Dios las habló y ellas fueron. (Escribe Gilson acerca de la doctrina anselmiana de las criaturas.)
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
31 de mayo de 2020
En Magnífica Incarnatio entregó Trinidad un primer centón de sus contribuciones lógicas y gramaticales, que con feliz fórmula definió como Pesquisiciones gramatológicas. En felices esquemas, tan amenos como útiles, fijó para sus parcos aprendices, algo apocados por aquella magnificencia oratoria y atronadoramente apofántica de la trastienda tabacaria, el cursus de principios que debían guiar su práctica liberal una vez egresados.
Pudiendo ser amo, quién se deshonrará a sí mismo queriendo quedarse en la condición de esclavo, hacía como que se preguntaba a sí mismo Pascual el Magnífico, preso de todas las saudades y dolores del terruño que congrega la arena infinita en un territorio perdido de la mano de dios o del diablo. Y que siempre estaba la posibilidad de la escaramuza, del asalto traicionero. Alerta, siempre, sin pausa y lento, como se había hecho grabar en el escudo de su casa propia. Lo recordaba ahora, dueño de su existencia y tutelando la de los otros, mirando desde el otero hacia las personas que se movían como hormigas hacendosas, abajo en la distancia. En verdad, se dijo sin palabras, que el edil de obras es igual que quien escribe una novela y dispone de las vidas y haciendas de los seres que pululan por el cronotopo, viendo gozoso la amplia avenida y el agitarse de las palmeras con la brisa. La ola de satisfacción se deslizó, como era obligado, por su noble barriga patricia.
30 de mayo de 2020
Pascual Almenas, al que llamaremos el Magnífico, pertinaz conseguidor de obra pública, subió un día al cerro que dominaba la graciosa villa, notable por su huerta feraz y la mansedumbre de sus gentes, y vio que su empeño era bueno. Había querido imaginar lo que sería su vida, el curso de sus años asignados, desde aquellos lejanos días de servicio en las soledades de Sidi-Ifni, cuando entretenía las guardias leyendo a Hegel en la clásica versión de W. R...
29 de mayo de 2020
Mauro Feynman, uruguayo. Este hombre, después de pasar su juventud y estudiar en Francia huyó a España por culpa de una disputa familiar, temeroso de ciertas insinuaciones de los agentes de la ley. Timorato y medroso como era, pese a que su vida algo viajera y hasta nómade presagiara lo contrario, dio con su carne y huesos en el sudeste peninsular, donde hacia finales de siglo pretendió opositar a cátedras de segunda enseñanza. En cuanto a las doctrinas, argüía el rioplatense con exhibida convicción, que los estudios clásicos y la rebuscada erudición a la caza de libros viejos y textos raros, y a la inversa, había emponzoñado el recto ejercicio del ingenio. El cual debía dirigirse a obras de más calado industrial y menos oropel y diatribas de pelucones. No te alteres, Mauro, le reconvenían afectuosos sus deudos, que el positivismo que mamaste te sale a destiempo. Que los gramáticos también tienen derecho a comer. El personaje tenía también un punto de arbitrista. Fue uno de los primeros en llamar públicamente, en prensa y en plaza, la atención sobre la cuestión del agua en su tierra adoptiva. Decía, seguramente influenciado por su estancia gala junto al Ródano caudaloso, que cuando faltan estás arterias naturales que dan vida y riqueza, el artificio humano debe ayudar con un buen dotado sistema de acequias, y que en estos modestos regatos está el basamento último de la paz de la nación.
28 de mayo de 2020
Vergüenza y cansancio se reparten las horas,
Mientras se miran los armarios abiertos y se escucha a Bob Dylan quejándose desde alguna parte.
A estas horas de la noche es otro el que ejerce el dominio. Su nombre es abandono y figura en cualquier cosmos de los posibles.
Presente en todas las estrellas donde por la radio se escucha al Nobel juglar.
