy a la pedanía de Las P., con mi credencial de apoderado."

¿Cuáles son las condiciones de verdad de un juicio que contiene la expresión de las intenciones de actuación (por parte) de un sujeto?

a) La sinceridad de la proferencia, individual. En efecto. En el sentido de compromiso y responsabilidad (autenticidad) hacia (con) lo que se está diciendo.

b) La conducta de los demás, si cancelan -de cualquier manera- la realización de las intenciones.

c) El mundo, que es, entonces, parte de la verdad.

***

(Kierkegaard, Temor y temblor)

Los actos triviales, irresueltos, de un apoderado electoral, concuerdan con el ejercicio de la reflexión (renuncia, ascetismo, resignación... ) que da a luz la conciencia eterna, la infinitud en tanto negación de lo determinado; y, como tal y simple negación, solicita a lo más alto la completud que sólo (la) da la fe.

Los actos particulares constituyen, convenientemente ligados, los hábitos y los afectos: la caballerosidad y el amor...

Diario de un apoderado

"Andaba por la tarde, resguardado de la hermosura. Al pararse bajo los dos álamos del camino, cerca del río, atendían los oídos al canto común del viento y de las hojas, se admiraban los ojos de la sombra de allá arriba, y nadie quería echarse a andar en la hora perfecta."

(Venía de la casa que se están construyendo unos ingleses un poco más arriba, en la ladera del monte, al otro lado de la carretera. Hacer un desmonte, recortando el terreno sin necesidad -hay terreno de sobra-, para construirse una vivienda propia -las vistas son estupendas desde el lugar, cierto-, debe quebrantar alguna norma divina. Aparte de la torpeza de cerrar un barranco y fabricarse una presa de aguas torrenciales para castigo propio. En fin.)

***

Me voy a la pedanía de Las P., con mi credencial de apoderado. Debo parecer, con el enorme tarjetón colgandero, un miembro de alguna logia o estrafalaria secta. Amén.

26 de mayo de 2007

Hipocresías

Mercedes Monmany analiza de forma ecuánime la recién publicada en España autobiografía de juventud de Gunther Grass (Pelando la cebolla, Alfaguara, 2007). La Monmany nunca me decepciona. (Soy altamente exigente con estas cosas y no soporto las críticas de oídas, o que lo parecen. Que esté equivocado o no, ya es otra.) Creo que da en lo esencial del asunto: el carácter reactivo de la escritura de la memoria, desde la más referencial hasta la más ficcionadora, su base en un motivo de ocultamiento vital (las trampas) que, de todas formas, presiona constantemente: neurosis y/o escritura; la verdad desnudando las excusas y las racionalizaciones. Sólo que en el caso del nazismo de Grass veo yo (i. e., nadie) la enésima encarnación del filisteísmo: considerando que el escritor nació en 1927, debía tener dieciséis o diecisiete años cuando se enroló en las SS. Eso no le libra de responsabilidad (deuda, culpa), pero es notable la incoherencia con la corrección informativa actual cuando se habla de los crímenes cometidos por menores de edad, sustantivados y etiquetados éstos (ontológico-moralmente) como "menores", y hasta como "niños". Pues qué bien. Si se trata de percibir de forma científico-social las desviaciones de la norma moral-legal, victimizando a los infractores, me tengo que preguntar a qué clase de fe, de ignorancia, de superstición, etc. nos acogemos, cuando no queremos reconocer en las decisiones de la juventud alemana el efecto de ¿la más? portentosa máquina de propaganda que haya existido.

Quizás se trate solamente de vender libros.

...

Lo de Babelia, suplemento cultural de El país, ya resulta preocupante. Nada que (me) interese, y soy bastante contentable en ese aspecto.

...

La derecha moral se rasga las vestiduras por unos "materiales" educativos puestos a disposición de los profesores por parte del Ministerio (mírese Libertad digital). Naturalmente sin ver lo esencial: que no es la inmoralidad del asunto, sino su autosatisfecha estupidez, la de todos. (Ambigüedad.)

***

Nota: No puedo escribir en cursiva en el blog. ???

Ánimo inconstante

Inmediatamente después de escribir se perciben las cosas de otra manera, el día es otro, también la luz y los objetos...

Terapia de las palabras, de la escritura que engendra un mundo de ideas: no vino primero el concepto para ser pintado, y accidentalmente leído por otro ánimo que comunicaba el mismo sentimiento; al contrario: vino la magia de la inscripción y su valor curativo, o paliativo.

La dispersión...

... llega sin avisar, manifestando su afición por los gestos triviales y repetitivos, de los que nos hace sus víctimas. A algunos de nosotros nos favorece especialmente, dándonos anticipos de la muerte en (la) vida.

(Nunca pude trabajar bajo presión: ni mandar a paseo la presión, /que/ seguro que /es/ la mejor forma de vencerla. ¿Por qué no se pueden aceptar los fallos e imperfecciones de uno más que en teoría; es decir, de manera falsa, abstracta, incompleta, etc.?)

Los actos del cerebro, en tanto aprensiones irracionales, o a la manera de reflexiones conscientes, obsesivas, incapacitantes, etc., distinguen el discurso nuestro (y cuánto desearíamos poder referirnos a "ellos"; o mejor, a una sustancia impersonal que nos usa como espejo, y nos da de lado cuando ya no le servimos) de la espontaneidad literaria: igual que /en/ un amor ajado...

(Parece que nos hubieran enseñado a vivir, a pensar y a escribir en las Facultades de Medicina; es decir, en los lugares de la enfermedad.)

25 de mayo de 2007

La obligación...

... de contestar.

Alguien ha tenido una conversación con los libros y tiene que referirla. Una vez que los libros se han retirado a descansar.

Pero es mi conversador un irresponsable, poco dispuesto a endurecer su conocimiento y aportar pruebas de lo que entiende.

***

(Lao Tse)

Sin comprender del todo las objeciones, sin comprender casi nada a Lao Tse... Sin comprender...

Identificando (yo) el saber taoísta con el silencio, se pregunta por el alcance de esa identidad, cuestionando el valor de uno de los términos de la ecuación; es decir, el valor del silencio, su equiparación o no con el "sentido de las palabras" (la facultad del lenguaje) o con todos los sentidos (el cuerpo) humanos.

No obstante, no me atrevería yo a limitar las palabras a un "sentido" (una disposición, particular entre otras, de la humanidad): se trataría, más bien (pienso), de la razón humana, de su plenitud, real o potencial (eso no importa, ni lo vamos a conocer; la perfección es un ideal, nombrado como Dios). Por ese motivo, también creo que tendríamos que cuestionar (si a eso vamos) la definición de saber con la que vamos a jugar.

Me contentaría con definir un saber como aquel desarrollo de la inteligencia que genera un perfeccionamiento de los seres humanos: de origen y efectos sociales, debe, sin embargo, representar la obligación de todo ser humano que viene al mundo. De ahí que valga tanto la tradición (las respuestas alcanzadas) como la novedad (las alcanzables). Me tendrás que reconocer que no estás delante de un valor que cotice al alza: provoca inquietud, infelicidad y da dolor de cabeza, en tanto político que soy sé que resta votos... (Aficionado también a la ironía, los votos no deben importarme demasiado; más bien debería preocuparme su exceso.)

Un saber así comporta un conjunto de proposiciones, abierto, limitado, falible... Mi saber no quiere ni puede ser dogmático, ni yo tampoco deseo que tenga esas tentaciones (propias de científicos y de políticos profesionales). Reduciendo todo lo posible el conjunto (de las proposiciones), adelgazando lo que decimos, los errores tienden a ir a cero.

Aunque, seguramente, también el saber se aminora: hacia esa totalidad inmediata de ser y nada (casi el mismo vacío) que desencadena, al mismo tiempo, el proceso hegeliano del espíritu y la conciencia (su explicación temporal y eterna) y la palabra del poeta (el descubrimiento del mundo, su verdad contenida, vuelta en un asombro). En ese desorden, que bulle de nada y de ser, todo está, el silencio y la palabra, la riqueza de la mirada y de la caricia, en las que el cuerpo se abandona y nace el hombre; como también el ruido y la ceguera que produce el hablar demasiado alto, la vanidad y las ambiciones.

El conjunto de máscaras de que se va poblando la vida social va dificultando progresivamente la visión de lo más esencial. Pero lo más esencial tiene que ser también dicho. No pertenece a los primeros días del mundo indiviso y potencial, sino a lo que van diciendo y pensando los seres humanos (la poesía y verdad goethianas, la repetición enteramente humana, imperfecta, de la divina creación). De esa manera, lo que sabemos es nuestro lenguaje, nada más y nada menos. La mirada y la caricia estaban ahí, pero nada más que como la belleza del mundo que pide ardientemente la obligación de que alguien la muestre, que alguien sienta esa obligación.

