Recuerda Tomás el columnista, en primicias de escolástica, el trágico destino de aquellos que no midieron bien cuando la doctrina empezaba a regir las vidas paganas, pero las costumbres punitivas seguían en la barbarie y en el ojo por ojo (en general: miembro por miembro); entonces, pondera que no es sano recuperar imágenes antañonas e inquietantes de Marlene Mourreau.
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