Mientras se miran los armarios abiertos y se escucha a Bob Dylan quejándose desde alguna parte.
A estas horas de la noche es otro el que ejerce el dominio. Su nombre es abandono y figura en cualquier cosmos de los posibles.
Presente en todas las estrellas donde por la radio se escucha al Nobel juglar.
27 de mayo de 2020
Trinidad del Santo Camino, antes de retirarse de anacoreta en la comarca de Guadix, regentaba un pequeño estanco a la ribera del río. Herencia de un tío suyo, inválido en la guerra, se ganaba Trini el sustento sin lujos ni estrecheces, llevando el mediano pasar que envidia el mundo. No por necesidad y si por el aguijón de la curiosidad, abrió en la trastienda escuela clandestina de Gramática y lógica; lo primero por el buen decir, lo segundo por el bien pensar. Le dio, y es un decir porque solo figura anotado en sus memorias de monacato, el título francamente epatante de El Metre a penser . Iba con segundas. Extrañamente las picaduras de tabaco y demás géneros menores que compravendia, se convirtieron en la tapadera legal de un negocio turbio. No es sujeto inocente el logos que se pregona y se oferta contante y sonante en tarifas que no perdonan, si no quieres acabar de mala manera en el fondo del río. A tanto no llegaba Trinidad, cumpliéndose en su destino el dicho célebre de que no siempre se ajustan los hechos al guante tejido por el deseo...
Ponderaba el buen Agustín de Purchena a sus paisanos de farra y de curro su pizca de incomprensión porque el animal emblemático del amor al saber fuera el vespertino y solitudinario mochuelo. Atribuía ese sesgo zoológico a influjos irresistibles de la herencia helénica y el prejuicio irreflexivo. ¡Cuánto más adecuado el común morrongo, mucho más nocturno y salvaje, y avieso si cabe! En el salto silencioso (el vuelo del concepto) hacia el ratón (la empiria mostrenca), en el periplo solapado por tejados y callejones oscuros (el abuso dialéctico y la sofistería, respective), en las falaces arterías y cucamonas con que seduce al ingenuo dómine (es decir, el pensador arrastrándose en el rol de consejero áulico), encuentra Agustín imagen mucho más ajustada y correspondiente a la verdadera entidad de la praxis logística. Puestos a querer asentar los derechos en afamados ancestros, mucho más adecuado el mundo egipcio y su divinización del mediodoméstico felino, como si en el león de los roedores se mostrara en figuración la unión de lo divino y lo humano, o también la trampa histórica del lenguaje que se olvida del ser, sin que este último esté por entero de acuerdo con su preterición. No debemos tomar en serio al purchenero, que acaso igual ni lo pretendiera, pero el caso es que yo he aprendido a mirar de otra forma cuando los veo en sus asambleas y discusiones al lado de los contenedores.
26 de mayo de 2020
Diógenes Cornejo, jugador sin suerte, a quien su figura física, enjuta y desagraciada, a más de la peculiar contextura de su psique algo sibilina y especiosa, hizo que desde joven sus congéneres escolares le dieran el sobrenombre de el Culebro, ambicionó, todavía en el terruño, las glorias del triunfo dialéctico. No ambicionaba la lejana verdad, hecha de un éter mortífero para los humanos, de tan pura y frígida como se ofrecía. No, sino que el modesto sacar el cuello por cima del común, y ello merced a las solas dotes de la vis lógico-lingüística. Dijérase que era el destacar en la aldea del que se compra el tractor frente a los prisioneros de la yunta. Solo que en vez de enfrascarse en las huestes de la jurisprudencia imaginó falsamente un camino más rápido en la discusión del venerable asunto de los predicamentos universales. Pero en verdad no abrigaba la humanidad deseos de tan anacrónico bizantinismo cuando ya el siglo XX despotricaba de sus muchos años y la gerontocracia dominaba exánime en el cónclave moscovita. Ni falta que le hacía a sus desgastados paisanos su fatuidad, estupefactos como se hallaban por la implantación universal de la luz y el agua corriente. Bueno, y también los comicios que a intervalos regulares decidían acerca de la querencia de las ranas por adorar nueva serpiente. C. 1980.