[Como epígonos de Nietzsche (todos nosotros, el gremio decaído de los filósofos nocturnales), aceptamos el primer día que la verdad era mujer: por esa razón somos interesadamente occidentales, porque somos enemigos de las cosas encubiertas.]

Aunque seguramente no he respondido. Ni acerca de Kierkegaard. ¿O sí, de algún modo? (Johannes de Silentio)

Realmente no pienso que Lao Tse estimara demasiado la humanidad: dejó sus proposiciones en la frontera. Para la memoria de los hombres futuros.

***

Aquella vez que nos sentimos humillados pudimos regresar de la vergüenza dándole la vuelta a la situación: hemos caído en el fango, algo que conoce exactamente el que lo sufre. Eso significa que no nos habíamos creído demasiado arriba. Sólo después viene un modesto orgullo -rencor, quizás- que no va tanto con nosotros sino con las obligaciones contraídas tiempo atrás con los padres.

24 de mayo de 2007

Ineptitud, felicidad del tiempo, irresponsabilidad...

Las decisiones no se mantienen, independientemente del tamaño del camino que abran...

... quedan abriendo sólo caminos del pensamiento, métodos puros, estériles.

El punto de honor no existe más que como idea: en lo particular, inocente o impotente; colectivizado, el honor engendra el crimen, de raza o de clase.

***

(En torno a una lectura debida: Imitación y experiencia, de Javier Gomá)

Dejándome ir yo, abierto a la letra, receptor perfecto -por lo menos puro-, consigo una norma para la que me basto yo solo: en tanto nadie, casi un objeto en el que la imitación tiende a perfeccionarse como experiencia propia.

Honor herido

(-¿Aufklärung? ¿Y cuándo dice Vd. que va a actuar ese grupo en España?)

Nada de "eso" me parece tan importante como para ponerse a escribir, a quejarse: sólo unas opiniones sectarias o ignorantes, adormecedoras.

Líbrenos Dios de los consejos, de recibirlos y de darlos.

...

Qué mediocridad y qué miseria, pretendiendo limitar el valor del ejemplo a los actos mínimos mostrados y ocultos.

Líbrenos Dios de la pereza, de los perezosos y de serlo: nosotros, que tenemos el sacrosanto deber de ser informados. Pero buscándonos nosotros la información, sospechando de las buenas intenciones de los que se ofrecen a guiarnos por el camino, gratis.

Gratis no hay más que el alma, si se es tan tonto como para regalarla.

***

Obligado: a responder a las cuestiones que me hizo sobre Lao Tse. A capella -como quien dice; a pelo-, pues no sé casi nada.

También al comentario escolar de A. Machado y JRJ. Por ver si se da la unidad del concepto poético en dos cabezas poéticas distintas: una palabra entre brumas, surgiendo a través (¿entre ellos?) de los móviles límites de la experiencia; de los sentidos que ya no son sueño (infancia, religión) ni todavía vigilia (razón pura).

***

(El tiempo no me deja pensar, cuando falta. Cuando me sobra, no sé pensar. Pues vaya!)

Ediciones accesibles en castellano de Filosofía y poesía de Mª Zambrano:

-Fondo de Cultura Económica, 2001
- ...

¿Nada más?

23 de mayo de 2007

Poética

Fe de erratas (de escribir rápido, sin comprobar): el libro de María Zambrano es Filosofía y poesía, al que pertenece el capítulo "Pensamiento y poesía".

***

El siguiente poema de JRJ expone la cualidad del concepto poético:

¡Intelijencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
...Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que las conocen , a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mi vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!

Juan Ramón Jiménez, extraído de Eternidades:

El lenguaje de los sordomudos

(Surrealismo político)

Elegir como conductor de la furgoneta de propaganda electoral a un sordomudo: para atronar a las gentes o para que no se emitan los mensajes.

...

Mi prejuicio al respecto marcha al revés: lejos de la creencia en el valor de la palabra hablada que mantiene el régimen electoral argentino -los sordomudos no pueden (¿no podían?; ¿pueden ya?) votar, confiando quizás en la etimología de la expresión correspondiente a la "falta de razón"- opino que son superiores en inteligencia y bondad, y que la palabra se sostiene solamente (la sostienen ellos, con la vida diaria) en su intención lingüística, plenamente moral y natural. Lo cual conozco según mi directísima experiencia, y según va corriendo el tiempo desde que murió (en 1996). No albergo ninguna esperanza de alcanzarlo, sino meramente de ser digno del recuerdo. Es su único defecto, que me pone el listón muy alto y no me da tregua.

Mi prejuicio es a la inversa.

22 de mayo de 2007

El pensamiento de uno...

... por interposición de otro, de un grande:

Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.

Desperté. ¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso.

...¡El limonar florido,
el cipresal del huerto,
el prado verde, el sol, el agua, el iris...!,
¡el agua en tus cabellos!

Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento.

(Antonio Machado, Galerías)

***

María Zambrano, en Pensamiento y poesía (1ª ed. en el año de plomo de 1939), cita un verso del poema machadiano para dar ejemplo de la experiencia poética y de la paradójica unidad de la palabra que tiene el deber de sostenerla:

"Mi corazón latía
atónito y disperso."

***

Hay un estudio, de Victoria León, del poema en: www.abelmartin.com/critica/leon.html

***

Pero ¿qué es lo que uno tendría que pensar al respecto?

Consejos

(Prudencia)

El saber que da la vejez, los desengaños en forma de proposiciones sintéticas de la experiencia privada.

...

¿De qué sirve? De poco ante la pasión y el rencor: depositados en los genes, en la familia, en la tradición cultural.

Sirven de poco los consejos a los jóvenes, que parecen tener los oídos desagradecidos. Tampoco sé si vale para algo disfrazar este conocimiento de tolerancia. No tengo por seguro que el exceso de tolerancia vaya a engendrar ningún bien que la severidad no trajera de manera más inmediata: con menos gasto y dolor, en el fondo.

...

No me parece tan extraño que haya que entender un poco a Sarkozy y la atracción por Sarkozy: una vez deshechos -desechados- los ropajes de la vindicación conservadora, la casquería ideológica; lo mismo que las rasgaduras utópico-juveniles (plenamente ignorantes acerca de la historia de por dónde pueden ir las cosas de los jóvenes cuando las épocas se ponen feas).

21 de mayo de 2007

¿Qué pensar?

Del gato, inmóvil sobre el poyete del muro, al lado de la rambla, ayer; del hombre que me quiere vender el perro y me pregunta si me gusta la caza, hoy. Ni la caza ni los toros -es mi respuesta; y que comprendo que alguien tenga esos gustos...

Nada. Igual que esos objetos lingüísticos que están ahí, duros, compactos, enfrentados. "Nada" tienen en común los gatos y las palabras, más que la inefabilidad, o el asombro del paseante.

...

La bibliotecaria, joven y guapa (si no fuera esto abundar en lo mismo: reiterar en y sobre la verdad de los años que prometen), me ha dado una sorpresa: se acordaba de mí (?) y me ha dicho que han llegado unos libros que yo había pedido, por si pudiera ser (derechos del lector en las bibliotecas municipales: los de pedir, a ver si el dinero de las arcas llega para estas cosas), entre ellos el de Javier Gomá, Imitación y experiencia (Pre-textos).

***

(Obligaciones con un amigo; hacia la filosofía, deber que está más allá de mis alcances, y la caza más noble: la de las metáforas que quisieron ser conceptos y conservar lo bello de la palabra poética)

Kierkegaard, Temor y temblor: el salto hacia la fe, después de la juventud y luego de la resignación. A ver si logro entender esta metódica vital, desencantada y agradecida...

...

¿Por qué no el salto "contra" la fe? Los argumentos de R. Dawkins, en El espejismo de Dios (ed. Espasa), contra los teístas, creyentes, etc. son, a veces, de una simplicidad que pasma: por eso seguramente el libro se convertirá en un clásico, a causa de la frescura de las preguntas/sugerencias/aportaciones/respuestas... que no quieren dar por terminado el diálogo, depositando el pleno saber sobre la mesa. No. Dawkins incita a contestarle: sus aires demagógicos, la argumentación casera, autosuficiente...

Blogs políticos

Es una horrible bola de nieve (sucia y hasta dolorosa, en la imagen que me hago de ella), que se va acrecentando cada vez más. No capto muchas de las alusiones de los que están en el secreto, por más vueltas que le doy al asunto. La política parece sin alma cuando desciende a los detalles, lo mismo da que nos interese Madrid, Andalucía o el pueblo de uno...

Será que estoy demasiado alejado... ¿de qué? De la verdad y de las sombras. Puede ser. Del gran teatro mundano...

Soy más feliz cuando todo eso me da igual, cuando desprecio la bola de nieve y digo que la desprecio.

Ocupado en la lectura de los blogs políticos, no vivo. Escribiendo que no vivo, algo me toca.

(Al final se acaba cayendo: se quiere estar informado, fundir la falta de vida privada en/con la vida de todos.)

20 de mayo de 2007

No parece...

... sencillo sustraerse a la bola mediática: la referencia que lleva a la referencia que lleva a... ¿ninguna parte? ¿La espiral de una mala infinitud que repite un mal pensamiento?

...

... intentando conseguir, a la vez, una comprensión adecuada (acerca) de la posibilidad y necesidad de una lectura actual de Temor y temblor; "adecuando" la estadificación espiritual de Kierkegaard (estética, ética, religión) al interés por un punto de vista auto/bio/gráfico (acerca) de la sociedad: en el fondo no se trata más que de restar el romanticismo y la fe a una postura individualista radical, antisistemática, antipolítica, desencantada...

***

(Su esplendor es mi derrota.)

Lecturas

a) Invitado por un querido amigo a unas lecturas hechas en la Universidad de A.: en junio toca Temor y temblor, de Kierkegaard (mi ejemplar: ed. Tecnos, 1987, trad. de V. S. Merchán).

Me comprometí a hacer una lectura/comentario propio, ingenuos (si fuera posible tal cosa: porque si fuera ingenuo todavía podría ser un poco sabio; lo poco que sé me hace más ignorante, etc.)

He comenzado. Y ¿qué? Conozco -anoto yo que refiere K.- la tentación de sistema, la inclinación a rebasar estadios, a dejar los otros atrás: condenando a la ingenuidad la duda cartesiana y la certeza de la fe. Como meros estadios, fases superables...

b) En un orden muy diferente de cosas: en el suplemento cultural de ayer de Abc se ocupan de la suerte de la figura del intelectual, aprovechando la victoria de Sarkozy en las presidenciales francesas y su deseo de dar por acabado el espíritu del 68. En esa línea, los colaboradores de Abc se suman a la requisitoria, alcanzando a la figura contemporánea entera del "intelectual", de Zola en adelante. Me parece que tal es el sentido de las colaboraciones de Rodríguez Genovés, Lassalle, Porta Perales y Valentí Puig.

La verdad es que, esta tarde, estos artefactos retóricos de nacimientos y muertes dentro de la cultura me resultan incomprensibles. Ah, la tentación "organicista", la fijación por hacer las biografías de la historia...

En campaña...

... en segunda fila. (Barrio de San Antonio)

No quiero nombrar a aquél que sostuvo que la magia de la palabra había movido la historia o el mundo. Pero podremos adivinarlo, porque su logos no viene de lo alto y del bien, sino de la sangre oscura y del resentimiento. No vino a salvar del dolor y la muerte, sino a purificar el mundo, sin el debido conocimiento del bien. Hombre que encarnaba el abismo, tuvo que hablar con las gentes, sacarlas de su hábito natural, convencerlas con los discursos y la mirada. Finalmente perdió, aunque ganara, porque la faltaba la prudencia que intelige los límites correctos, sin ser una ortodoxia sino su negación.

En mi barrio pobre y descabalado son los viejos los que escuchan y llegan a discutir, y una pobre mujer abandonada a la que se la cae la casa encima, tan pobre y sola ella como su casa. Lo fácil es mirar para otra parte, sin saber qué hacer: escuchamos (los seres humanos) sin paciencia, contra el deber de oír.

Pasa el ocupante, o los ocupantes, de un Mercedes de segunda mano: nos grita algo, aunque al principio parece un aullido. A la vuelta se le entiende mejor (PSOE! PP!). ¿Qué quiere decir? (Pues no somos de ninguno de esos partidos). El giro del coche, rápido, por la calle estrecha me deja pensativo... Y sé muy bien por qué, lo que estoy pensando y lo que temo, lo que voy recordando o imaginando que recuerdo...

Al cabo de un rato, bajan las gitanillas cantando (otra cosa no podía ser), mostrando una timidez inesperada cuando me sorprenden en la esquina de la plaza. ¿Su canto es una defensa?

19 de mayo de 2007

Gracias a...

... un desorden descomunal en mis archivos (y también a su inexistencia), a mi sentido para el caos, en el que me he estado entrenando toda mi vida, no he podido encontrar una magnífica muestra de esa prosa de carpintería (por lo reseco y duro de la materia, no por la finura del trabajo) con la que pretendía ejemplificar mi modesta idea acerca del stalinismo piadoso que afecta a los formadores de opinión ortodoxos.

Lengua de madera

Se dice de un producto comunicativo de factura especial. Está gobernado por intenciones (la poesía, no), lo que ya nos dice que pretende algo, una modificación, algún tipo de efectos, un cambio de estado (en general). También nos dice que es algo aparte de la mayoría de los mortales, envueltos en una cotidianeidad irreflexiva (aunque ésta haya sido objeto atento del seso de los filósofos).

Este habla produce pavor. Se entra, aquí, en la creencia modernista de que el ser humano es algo maravilloso y está encantado de haberse conocido; se entra en un horizonte, sin cielo, de actos iguales y comparables. Yo no entiendo nada. Los hombres, al hablar, pretenden, calculan y miden sus pretensiones respectivas: generan un estado normal para la comprensión lingüística recíproca. Entre ellos nos vamos moviendo igual que enfermos, ajenos a su comunidad feliz, realmente enfermos nosotros, destruyendo nuestra propia lengua, hecha en un retiro cada vez mayor, seca y sin amor ni amistad.

Sobre esa comunidad de lenguaje asoman felices los talentos de políticos, sociólogos y pedagogos. Se avergüenzan en los abismos de la memoria los amores frustrados (las vidas privadas, el saber no pragmático del idiota).

Actos electorales...

... a mi edad

***

Ocurre de manera parecida, en cualquier tiempo y lugar: un partido pequeño tiene que hacer mucho ruido, bombardear con los altavoces, rendir a los vecinos de cansancio sonoro y que bajen a escuchar y hablar, a confundir un mitin con un debate, ya que todo da igual (se trata de palabra, discurso, persuasión). A mí me sirvió para entrar un poco en el barrio de la Santa Cruz, otro mundo -ignorado, peligroso a veces- en A., donde alguien -supongamos que con recta intención- situó una guardería infantil, un sitio hermoso y funcional, visto desde fuera.

18 de mayo de 2007

Desde otro punto de vista...

... personal:

estoy cansado,
sin creer en exceso,
harto de palabras.

***

Mi obligación de escribir no representa ninguna vocación. Yo, por mí, no escribiría nada. Mi obligación tampoco es pagada: obligado por el dinero, tampoco escribiría nada. De hecho, si tuviera cualquier obligación la incumpliría con mucho gusto. Y tengo tantas /obligaciones/... que ni yo mismo sabría nombrarlas, incurriendo quizás en la falta de sinceridad contra mí mismo...

¿Realmente hay cosas urgentes?

***

¿Cuál es el tema? Suponiendo que haya alguno. Ni el yo, lo que representaría una obscenidad y una total falta de respeto, ni el mundo: ni psicologías ni ontologías, y mucho menos la aspiración de y hacia un aroma a trascendencia. Nada.

¿No hay tema? ¿Sólo palabras? Pero no podría haber otra cosa: se vive en el mundo como si se estuviera de visita en un gran almacén. Exacto, bien pensado: las herramientas que vamos buscando son las palabras, y nunca vamos a poder salir del almacén. Si lo hacemos, en todo caso será para buscar otro sitio más grande.

***

Las elecciones municipales cobran a veces un aire de fiesta que me hace recordar tiempos de alegría y dolor: la República y la Guerra. Sin porqué, o debido a que también es memoria.

17 de mayo de 2007

Asuntos pendientes...

... entre la conciencia privada y un desvergonzado uso de la más torpe imaginería política: repetir un rostro en un cartel electoral, ad náuseam, es igual que repetir las mentiras o las denuncias mentirosas de la mentira.

Oh, República de Kakania, en Hispania al fin realizada!

...

Será todo fallo mío, supongo: incapaz de entender las conversaciones: tengo nada más que una intención de significar, sin intuición que le corresponda, que la quiera... y una duda enorme: pensando en lo bien que engranan los torpes actos de signo burocrático en el mal del mundo... en lo mal que todo eso tiene que acabar...