Egberto Rodrigues fue un filósofo rural bastante desconocido que vivió en el Alentejo portugués, y que hacia los años 40 del siglo anterior, en una de las más largas noches de la humanidad, pretendió acceder mentalmente a las insondabilidades de la mecánica cuántica mediante el estrafalario camino del recitado de cierto libro divulgativo ad hoc trasladado de una manera más bien bizarra del teutónico parlar a la dulce lengua de Camoens (imp. Lisboa, 1938). Confiaba en que los secretos de esas mínimas estancias donde danzan las partículas se despojaran de sus siete velos, queriendo adivinar también lo escatológico de tanta estocástica ahí encerrada. Entregábase Egberto a esos eventos lectomeditativos en los espacios de ocio que le dejaba el sosegado rebaño de ovejas que apacentaba este cultivado pastor autodidacta.
25 de mayo de 2020
Sobre Anselmo el Paseante hemos de confesar, el rigor que debe figurar en el escudo de la ciencia nos obliga, que son bastante escasas las noticias que poseemos. Aparte de su peripatetismo, del que su sobrenombre es huella, no quedan más que algunas referencias muy de segundo orden (como dichas por alguien que había escuchado a otro comentar que) acerca de su verdadera doctrina. Lo que no es óbice para indicar su peligro y el veneno que destila si se siguen de manera consistente y constante sus consecuencias. Por demás, es tonto sacrilegio mencionar su parentesco con el gran Anselmo, puesto que este es muy posterior. Nuestro pataperro (así le descalifican cruelmente quienes dan noticia y denuestan sus ideas) pertenece a un tiempo en el que ya han desaparecido los pueblos, pero todavía no han emergido las ciudades y sus cortes. Quizás por esa falta de arraigo, se decidió Anselmo por marchar contra los axiomas venerables de la razón. Principió por el de contradicción. Y así llegaba a decir que ser y no ser dan lo mismo que lo mismo dan, y que el pensamiento se ve reflejado en la extrañeza de tener que admitir cualquier cosa si se le impone el férreo corsé de la coherencia. Lo que tales declaraciones signifiquen, si es el caso, nadie lo dice. Nosotros vemos aquí que el parsimonioso búho ha emprendido un vuelo enloquecido hacia el sol.
24 de mayo de 2020
Ceniza, rescoldos, recuerdos
A lo escrito le corresponde inscribirse en piedra u ocultarse como las flores secas entre las páginas de un libro.
Medita Arquimedes Heresiarca, las largas noches de vigilia sofocante en una estancia de lo que él quiere dividir entre monasterio y castillo -pensando también en la incompatibilidad del aire que su alma exhala con el volumen del habitáculo-, en la correspondencia misteriosa de las sucesiones de números, y en si el ajuste milagroso de números y figuras dirá algo del mundo y de la soledad. No tiene papel a mano, para dibujar los signos de la imperceptible verdad. No le hace falta. A la luz de la luna, cierra los ojos y asiste al baile mudo que bulle en su cabeza.