Auto/escritura/s

(¿Piensa mal y acertarás? Profecías de autocumplimiento)

La conciencia desgraciada, sumamente coherente, correspondiendo sus resultados a las intenciones que (no) albergaba, abandonada de todo y todo abandonándolo, adquiere una verdad íntima que depende de otra exterior, de una bien arraigada correspondencia entre todo lo que le pasa y lo que le afecta (sus actitudes previas y sus posteriores pasiones): esto, que para el conocimiento constituiría una brillante paradoja (la de un Dios estirando la certeza interior para convertirla en verdades sintéticas al uso, según la relación, especular, entre un sujeto y un objeto), existencialmente representa un desastre.

En todo lugar y ocasión, en la casa de Dios y en la de todos.

...

Será como un contable de una empresa ruinosa, dedicado a su trabajo -porque otra cosa no cabe esperar-, descontando diligentemente. Hasta que sólo está él, para salir, apagar la luz y cerrar. Aunque puede volver. Esa vuelta se (re)conoce como escritura: afirmación del sujeto en el vacío, en el negativo de la vida... Registro de nada, según el proyecto decidido.

***

(Vacante)

-¿Qué hacer?
-Organizar el tiempo según el único interés: ni los viajes ni la vida; sino un saber reseco y libresco, y el teclado a modo de ersatz.

16 de mayo de 2007

Haz memoria, III

¿Consistencia?

Es decir, que, sin esa conversión interior de la que habló Kant, el discurso público irá por un lado y la vida privada irá por otro: sin embargo, la alegría o el lamento son los mismos: igual incomprensión para la muerte de V. que para las muchas muertes de que informan los historiadores. (Con el significado de que así debería ser: futuro, condicional, utopía.) Es raro, a veces, darse cuenta, pero los historiadores, al contrario que los filósofos, no informan de la vida de los conceptos, sino de la muerte de los seres humanos -aunque los historiadores son muy dados a aportar datos numéricos. (El tiempo engaña, la estructura narrativa también: se piensa que se está leyendo "Érase una vez...")

***

(Trabajos de amor ¿perdidos?)

Quizás en vano, fotocopio un poema de Juan Ramón Jiménez (de Eternidades) y otro de Antonio Machado (de Galerías), para intentar comentar la diferencia entre "vida" poética y "cálculo" filosófico en un texto de María Zambrano. Resulta atractivo para un hombre maduro, y mal filósofo, coquetear con una idea hermosa (una de las primeras en mi Facultad granadina de Filosofía, en primero de carrera, en el otoño de 1984): el origen posible de la filosofía... desde otro lugar. Puede ser el mito, la religión: la denominación se puede cambiar, el lugar se puede ir desplazando. Terminaremos por pensar que ese horizonte en fuga es un abismo, no un vacío sino una confusa plenitud: el campo abierto de y para todas las posibilidades -demasiada riqueza para la cerca que suponen los conceptos/límites.

***

(Molestias)

La torpeza y la aprensión, las malas pasadas de una memoria que me hace olvidar (¿hace olvidar la memoria?) incluso los títulos y argumentos de películas que he visto mil veces, son terribles: la debilidad -en cualquier aspecto- es siempre incapacitante. No le doy demasiada importancia al asunto del lapsus (al cabo de un rato, cuando ellos se han ido), pero ¿qué patética figura se queda cuando las palabras no acuden solícitas a los labios! El que no se acuerda es como el que no sabe: ¡Qué gran verdad! Con un poco de crueldad para mis adentros -sin soltar demasiado el hilo del asunto- me acuerdo de dos terribles consejos de Cesare Pavese (El oficio de vivir) en sus tratos con las mujeres.

Acompañemos, en la intención, el vocabulario a veces críptico de Pavese, sin mencionar los consejos, que son de una dureza desagradable. Pero se trata de los consejos de un desesperado, de alguien que no quiere nada y que actúa como un caballero: sin lágrimas y en silencio. Sea. Callemos.

15 de mayo de 2007

Haz memoria, II

¿Consistir?

Me pregunto: -¿En qué se ha de basar la consistencia de/entre episodios de la memoria individual, por una parte, y valoraciones del uso del lenguaje periodístico/político, por otra? Me respondo: -No hay tal. Solamente una diferencia de vías paralelas que nunca llegan a encontrarse: la vida verdadera y la opinión desvergonzada. No es cierto (no es verdad) que la verdad no resista el tiempo presente. Tampoco diremos que es el tiempo presente el que no resiste la verdad. Pronunciarse así, en uno u otro sentido (del tiempo a la verdad, o a la inversa) requiere un conocimiento interior de las cosas que yo no tengo. Lo dicho: una distancia o desfase entre el pragmatismo de la vida individual, obligada a respetar las reglas, y la desvergüenza del lenguaje irresponsable...

...

Llegar aquí tiene que obligar, a lo que queda del filósofo, a callarse. Porque supone ya dada una definición o condición de la verdad, un criterio particular que se quiere objetivo... De esta impotente circularidad que nos convierte en honrados (por si lo habíamos olvidado) debe de vivir el político, que supone (y supone bien) que todos hemos llegado a temer quedar mal en público: parecer poco inteligentes, feos, ingenuos.

Haz memoria

(La muerte de V.)

En julio de 1999 -yo vivía en M., no en A.-, salí casi por última vez del valle. Fui, con un compañero, a un curso de verano de la UIMP en Santander, sobre la vida y obra de Borges. Uno tiene que avergonzarse de lo poco que conoce el mundo, pero así son las cosas, y además ahora no se trata de esto. Sino de que, al volver, supe del accidente absurdo de este buen hombre y honrado trabajador, un número más en las estadísticas. Pero sólo para los que no le conocían, porque el entierro congregó, verdaderamente, a una multitud y fue noticia, incluso, en la prensa provincial. Yo sí le conocía, de manera muy cercana (familiar). Alguna vez contaré (tendría, pero no sé cómo; ni si tengo derecho) un malentendido, sin ninguna importancia, sólo relevante por lo minúsculo y la lección que se tiene que sacar de ahí (paradójicamente), que ocurrió en mi casa (yo no fui el protagonista, él realmente tampoco); así como otro hecho, en el que sí que participó V., una peripecia médica que demuestra lo absurdo de las cosas: de ese episodio salió bien... para morir muy poco después.

...

¿Qué lecciones podemos extraer de la pequeña memoria individual? ¿Se va a un congreso sobre Borges para reflexionar acerca de uno mismo? No, porque esto sería una trivialidad egocéntrica. Tampoco se trata de evaluar otra trivialidad de signo contrario: la constatación universal del dolor y de lo precario de la existencia.

***

(Tiempo muerto)

No. Es algo muy diferente. Consiste en la demostración diaria de la abyección lingüística de unos gobernantes que, despreciando todo contacto con la realidad (teniendo la verdad en nada) se comportan como si ellos fueran inmortales, el lenguaje su herramienta favorita de mentir y nuestra estupidez ciudadana su seguro de vida fácil. Debemos templarnos, recordar que sólo se vive para el conocimiento, y guardar para los actos del tiempo presente la misma circunspección (que no excluye la piedad) que tenemos con los hechos de otros tiempos miserables y cercanos.

Quien acusa al otro, constantemente, de mentir, ¿de qué se está acusando a sí mismo? ¿Dónde ha dejado su humanidad?

14 de mayo de 2007

Ciudadano virus

(Tremendamente acatarrado)

Carecer de sistema -qué gran sistema: para la política, el amor, la verdad. Revelan su esencia común de juego -para no tener que arrepentirse. A Heráclito -al respecto de esto- pertenece la más sabia sentencia metafísica que se haya proferido nunca, dictada directamente por el dios: "El evo (Aión) es un niño que juega y desplaza los dados; de un niño es el reino" (Frg. 52, según el Heráclito de Mondolfo, 7ª ed. 1983, Siglo XXI).

[No soy ningún hombre sabio, sino que tengo un pasillo largo y en el pasillo un mueble librería de cinco cuerpos, lleno de los libros que quise e inmediatamente dejé de amar (unos cinco metros x dos setenta de libros). Me habría gustado escribir que nuestro (mi, el de todos) personaje se levantó de la enorme mesa de madera (más oscura y noble que la noche) de su estudio y se dirigió hacia uno de los estantes superiores (suponiéndole a la vez riqueza y memoria), en vez de hacerle reconocer que tiene que dejar la habitación, enfilar la puerta, girar a la derecha al cabo de cuatro metros, para encontrarse luego con el pasillo del piso, al cabo de otros cuatro o cinco metros, a la izquierda...]

***

¿Los planos de la casa = los planos del ser? Algo de esto debe ser la verdad para el individuo moderno y postmoderno, con su tremenda lucha entre privado y público. En ese caso, el hogar sería el antilenguaje, el juego secreto; y el lenguaje público lo inhóspito, de tan usado y hasta sobado: el amor que nadie quiere -de aquí la nostalgia de guardar silencio, en solitario, y la poesía guardada (un orgullo de amor que sufre).

Calor

Lo que somos no es lo que se ve, aunque no se deba buscar en ninguna otra parte la responsabilidad de esa apariencia.

Cada una de las veces que nos tuvimos que reprochar el error al hablar y al actuar, era ya demasiado tarde para arrepentirse. Este afecto, de todas maneras, carece de sentido para el espíritu libre: equivale a una pérdida de tiempo, a reconocer una pérdida de tiempo, dentro del único curso posible de las acciones. Así que no se ve la utilidad positiva de conocer las imperfecciones propias, de malgastar tiempo en ellas, en pensar -aunque dé para escribir.

13 de mayo de 2007

El placer de escribir

Esta tarde pude hablar con él y con sus dos hijos sobre el tema: en efecto, todavía quedan personas a las que se supone que interesa la verdad de los números, el tratamiento diferenciado de los crímenes políticos según qué extremismo los cometa. Es evidente que no se puede resolver el asunto durante una comunión, el ruido es grande y con él uno se da cuenta de que no está exhibiendo más que su ignorancia. Lo que desde afuera puede ser una señal de un carácter presuntuoso, y yo sé que no es el caso. Pero sí es cierto que podría mantener el valor de una opinión, que no es mía sino que oí hace mucho tiempo: sobre historia cualquier persona puede opinar, se permite opinar. Esto no cuadra en una sociedad que ha hecho del trabajo de los expertos la fuente de todo valor. ¿Quiénes son los expertos en historia? ¿Los políticos? Esto debe ser un disparate, y la idea de una memoria histórica (política) también. O pura propaganda interesada, lo que es lo mismo. La falta de protección de los hechos históricos contra los accesos diletantes, la apariencia de rigor con que el gobernante se cierne sobre ellos y los criba a su gusto, provocan un daño irreparable sobre el contenido concreto de la razón, lo que ésta tiene de diálogo convivido, asentado en un carácter común (aunque éste se tenga que limitar a unos hechos discutibles, de interpretación abierta).

***

Iba hacia el afamado restaurante de V. (hoy, por cierto, ha hecho un calor terrible, sofocante) pensando en los propósitos que se albergan cuando se toma la decisión de escribir: los diversos estratos de la acción de contar, cómo se complementan o divergen. Están los pequeños hechos vividos, el encuentro de alguien a quien no veías desde hace mucho tiempo, tu soledad al pensar en todo esto, la buena o la mala suerte que has tenido en la vida, la que han tenido otros...

El mirador de los ingleses

(La invención del pasado, el sueño)

Estos que ves sentados en las mesas en la calle, moviéndose entre ellas al subir desde la carretera, hablando sin parar, sin que yo los entienda, son los descendientes de los que dirigieron la explotación de Las M., en S. Debieron abandonarla allá por los años veinte o treinta del siglo pasado, cuando en otros países se encontraron yacimientos mucho más rentables.

...


Al llegar por la carretera de montaña, lo primero que se ve, a la izquierda, es una pequeña iglesia abandonada... [Para no renunciar a la esperanza al pasar, pues también las minas son protegidas por los dioses, y sus ministros protestantes.]

... cerca de un kilómetro después, y a la derecha, se encuentran las casas agrupadas de los mineros. En un plano superior del terreno -que está escalonado, en terrazas- está la casa del ingeniero jefe, y un poco ladeada la casa del médico, algo más pequeña. Aunque fríamente considerado el asunto se puede pensar que la situación de los trabajadores no era tan mala, dentro de lo que cabía, que las casas no eran pequeñas y que tenían un médico sólo para ellos, la parte de conciencia -marxista- que quedaba en mí me provocó una gran tristeza al ver el espectáculo de la mina abandonada, las ilusiones perdidas.

Mi conciencia se ha hecho mayor: las casas han sido rehabilitadas para el turismo rural, se construyó un restaurante y se mejoró la carretera de acceso al poblado de Las M. Mi conciencia es cristiana -he hecho el mal, pero fue sin mala intención- y me gustaría pensar que allí están ahora mis amigos, esta noche real.

***

(El lenguaje no muere del todo si se mantiene la intención de amistad; la enemistad hace desaparecer la realidad; /sólo/ existe el mundo para las palabras comunes.)

***

En el texto de Coetzee, "Retrato del monstruo como joven artista", que publicó ayer el suplemento cultural de Abc hay una frase que me resisto a copiar, aunque al final cedo: " Normalmente, una sociedad puede tolerar, incluso mirar con benevolencia, a un sustrato de autodidactas y extravagantes en los márgenes de sus instituciones intelectuales."

Esto nos condena a la inmensa mayoría de los seres humanos (y téngase en cuenta que Coetzee se está refiriendo a Hitler), consagra una dictadura de los sabios y localiza el origen del mal en el punto medio entre una concepción maniquea y cósmica de la ética (como conflicto entre el Bien y el Mal), por una parte, y su trivialidad (demasiado) humana, por otra parte. En el medio está el origen del vicio: esa propensión filosófica y universal, de no querer contentarse con la ignorancia; tan favorable para las ansias de ilustración que tienen espíritus selectos y benévolos; tan inconsciente de las consecuencias no deseadas, de la degeneración de los mensajes y su corrupción en rumores circulantes...

Coda: ¿Socialismo científico? Sea: como deriva sociopolítica de la "buena voluntad", en tanto proyecto científico de reforma y administración de las cosas de la sociedad. Pero asentado en la prudencia, en la posibilidad continua de corrección. Sin demasiada fe, no sea que la ciencia socialista se convierta en colectivismo impuesto y en la apología de la delación, transmutando la philía en odio.

Pero, ¿qué es lo que quiere decir Coetzee?

12 de mayo de 2007

Revista de prensa

(Abcd, 12 de mayo de 2007)

1. Mercedes Monmany: Coetzee y el estado mordaza

El arte contra la política: porque el arte conserva la verdad y el bien.

Esto contra Platón, contra las filosofías políticas, las utopías.

La lengua que se habla en las dictaduras (totalitarias, autoritarias; esquizofrénicas, paranoicas) orienta la cualidad interpretativa natural de los enunciados (Aristóteles) hacia un punto inesperado: la hipocresía ambiental, y la necesidad de andar por ella como por una selva -hasta llegar a un claro.

...

2. Retrato del monstruo como joven artista

Por J. M. Coetzee.

Acerca de la naturalidad o carácter convencional del mal, y la posibilidad (mítica) de que aparezca en los rasgos físicos: miramos los rostros que vienen de fotografías antiguas.

Todo en forma de pregunta, y con una respuesta inesperada: el malvado como función dramática, una X a despejar por la época/sociedad, para fabricarse la herramienta de su propia destrucción.

Así ha de ser (biográficamente, autobiográficamente): preguntando constantemente, siempre; yendo más allá de la comprensión, sin alcanzar la explicación. De ahí la tentación escapista: las racionalizaciones, las mentiras, la ficción de un sí. (Lo que incluso provoca alegría). Así lo menciona Coetzee a propósito de un libro de Norman Mailer sobre Hitler: y la verdad poética que alcanza el novelista se identifica con la constitución edípica de la personalidad de un muchacho, sin fundamentos de buena crianza en el hogar, sin educación fuera de él. Naturalmente, según Coetzee, la "explicación" poética/biográfica no cancela las preguntas que rodean la cuestión fundamental: la del origen de la maldad de Hitler. Porque Mailer tiene que trasladar la respuesta a una concepción maniquea y transhistórica del mundo, al conflicto entre un Dios no demasiado sagaz y un Maestro del mal.

...

El lector que ha llegado hasta aquí ya tiene bastante para esbozar... sus dudas. Tiene que recorrer la línea que va de Dostoievski a Hannah Arendt, pasando por la concepción meramente "criminal" del nazismo de Karl Jaspers. Falta Nietzsche, y falta lo más pavoroso de todo: el poder de la mala divulgación, de la rumorología de origen científico (por lo que el ateísmo teológico no garantiza nada, si luego va acompañado de un fideísmo cientificista/tecnológico), concentrada a finales del XIX y principios del XX en torno al significado de las ideas de Darwin (biología social, eugenesia, racismo...) Igual que ahora. Más o menos.

[PS. Habrá que releer el texto de Coetzee.]

11 de mayo de 2007

Pensamiento y poesía

(Dueño de su decir: persona mayor)

- (El otro) ¿Un interior-verdad? Aclare esto.
- (El yo) ¿Cómo podría? Si es una mentira bella e inútil, una forma de hablar frívola y despreocupada, un hablar que ya es un-casi-olvido...