Ni Nos mismos estamos seguros de los detalles de esta truculenta historia de la que supimos bicheando en el viejo arcón del altillo. Desiderio Putnam, según se cuenta, fue un inverosímil morisco (el nombre no cuadra) que vivió en Zurgena en los tiempos de Aben Humeya. No quedan sus obras, sino lo que dicen que decía. Habladurías muy poco auténticas de un tiempo legendario, al no tener seguridad de los años ni de su familia y oficios. Refiérese del mismo, según mis anotaciones, un curioso experimentun mentalis para debelar el torpe solipsismo, el cual ha servido para desvelar a este modesto intérprete en cuanto a su sentido y alcance profundos. Es el caso que el tal moro Putnam toma asiento en el conocido apólogo del príncipe y la rana. Acaece, y aquí anida el quid o seronoser del asunto, que Desiderio no carga la prueba desde el lado del príncipe, sino desde la parte del saurio*. Id est, no pertenece al príncipe volcado en rana convencer al interlocutor acerca de su autenticidad transaparencial: que es descendiente numerario de la casa de B. y pretendiente al trono de Polonia, por ejemplo, y no un bichejo inmundo con residencia habitual en el charco, sin más destino que cantar su lamento en los atardeceres resecos. Es la rana, contra todo pronóstico, la que se ve confrontada al imposible trabajo de mostrar al mundo, y de manera inconcusa, su vera naturaleza. Sería contradictorio con los eternos decretos racionales del Hacedor que una rana que fuera príncipe sostuviera esa misma proposición ante el mundo (o sea: que es natura principal en cuerpo de anfibio), concluye D. P. con diabólica paradoja, enredando el mismo ser y el decir divinos, y nublando las luces de los hombres. (Es lo mismo que sostener que al Japón se puede ir navegando hacia el Oeste, lo que ninguno de nuestros mapas permite.)
*Es un desliz taxonómico propio de la época.
*Es un desliz taxonómico propio de la época.
A muy escasos filósofos inexistentes se puede atribuir tantos méritos como al venerable Arisclipo Montano, que vivió en siglos esenciales. Este Arisclipo catalogó, editó y realizó muy densos e iluminadores comentarios críticos (como hechos a través de una luz negra) de un conjunto de obras que Aristóteles, expresamente, no había hecho manar de su pluma (o con lo que escribiera).
Ramón Sánchez, descreedor lingüístico (si se dice no sabe, si se sabe no se dice) desde que un pariente suyo mallorquín vino a pasar las vacaciones en el desierto almeriense donde Ramón regentaba un hotelito, daba la murga de su descubrimiento fundamental a todo aquel que no quisiera escucharle. Tome usted un silogismo, decía, y recombine sus términos. Verá de ese modo que todos los europeos son atenienses, sin ir más lejos. También podría observar que todos los europeos son persas, como Montesquieu. Que los hechos notariados por la historia no se ajustan al silogismo trucado, peor para ellos. Quizás con esta razón fantástica se consiga multiplicar los mundos y realizar las metáforas, remataba Ramón, con aviesa ironía. Realmente, para lo único que servía su máquina permutatoria era para construir ristras de versos a la manera de multipremiados vates neoyorquinos, como los de ese libro gordo y medio desencuadernado que un visitante olvidado había dejado en la repisa de madera sobre la chimenea que había, a saber con qué función, en el salón de su establecimiento, RS Rooms & Languages SL.
Ps. De este mismo Ramón, o Raimundo, se decía que había pretendido estafar a unos turistas franceses vendiéndoles los derechos de explotacion del sistema de su invención, al que daba un nombre rocambolesco y no muy original, La Culte Derridaparle (o también, para los países de la Germanía, el Derridajargón).
Ps. De este mismo Ramón, o Raimundo, se decía que había pretendido estafar a unos turistas franceses vendiéndoles los derechos de explotacion del sistema de su invención, al que daba un nombre rocambolesco y no muy original, La Culte Derridaparle (o también, para los países de la Germanía, el Derridajargón).
23 de mayo de 2020
Recuerda Tomás el columnista, en primicias de escolástica, el trágico destino de aquellos que no midieron bien cuando la doctrina empezaba a regir las vidas paganas, pero las costumbres punitivas seguían en la barbarie y en el ojo por ojo (en general: miembro por miembro); entonces, pondera que no es sano recuperar imágenes antañonas e inquietantes de Marlene Mourreau.