***

Demasiado ocioso para pesar los discursos en lo que valen, y así tener que callar la mayor parte de las veces; demasiado inconstante para seguir con rigor el curso del río (verbal) y ver si sucede algo; demasiado débil para vivir -¿cómo se me puede hacer dueño de lo que digo? Tendría -es decir, en ese caso: si fuera responsable- que pensar que la verdad, la que habita en el fondo de la casa, jugando en el patio entre las macetas y las flores, como si ella fuera un gato joven, sería la verdad desnuda, sin máscaras: una explosión de sinceridad fresca que admira y enamora al viejo paseante. Lo que pasa es que éste es demasiado viejo para enamorarse... O mejor: puede enamorarse, pero sólo para gozar con el sufrimiento, ése que provocan las fotografías viejas, y las halladas inesperadamente, capaces de revolver el corazón, /de mellar los filos del alma: su agudeza al pensar, deliberar y decidir/, de manera que el donjuán viejo sólo goza en el reconocimiento de lo cumplido, celebrando los aniversarios de la misma manera que si estuviera mirando el libro de las figuras de la experiencia de su conciencia (aprendiendo ciencia para él solo: Hegel). Al llevar la vista hacia el interior de la casa, allá lejos, se recuerda la decisión tomada, la que se cifra en conocer (y nada más). Habrá quien haga consistir en esta actividad pura la alegría, pero es inhumana (Aristóteles) y requiere una fuerte vocación y una gran inteligencia que no se le dan a cualquiera (que no me fueron otorgadas a mí). A la humildad, aunque rebelde, le gusta denominar esta insuficiencia como "razón narrativa". No (se) va a ir (con ella) a ninguna parte -mina de oro: las metáforas, los descubrimientos, los textos y las obras-, sino que (se) puede pasar vacando los días: entre los discursos, comentándolos; tomando prestadas las palabras ajenas, haciéndolas circular un rato después de jugar con ellas entre las manos, antes de devolverlas a su destino y esencia ajenos: algunas tienen el color de la miel y vienen directamente del tiempo renovado o del paisaje renacido.

10 de mayo de 2007

El libro del camino

(Impresiones del caminante)

a) ... el abuelo haciendo carantoñas;
b) el hombre joven con sus hijos, aparente buena persona;
c) un poco más arriba, un crimen absurdo, que sucedió hace bastantes años: uno de esos conflictos que pueden ensangrentar el aburrimiento de la vida en los pequeños pueblos. Cuando menos se espera: aquí también hay diablos.

...

(Mirada dentro de la casa, del hombre joven: un patio enorme lleno de flores, algo que no se espera, ya que se trata de una casa baja, de una sola planta, con poca fachada. Sorprendente: lo que aparece no es lo real.)

[Mirada]

... hacia su interior-verdad (porque la objetividad pública se repliega en forma privada: aunque -también- la alegría más íntima puebla de /rosales/ los jardines públicos. Entonces ocurre: un exterior auténtico, poético.)

***
***

(Razón narrativa)

¿Qué es filosofía, sino seguir contando? Respetar un proyecto, creer en el contrato, en el lenguaje...

***
***

(Lenguaje para el uso)

Anne Applebaum, Gulag:

No la separación de hecho y valores; ni la reasunción/legitimación mística o fideísta de los últimos; sino la traslación del lenguaje científico al campo de los hechos políticos (de ahí la trampa: pues los "hechos políticos" son actos humanos) parece la causa de la enorme extensión criminal del siglo XX: condenar a un hombre por las posibilidades no realizadas, o por las realizadas; plantear un juicio a seres humanos igual que si se tratara de un experimento científico; abusar, fuera de la experiencia, de las categorías kantianas de la experiencia: todo esto no es nietzcheísmo ni fortaleza de los fuertes -andreia, hombría, virilidad-, ni nada de nada. No es más que estupidez y/o chulería de verbena.

Tanto más peligrosa cuanto que se expande como una mancha de mal aceite (véanse los ojos de serpiente de Adolf Hitler, en El triunfo de la voluntad de Leni Riefensthal y el Volk alemán: la mirada y la masa -la mirada silenciosa- declaran, años antes, que la guerra será inevitable).

[El stalinismo es tanto más fascinante porque la raíz del mal es meramente humana: el pecado, el hombre abandonado, la falta de alegría al tener que seguir leyendo/viviendo, avergonzándose.]

9 de mayo de 2007

Velocidad lingüística

(Página en blanco)

Escritura automática: deja hablar a los dedos.

...

Para una mente divina, los actos de elocución -sucedidos a una velocidad impensable- son actos de creación. No guardan ningún orden que seamos capaces de entender, funden razón y locura en un mismo magma, abisal, poético.

...

Para Foucault no hubo contradicción entre la/su reflexión epistemológica y el sí a Jomeini retornante. ¿Quién pudo prever, a finales de los 70, la vuelta del viejo dilema: el de la articulación entre inteligencia humana y misticismo en torno al discurso que funda ciudades y relaciones entre seres humanos?

Su hybris intelectual (Foucault) constituía una enfermedad ya; las dudas que albergamos nosotros -¿quién quiere pronunciar "yo"?- tampoco se las deseamos a nadie.

***

(Métodos)

Edificar: salir de lo oscuro hacia lo habitable humano. Construir un saber, dar un prestigio a las metáforas consistente en tener que tomarlas en serio: un edificio del saber, una arquitectura de la razón, una sucesión de casas del hombre (modos de producción)...

En algún momento de la historia la acumulación metafórica debió (de) ser tan enorme que las personas olvidaron los límites de su lenguaje, las bases de la cordura. Entusiasmo tan inapropiado a la medida humana tuvo que conducir (metafóricamente, claro) a dos consecuencias: a) la solicitud de un logos diferente de la actitud calculadora; b) la fuga criminal hacia delante.

...

Pretender explicar implica tener que aclararte

8 de mayo de 2007

La estación de nuevo

Mayo vive, en soledades adosadas, sus decisiones cumplidas. Celebra aniversarios de acordados olvidos -pero son los besos ajenos ruidosos, en una esquina oculta e inocente del mundo-, el nacimiento de los niños y el orgullo de los padres, alimentando las primicias. Admiro lo que veo, su belleza de madre joven, mis ojos admirándola: los ojos reunidos en una misma timidez que no se habla, reconociéndose.

***

(Comentario al salir, cuando valía más callar)

Lao-Tsé (una cierta determinación de la lengua, milenaria) podía vincular el saber al silencio: porque las palabras vacían de lo esencial. Desnudos de todo, no tendríamos más que la ignorancia; callados, estaríamos en nuestra misma plenitud, observada, sabiéndolo.

Carácter

(Aprensiones)

Temores propios de la edad, y del temperamento: un lastre continuo. Lo que se suponía y lo que se va aprendiendo...

...

Mala cosa el exceso de información, la concentración electrónica -accesible a todo el mundo- de los rumores sociales extendidos: miedos, desconocimientos, informaciones incompletas...

Pensar demasiado nunca debió ser positivo, ni revelar inteligencia... Saberlo -filosóficamente-, porque se ha estudiado en determinadas asignaturas -hace muchísimos años, en otro mundo o vida-, no vacuna contra la repetición de los excesos. Se quiere conocer el propio cuerpo, sus trampas, y las del cerebro/mente.

...

La reflexión, hipertrofiada, dejó las salas puras de la razón y tuvo que institucionalizarse: lo que empieza como encierro en la prisión o en el cuartel va abstrayendo sus cadenas: convirtiéndolas en simbólicas, volviendo más férreo el encierro de un sujeto que ha destrozado el espejo físico y que sólo se tiene a sí mismo delante para estudiarse, para destrozarse en vivo.

...

Cuando escribe, ve sus manos que escriben, se equivoca, rectifica, le nace la angustia, que nuna le ha dejado.

¿Quién lo dice? Se teme -habla la impersonalidad- que la pregunta que nace retórica reciba una respuesta demoledora:

-Lo dice tu razón perdida. (Esto no lo queremos escuchar, ni saberlo mínimamente. Antes morir.)

7 de mayo de 2007

Débitos

¿Se ha de poner la otra mejilla?: cristiano consecuente.

¿Se ha de reconocer la culpa, como sustancia idéntica en los actos, a los actos?: cristiano fanático.

¿Proseguir alegre tu camino, aspirar el aroma de las flores, vibrar con el sutil aleteo de las mariposas?: se te podrá considerar débil, ridículo, hombre incompleto -inclusive sádico. Pocos sobreviven a la inclinación walseriana. Ni Walser. (Se nace con ella, no se hace.)

=

Ya. Bartleby había salido a pasear por el prado, una vez que comprobó que el trabajo estaba sin hacer.


***

En las Facultades de Filosofía de finales del siglo XX en España, los estudiantes fueron convertidos en neurasténicos: con dosis insoportables de Kafka, Walser, Dostoievski, Melville, Buzzatti, etc.

Una vez que se hicieron mayores el veneno bernhardiano de la enferma y nazi Austria les dejó para el arrastre existencial -definitivo. Y todavía podrían considerarse afortunados si en una mala tarde de optimismo no les diera por ir a conocer (a ninguna parte): esa verdad, esa mujer (Nietzsche).

Vergüenza

(Personal)

Se deja a un hombre para que alcance su nivel de incompetencia (yo, tú o él). Una pequeña pieza sacrificable, sin demasiado daño, sin que vaya a tener demasiada importancia. La cosa se queda en un mínimo dolor interior que salva tu frivolidad (personal, la mía): aunque yo no lo sea (como le dije), sino inconstante (lo que no le dije), algo muy diferente (tampoco esto lo dije).

Risueño por todo el asunto, te tienes que ir a dormir, a pensar. Una pieza nada más, tu persona: pues sí, de argumentación y de convicción. Algo de lo que tú no sabes, ajeno a las conversaciones y a la claridad. (Víctima y verdugo, se es doblemente.)

Queda para decirlo luego de algún modo, y ya está. Como uno más de los "registros" con los que empezó todo. ¿Se va entendiendo? Una vez que no se vale para vivir, se puede tomar la decisión de escribir -debió pensar alguien por primera vez. Uno cae.

...

(Cuestiones de la vejez)

Este hombre manifiesta una extraña inclinación litigante. En otro tiempo, de otra manera, habría valorado el respeto por la palabra empeñada: por los mayores que trataban el asunto del reparto de las tierras de la herencia (en otro tiempo, ya no el mío: hace ciento diecisiete años).

Pienso que lo malo de esto es querer darle la razón, conceder una importancia a lo que realmente no la tiene, ni es urgente ni nada... Se puede ironizar y mencionar viejos pleitos históricos (como yo hice, sin resultado), pero tampoco es eso. En realidad nunca me gustaron estas cosas, extremadamente descuidado (e inconstante) como soy, dispuesto a que atropellen mi razón, y a no tenerla, desengañado...

6 de mayo de 2007

Comprender...

... para no repetir.

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Anne Applebaum, Gulag:

Lo que es totalitario y lo que es dictatorial; la definición exhaustiva de genocidio; la identidad en la diferencia de las prácticas políticas extremas... El fascinado por el mal se pierde entre los datos y termina por no aclararse después de la lectura -diletante- de, últimamente, los siguientes textos: Todos los hombres del Führer (Ferran Gallego), El siglo de los genocidios (Bruneteau), El ojo del cíclope (Javier Mina), El imperio (R. Kapuscinski), La venganza de la historia (Hermann Tertsch), Yugoslavia kaputt (Manuel Leguineche), Fantasmas balcánicos (Robert D. Kaplan), Dictadores (R. Overy)... (Aparte de los estudios sobre la censura en la España republicana y franquista de Justino Sinova: tan útiles para ver el estéril, aunque concorde, matrimonio de la maldad y la estupidez.... Y supongo que me olvidaré de algún título; sin mencionar los textos de prensa y de Internet. Y los blogs. Vale. )

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Liarse, al respecto, será bueno, si uno consigue desenredarse después. Probamos: así, los datos olvidados y los memorizados construyen una narración propia, la trama visible y la invisible, el positivo y el negativo. Una narración que vale para el uso personal, imaginativo. Al final, efectivamente, se encuentra lo mismo que desencadenó nuestra marcha: el interés por la identidad personal, la sustancia sólida o volátil de que se compone...

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Todo esto, ¿por qué? Anne Applebaum refiere el empleo económico (industrialización acelerada y explotación de recursos en un inmenso territorio despoblado) de los campos, una vez que Stalin impone la dictadura colectivista, dejando de lado las veleidades liberalizadoras de la NEP. El crimen resultará de este imperativo economicista: el que quiere el fin no ha de reparar en (la calidad de) los medios. En esto existe la tentación (políticamente correcta, moralmente impura) de querer ver el mal resultante (muertes, hambre, esclavitud, explotación, vida sin horizontes) como un daño colateral de un bien objetivo perseguido. No caiga el filósofo en la trampa: considere que el que quiere el fin debe contar con los medios y los efectos resultantes; que no le debe servir de justificación la debilidad calculadora de la inteligencia humana, porque en este caso no debió emprender ningún curso de acción -mancharse las manos de sangre-. Las intenciones buenas son también malvadas si no parten de lo único bueno sin condiciones... No digo que la acción política deba consistir en la santa voluntad kantiana, sino que no se puede olvidar que ésa es una disposición posible a la hora de ver, y realizar, las cosas; que está ahí y lo sabemos, porque se enseña en las escuelas y está escrito en las leyes.

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Con esta actitud pesimista hacia los seres humanos, no veo la diferencia entre el bienestar de la raza y el bienestar igualitario de la utopía comunista. Se basan en idéntica instrumentalización de la razón, el mismo olvido, igual destierro de la verdad: aquella reunión de visible e invisible, de máscara y carácter verdadero en que consiste el dios fuego de Heráclito, la razón dialéctica.

5 de mayo de 2007

La cosecha de las farolas

(Memento)

Para ir de la parte baja a la parte alta de mi pequeña ciudad (A.), lo más útil -económico- es cruzar por uno de los puentes. A la admiración que siempre nos ha de producir este hecho -cruzar, viajar- se une el ingenio que las autoridades municipales han mostrado encontrándole un empleo a las farolas que jalonan el paso para peatones del puente. Estrecho como es, el viandante lento o presuroso habrá de tropezarse con unas láminas metálicas -algo más grandes que un folio- sujetas con unas abrazaderas de plástico a las farolas, colocadas en ellas a la altura de los ojos y a intervalos regulares, para que el paseante no pueda no ver. Cuando lo quiere el destino, sobre las láminas, y sujetas por las correas, se fijan las esquelas -como aviso del próximo oficio religioso- de los que han dejado este valle.

La luz arriba, al caer la tarde, la sombra abajo: delante de los ojos, al traspasar el puente, diciéndonos que alguno de los viajes tendrá un solo sentido. No deja de ser inquietante la visión de mis poco aristocrático apellidos -escritos, algunas veces-, aunque me consuele la certeza inmediata de que esas cosas uno no las lee en primera persona. Toquemos madera.

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Iniciativas así reconcilian el urbanismo y la filosofía: obligados los ciudadanos de paso a aprender a morir. Aunque no quieran. ¿Por qué quejarse de las advertencias de la Dirección General de Tráfico, o del Ministerio de Sanidad, si no hacen más que recordar esta sobria tradición ciudadana?

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La defensa liberal de la libertad individual hecha -no sé si a destiempo- por el ex-presidente Aznar disuelve el recuerdo constantemente presente de nuestros congéneres en la anomia granurbana: pues todas sus protestas (¿Quién le ha pedido que conduzca/beba... por mí?) se resumen en la aspiración a vivir por uno mismo, sin las intromisiones de unos otros que en las ciudades serían intolerables, por el número.

Argumento capcioso como el anterior -el mío- no dejará de tener un poco de verdad, si se examina más atentamente. Por cierto, la defensa liberal de la libertad constituye un acto de fe, al basarse en un círculo lógico (un vicio en el razonar, aunque se prestigie como autoposición ética). Otra cosa sería la defensa de la libertad basada en la verdad, lo que quizás nos conduciría a atolladeros políticos y existenciales que puede que no nos gustaran...

4 de mayo de 2007

Viernes

En El cultural de ayer (suplemento del diario El mundo) viene una entrevista de Nuria Azancot a Javier Gomá, filósofo, jurista, filólogo... prodigio de precocidad y saber: en suma. Ante una cosa así yo me tengo que comportar como un lector timorato, y leer. Me da la impresión de que su tetralogía proyectada, que comenzó con Imitación y experiencia (editado por Pre-textos y Premio Nacional de Ensayo), reproduce el esquema kantiano de las facultades de la razón. Cito de (mala) memoria, lo que junto a mi terquedad interior y mi falta de fe en el hombre hará que seguramente me equivoque sobre la intención de Gomá de escribir su obra monumental en torno a las posibilidades y límites del hombre. Seguiré "investigando", dado que el son vagamente aristotélico (para mí, cada día más ignorante, olvidadizo, viejo) de Imitación y experiencia me incitó a querer comprar el libro -y leerlo-, por ver -por lo menos- lo que son capaces de escribir los dotados de talento, por ver a qué altura de la comprensión (de la letra ajena) podemos llegar los mortales. Vale.