Hemerotecas; titulando
A mí me recuerda al fervor abecedista por las olas de fe que inundaban España cada Semana Santa.Cientos de miles de patriotas ‘motorizados’ colapsan España contra la mordaza socialcomunista de Sánchez e Iglesias (Pd)
22 de mayo de 2020
Elipsis
Se encuentra en Manolo el del Beda, heredero de terratenientes venidos a menos, dueños de fincas de poco pan y mucho sudor, rentista vergonzante por sobre todo por culpa de sus moderadas luces y escasas letras, digo que se ve en él una propensión metafísica que ni sus deudos sospechan. Se malicia el del Beda que las más brillantes apariencias del tiempo esconden ruinas, que lo que trasluce es sombra y quebranto a poco que la mirada se intensifique más allá de los oropeles de la escena en la que unos salen y otros entran sin conocerse bien la respuesta a las "WH questions" que el tráfago genera. Fragmentos y cascotes de la obra de eones muy anteriores, y hasta de un tiempo sin tiempo, ahí están las pruebas del trabajo de un magno hacedor al que el filósofo gusta de imaginar como un diseñador afanado en conseguir los perfiles distintivos de las cosas del mundo. Inclinado sobre su mesa de trabajo, este dios de edad mediana va desplegando un mundo sosegado, a su misma imagen. Así imagina el Beda (¿hemos dicho su origen británico?) el comienzo presumible de todo. Algo fue mal entre el alba y el atardecer presente, y le queda al sabio el noble oficio de ir ahora hilvanando las palabras y recomponiendo un orden para entregarlo a los hombres. Este es el mensaje que transmite Manolo a los parroquianos de su terraza.
Hemerotecas
Tirando hacia los extremos, la cuerda se rompe en los dos lados, y se abre una sima en el centro.
Mal asunto cuando las biometáforas califican. Entonces las palabras, de su natural tímidas, se disparan.
Mal asunto cuando las biometáforas califican. Entonces las palabras, de su natural tímidas, se disparan.
21 de mayo de 2020
Alumbraba en Renato Polaino, de ascendiente paterno algo hungárico, la peregrina especie de que en los cacúmenes infantiles hállase un cúmulo de gérmenes de verdad de la buena, es decir aquella exenta de espúreas impurezas y que al fin se indisocia en unidad sustantiva y todo eso; y que por mor de ello es menester impepinable de padres y maestros cultivar esos rudimentos en el tierno. como quien dice ex ovo. A tal fin, argüía nuestro sapiente varón acerca de la idoneidad de familiarizar al niño que farfulla sus primeras palabras con los elementos esenciales, extractados, del modelo atómico de Rutherford-Bohr. Así, el niño, en su amoroso confiar en la prudencia de los mayores, alcanzaría a querer comprender que en tal baile insensato de partículas se encuentra profundo hontanar de significados. A modo de complemento, y para sembrar en el puer la inquietud y apetencia por el interés práctico-emancipatorio del parlamento agoral, que no sólo de ciencia fría ha de nutrirse el hombre, aconsejaba los escritos de Cuenca Toribio, eximio catedrático.
20 de mayo de 2020
Orígenes Sánchez, paraguayo de Asunción, aunque de innegables ascendientes galaicos, así dicho en sentido más bien laxo, sin compromiso de exactitud de los lugares, reputaba como su timbre de orgullo más personal una logomaquia que se había construido ad usum proprium. Según esa convenida doctrina, que quería beber del Timeo y otros libros paganos, y también de venerables Padres mal leídos, el fuego venía cíclicamente a depurar responsabilidades de las creaturas. El fuego a veces cobraba la forma de diluvio o de plagas. De la destrucción total, que en eso se epitomizaba la atroz justicia, emergía un orbe renovado e inocente, sorprendido de su ser. De un orbe a otro no quedaba memoria. Es así que Orígenes no podía dar pruebas de su pensamiento alógico e idiota, y por eso no le tomaban muy en serio en la pulpería donde ejercía su magisterio. Y también porque en el fondo temían que llevase razón.
19 de mayo de 2020
Hemerotecas
Siempre hablando de la reacción.Científicos de la NASA hallan evidencias de un universo paralelo donde el tiempo va hacia atrás (Antena 3)
18 de mayo de 2020
Isaac Ponderosa, mecánico autodidacta, ingenio sin enseñanza, creía firmemente que una sustancia espiritual secreta rige los minúsculos sucesos y el orden frío de las estrellas, abrazándolo todo en una cadena invisible. Metódicamente, sin descanso y con la constancia que da el fanatismo sin quiebra daba en clavar sus ojillos golosos días y días, años y años, en árboles, motores y ríos, esperando que algún día se descorriera el velo y que los eslabones, deshecha la oscuridad, se volvieran palabra, fórmula y ley. En verdad que no hay vida que no haga lo que sea preciso por olvidar con empeños insensatos. Ni el agua ni el metal ni la vida silente van a confesar nada a los curiosos impertinentes. La razón está en otro sitio, alejada con cada una de nuestras palabras estériles. (Se puede imaginar, sin acabar de verle el sentido, en una flecha que sale siempre disparada hacia atrás, alejando el blanco cada vez más, como entre una niebla que va espesando las ideas. El arquero, entre tanto, se olvida de si, atrapado en la opacidad del sueño.)
Hemerotecas
A las cacerolas! -gritan los ciudadanos del primer estado en sus quartiers reservados, con alegre nostalgia analógica.
De Godofredo Malfait, individuo que alcancé a ver cuando yo era muy niño, ocupado en sus pequeñas marchanterías por los mercadillos de la comarca, nunca se conoció un mal lamento por su suerte, y en verdad que hubo razones sobradas, principiando por la guerra y la pobreza que asolaron este reino desértico y calcinado. Quizás por eso fuera su destino en la memoria particular y común el convertirse en una imagen indeleble. Constancia queda de su paso por el mundo, de sus andares, decires y haceres en un hermoso libro descatalogado de un escritor local en el que el autor logra, en breves impresiones de momentos sin data, la eternidad que no logra casi ningún impreso con más pretensiones. Diríase que el personaje es mónada en algún respecto: un alma de Dios, como pretendía el libro, en el cuerpo del mundo.
17 de mayo de 2020
Juan Lobo Escoto, agricultor rubicundo y algo cejijunto, cazador de escopeta y fumador de estraperlo en los crudelísimos años que vinieron tras la guerra, fue un filósofo de la acción a su modo. A las incitaciones nocturnales de su esposa por asistir a las sociedades vecinales de ronda, brisca y cinquillo que ocupaban el ocio semanal de familias sin televisión, encontró una respuesta ingeniosa y austera, concorde con su circunspección castellana. En silencio, salía del brazo con la mujer, volvían la esquina de la casa y apenas un centenar de metros más adelante, los que separan las porterías del foot-ball, de incipiente furor en los gentíos, cuando la luces de las casas y conventículos del inocente divertimento vecinal ni se sospechaban en esas noches de clara luna, agradable vientecillo y ausencia de electricidad, con un lacónico "Bueno, ya hemos salido", el estoico escopetero y honrado labrador, de hogareñas querencias aparte de sus expediciones matinales (quizás furtivas) tras las perdices y otros seres más rápidos que cruzan la tierra, y que alegraban la morigerada cazuela, reemprendía la vuelta.
(No conservo imágenes del personaje, que quizás pueblen alacenas y álbumes semiolvidados en casas ajenas, ni tengo muchas esperanzas de acceder a ellas. Así que debo conformarme con el recuerdo fugitivo o medio imaginado, puede que incoherente o exagerado, a instancias de lo que otros me contaron, hace ya mucho tiempo, de lo que pudieron ser las mañanas frescas, el estampido y el olor de la pólvora mientras los perros se disparaban tras la presa, o las noches veraniegas de hace más de setenta años. En este tiempo de ahora, que tampoco es alegre, se teme que los humildes hechos ajenos, sustancia oculta de nuestras costumbres, se deshagan como las nubes de humo de los cigarros de Juan.)