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Miraste tú, ella te devolvió la mirada. La hubieras querido más cerca, enlazar los deseos manifiestos en las bocas. Se deben apartar las tentaciones, te dijiste -ese año. Por tu edad: ya no estás hecho para la verdad, para la mujer. (Tu sueño de verdad es un sueño de proximidad, y al revés. En ninguno de los dos sentidos tiene que ver con la verdad: que consiste en la distancia, la indiferencia, el desapego, el frío... )

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(Qué poco se entienden las cosas... En el trabajo)

Soy un pésimo observador. Había creído lo contrario, hasta que me ha dicho "mal, muy mal". En esos casos uno exhibe la torpeza, a la vez que la buena intención. (Pero tengo dudas sobre esto. No de mi buena intención, sino de las observaciones que hago de la conducta de otros. Soy un mal observador. QED.)

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(Observaciones escolares)

Marx y Darwin: similar maravillada conciencia acerca de la temporalidad de los sucesos. De las riquezas y de las piedras; de la vida (historia natural: tiempo de los organismos, no sólo su investigación) y de los estados (modos de producción; no sólo sociedades estancas, civilizaciones o culturas).

Hacer ver esto, al joven irreverente, es bastante complicado. Porque no se acerca al asunto como el que tiene la edad para ver el mundo y asombrarse. Cree que ya lo ha visto todo y que domina el mundo, porque éste se ha puesto a sus pies. Y no es así. No debió serlo para Marx/Darwin, recogiendo y tramando observaciones, viajando, malviviendo...

Cambiando de registro (Marx, según el Prefacio a su Contribución al estudio de la economía política), desde la filosofía a la economía, en función del accidente autobiográfico que supone (para él y para el historiador) la ocupación periodística: que le puso en comunicación con ciertos litigios de propiedades comunales; como a Descartes el retiro invernal le puso en relación íntima con las concepciones de su mente solitaria. Hemos de pensar que detrás de la metódica moderna (matemática, científica, sociológica), tal y como es construida y registrada por las mejores cabezas, hay algún elemento vital inesperado, casi azaroso, que alumbra intuiciones que luego dan lugar a mundos: los viajes con el ejército, los problemas de un filósofo-periodista con la censura...

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[La cosecha de las farolas /tengo que escribirlo/]

3 de mayo de 2007

Una cantidad (nada) despreciable

(Ad usum)

1. El tipo de argumentaciones para salir del paso; discursos pedagógicos, políticos, periodísticos, demagógicos... Viviendo de la ignorancia (el que habla), exaltando los corazones (los que escuchan). Se trata de una forma de cultura que nada en la superficie (más hondo no quiere ir), quizás la manera más rápida de difundirse las ideas, modificadas y desvalorizadas desde el principio.

2. Una exaltación semejante en los ánimos de la audiencia se antoja imposible en la era de la difusión informativa. Trabajar con ideas resulta tan complicado, deja a corto plazo tantas arrugas en la frente... Más me valen los cheques bien engrasados, un surtido monetario abundante en el bolsillo, cada vez que quiero salir a pasear -piensan todos.

3. Determinar, condicionar, influir, reflejar: en el espejo del pensamiento se tendrían que dibujar todas estas acciones, como lo abstracto hecho doblemente abstracto e incomprensible: las bolas de billar que chocan en los actos del pensamiento, sin ruido y sin color, para no ser sentidas más que por la mente en soledad.

4. El solipsismo emprendió su vuelo más preciado (y efectista) al finalizar sus días en la tierra. Situaciones de alcance y origen religioso fueron traídas entre los hombres; los términos de la creación divina (esas determinaciones -condiciones, influjos, series causales... -, capaces de invertirse) se entregaron al siglo para la comprensión de los hechos y la prevención esperanzada del futuro.

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La magia de los términos, en el ateneo o en el mitin, ¿dónde se fue? Los términos eran insuficientes, o defectuosos, de acuerdo. Pero no merecían el desprecio de esta tibieza que se expande sin rubor.

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(Precisiones)

"Carne muerta": la muerte designada por sí misma, o por parte de sí misma, por parte de la vida. Porque no se sabe si también cesa el alma. También valdría "carne inerte", "carne inerme"... Pero yo prefiero "cuerpo inmóvil": la vida más humana reducida de repente a su condición más física, fría.

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¿Qué lugar tendrá entre la vaguedad de los términos la decisión de ese hombre que ha decidido quitarse de enmedio, aquí, en mi pequeña ciudad? No sé si era joven o mayor. El día, que ayer se levantó gris, no debió conocerlo en la raíz más honda de su dolor o su locura. Quién sabe.

2 de mayo de 2007

De vuelta

(Interpretaciones)

Gestos desabridos, caras largas, silencios más largos aún: los españoles vuelven al trabajo como al martirio.

El pecado original parece que lo cometimos nosotros, y que a nosotros se nos destinó la desgracia. No se debe creer en estereotipos (culturales), pero... nos carga cada vez más la felicidad ambiental -el hecho de que cuando las cosas salen mal tiene que haber un responsable, otro, nunca nosotros (negativamente dicho).

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[Me pasa con los aforismos como con los chistes: olvido la frase ocurrente tan pronto como el chiste que me han contado. Por eso lo anoto /esto, sin chiste/. PS. Lo mismo sucede con los sueños, tan vivos y reales antes de olvidarlos para siempre.]

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(Un razonamiento paramarxista, ad usum)

El peso fundamental de la ideología religiosa puede condenar (o salvar, según gustos) a una sociedad determinada a congelarse históricamente, presentando la misma faz por toda la eternidad (del tiempo histórico!).

Habríamos refutado -con un ejemplo tan concreto y actual, tan inquietante- la tesis marxista acerca de la determinación de la conciencia por el ser social.

En ese mismo momento se ríen los huesos del viejo Marx, pues el exceso -antinatural- de carga ideológica demuestra justamente -por paradójica vía- la validez esencial de su tesis: ni mucho menos es la fe -en cualquier forma- lo que consigue hacer avanzar la historia -aunque puede anquilosarla-, sino que su anormal peso nos proporciona una muestra ejemplar de lo que es historia mostrenca, un terreno baldío -podríamos decir- en el que Marx no nos introduce.

Él, que sólo tiene ojos para el progreso histórico, que nos habla a nosotros única y exclusivamente si poseemos ese mismo sentido. Si sólo hace un momento que hemos dejado de ser creyentes, o hemos secularizado el buen mensaje.

1 de mayo de 2007

Una callada visita

No pudiendo señalar su lugar en el círculo de letra y vida -rompiéndose de esa forma lo que anhela, secretamente en su corazón, ser completo-, convino en querer creer que la muerte es un silencio (poético): aquella ocasión en que la vida no puede reflejarse ya en las palabras porque es carne muerta.

Reflexionando un poco (puesto que de aquí se quiere salir), puedes decir que la palabra literaria se rebela contra ese vacío lógico, intentando completar el círculo: que la voz salga del aliento, tu vida del poema.

Intendencia doméstica

(Lo nada literario)

Tener que observar el declive físico -el de este hombre, el de todas las personas; un empeoramiento notable desde el sábado pasado (el de la visita a M.) hasta hoy, martes, primero de mayo.

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Lo escrito nace de lo vivido; ¿cómo sostener la inversa: que lo vivido nazca de lo escrito?

¿Qué pasa con la muerte? ¿De dónde mana?

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(La vida se pierde, al margen de los textos)

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1. (Conversación) El trato hacia los animales puede haber sido deplorable (de eso hablábamos hoy, ¿a propósito de qué?), pero no es -seguramente- ni una mínima parte de la degradación a la que unas personas han sometido a otras, en cuanto han tenido la ocasión: la fuerza, los votos, la fe.

2. (Lecturas) No se gana nada con el reconocimiento de la maldad original de las gentes que viven en las dictaduras totalitarias: pues parece razonable suponer que su dominación no habría podido extenderse tanto tiempo si no hubiera existido algún tipo de consentimiento (por callado que fuera) hacia la doctrina y las personas que la encarnaban y administraban. No se gana nada, porque el escepticismo antropológico no conduce a ninguna parte.

Dudas: ¿Cuántos consienten? ¿Por qué?

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Mala impresión, hoy. Mañana, vuelta al trabajo, a la miseria de los días (con un gran entusiasmo; y la creencia más o menos fundada de que la prédica del optimismo proviene de hombres malvados).

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Aparte: poca confianza la que me permite mi memoria. Hágase la luz en ese pozo.