(No conservo imágenes del personaje, que quizás pueblen alacenas y álbumes semiolvidados en casas ajenas, ni tengo muchas esperanzas de acceder a ellas. Así que debo conformarme con el recuerdo fugitivo o medio imaginado, puede que incoherente o exagerado, a instancias de lo que otros me contaron, hace ya mucho tiempo, de lo que pudieron ser las mañanas frescas, el estampido y el olor de la pólvora mientras los perros se disparaban tras la presa, o las noches veraniegas de hace más de setenta años. En este tiempo de ahora, que tampoco es alegre, se teme que los humildes hechos ajenos, sustancia oculta de nuestras costumbres, se deshagan como las nubes de humo de los cigarros de Juan.)
16 de mayo de 2020
Alcuino Montalbano, vástago tardío de pobres labradores hechos a fatigas y sacrificios sin cuento, dio en malgastar mucho del escaso peculio acumulado con empresas seguras, si bien modestas, en metódicos y torturantes monólogos acerca del sentido y la referencia. La máquina de la palabra: así quería nombrar su obra nonata acerca de la aventura del hombre cabe el ser (según lo trasladaban desde Germanía los trasterrados retornados). Homenaje a sus silenciosos padres pretendía ser este trabajo chinesco, y a fe que lo lograba con su propia soberbia mudez cuando era requerido para cualquier asunto. Cualquier domingo, el oro... pensaba para su adentro, sin saber bien lo que significaba ese barrunto.
Mientras, los niños esparcen al sol de las calles sus gorjeos sin mañana.
Mientras, los niños esparcen al sol de las calles sus gorjeos sin mañana.
Necios
Se tienen en menos porque antes se tuvieron en más. lim-+=0. (Donde arranca, y se queda, el ser, en la justeza de sus predicados, principia, y quizás reste allí, el saber.)
15 de mayo de 2020
Abelardo Montaraz, mozo nacido en un poblacho de las sierras que hay cerca de Córdoba, dio en opinar, en un año oscuro de encierro y temor, que quizás en escolásticos segundones, criados en Italia y en conventos normandos, se hallasen anticipos intuidos de lúgubres hallazgos con los que la física cuántica hizo peligrar la inteligibilidad del orbe. Pero de estas vislumbres, llegadas con el sueño, no podía dar cabal cuenta luego a los curiosos preguntones. Así de ingrata es la ciencia fortuita.
14 de mayo de 2020
Hemerotecas
Sueñan las derechas con que Isabel de Madrid encabece la rebelión, desde calles muy principales, contra el totalitarismo soft del gobierno neofront.
Escritura
De la suciedad lóbrega de las minas viene el oro de las pulseras que tintinean en calles transitadas.
Malestar trópico
El significado viene casi siempre diferido, o por la relación de las voces o por la semejanza de lo intencionado. La proposición señala, así, a otro lugar y obliga a desplazarse al sujeto. En sí mismo diferido: otro, afín. Desconocido.
13 de mayo de 2020
Anselmo Pedestre, de patria incógnita y cuyo acmé no acertamos a columbrar si ocurrió y en qué fechas, se encontró un día imposibilitado de hallar los vocablos que le permitieran afinar sus pensamientos acerca de las cosas, así dichas en general. Añadido al factum de que su temple metafísico no era bien mirado ni por vecinos ni por su parva parentela, esta condición menesterosa sobrevenida de su lengua y de su mente hízole desistir de oficio tan poco enjundioso, y abrazar el incierto destino de pregonero freelance. Ad maiorem gloriam populi. La sustancia en sí, por otra parte, nunca más fue fatigada por sus pesquisiciones torturadas.
Lapsus hiperbolizantes
En algún lugar del Libro no viene lo del elefante y la aguja. Tampoco Aníbal o Alejandro.
12 de mayo de 2020
Hemerotecas; significado lingüístico y significado del hablante
El ministro francés de Educación, cuando dice que la decisión sobre las escuelas corresponde a la autoridad política y no a la sanitaria, lo que quiere decir es que el poder político es irresponsable. Soberanía. Df.
11 de mayo de 2020
En el photobook soñado, de un blanquinegro perfecto en la sucesión de sus páginas, solo queda para la memoria una imagen (¿una marina?) de barcazas en el puerto. Están inmóviles y sin embargo se mueven. La otra imagen, la de los bañistas en la arena, la he olvidado. No el paso leve y lento del álbum. (La tersa suavidad de un papel añejo que brilla cuando es acariciado por la mano, como una piel impresa, si decirlo así no fuera más que inquietante. Como lo es el sentido del tiempo y los objetos que devuelve, traídos por las olas.)
Falta la imagen para la viñeta
...
-Es un libro tan difícil que hasta poner su título original en cursivas se antoja tarea hercúlea.
10 de mayo de 2020
9 de mayo de 2020
Hemerotecas
Pero es que además Ayuso no hizo nada mal al supeditar el bien de la contención del virus y de la salud pública al de la recuperación económica y de las libertades. Como dijo el exministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble en una reciente entrevista en ABC,
Luego sale lo que sale. Cuestión de jerarquías axiológicas.no debemos dejar las decisiones únicamente en manos de los virólogos, sino que debemos tener en cuenta también los efectos económicos, sociales, psicológicos y de otro tipo. (En Libertad digital)
8 de mayo de 2020
Hemerotecas
La prudencia sometida a lo impensable: a este principio y continuidad de indeterminación entre salud y economía [que condena al otro elemento del par de manera inmediata--y de manera mediata a sí mismo.]
7 de mayo de 2020
6 de mayo de 2020
Lugares comunes
No todo lo nuevo es vueno, aunque no estoy seguro de si esto es realmente como lo escribo.
La elasticidad de los géneros
De un anuncio:
-(Ella a él, circunspectos los dos, en presencia del fontanero, que oficia de testigo experto) Mira, otra vez las marcas de agua*, y eso que puse abrillantador...*Es una obra de Joseph Brodsky.
Hemerotecas
Las nefastas cifras de empleo que claman por una apertura completa de la economía (Libertad digital)
Del deber de creer en Dios contra los varones afronéticos.
De las obras
La hoja en blanco soportará -por necesidad- cualquier mancha de tinta, y el azar logrará que un simio decrete una ley para el gobierno de los hombres. (Arrojó un hueso en el tiempo, y volvió un avión, más joven.)
5 de mayo de 2020
Pseudobiografías auténticas
Arisclipo Montano, trasterrado de la vida, cuyo acmé no tuvo ocasión de celebrarse, descubrió en el filósofo y teólogo Juan Escoto Eriúgena, del siglo IX, una guía segura para enfrentar las exigencias mundanas de los unhappy years of the 21st century.
3 de mayo de 2020
Peorspectivas
Lo que impropiamente entiendo (pero quizás no debería): estará el engrudo civilizatorio formado por una masa cuya psicología estará entre la soldadesca platónica y la mesocracia aristotélica.
Hemerotecas
¿Qué tipo de ciudadanía es la que suponen los medios de derechas, cuando responsabilizan al gobierno del incivismo irresponsable de los súbditos? ¿La que ha producido y pastoreado la izquierda?
2 de mayo de 2020
Del edén como biblioteca
Alcuino pide a Carlomagno, como amante de la sabiduría, que le traigan de York sus libros:
(Cita Gilson en su historia de la filosofía medieval , p. 181)
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