Abominanos de la cultura de la queja, esa infección moral. Sea en la forma grosera, pedigüeña y católica, o sea en esa forma judaizante que extrae razones de la punta de un alfiler.

 A los que dicen que se lee por falta de ideas, o para ocultarla, no tengo más que otorgarles la razón. Yo añadiría solamente que también puede ser por desgana de ideas. 

 Mucho frío. Un viaje familiar a R., donde el belén.

Hemerotecas

 «No pienses que pretendo venirte con reproches, ni siquiera mentalmente. No nací ayer. Soy muy consciente de que los grandes planes, las grandes ideas y los grandes intereses son lo único que importa», incidió. El Camarada Supremo, entonces en el auge de su poder, no intercedió por él. Más bien le dejó morir haciendo valer una máxima que repetía en ocasiones: «La gratitud es una enfermedad que sufren los perros». (En Abc) 

 La memoria es artera, y sueña que justo aquí al lado, y a media hora, y mucho más allá, en la provincia natal, hay otras bibliotecas posibles y hasta reales, y un butacón de orejas, con perro y chimenea encendida.

Inventa la memoria un espacio dividido, y ahora viajar está al alcance de todos, pero yo sé que es el tiempo lo que se ha roto, contra todo intento espiritual de despliegue de síntesis y armonías un poco kistch.

Después de los cincuenta el mundo nos habla de otra manera. 

 Un Diario, la prueba de la "necesidad de estar/se/ encima", aprovechando las palabras de Piglia (I, p. 234)

 Nunca confíes en filósofos que compran décimos de lotería.

 Hay un dogma en los antidogmáticos, como habrá heterodoxia entre los ortodoxos.

De las aves latinas

A cualquiera se le escapa un metereólogo, después de todo los murciélagos vinieron de ese mismo error. 

 Descanso, viernes tarde, pero la cabeza es autónoma en sus tornadizas obsesiones y eso no me gusta nada. Lo que importa es muy poco, entonces incumbe no pensar en lo accesorio. 

 Una forma de manifestarlo: el pensamiento hegeliano manipulado por un par de burgueses bromistas, seguidos por millones de manipuladores. (según S. E., 2001)

Moralina histórica

 El conocimiento no tiene nada que ver con el perdón de los pecados. 

 Animales de rutinas. Simplemente el hecho de que esté cerrado el bar de abajo pone el alma en zozobra. 

 Trabajo. Piglia, las desopilantes memorias de Pit., y luego Elizondo obligado a hacerse eco de la leyenda negra por un libro de 1843, Prescott, norteamericano. ¿Hay traducción reciente? Ps. La hay. 

De clavos e imperios

... De la misma forma que la filosofía analítica es la escolástica tomista después de las bodas de Enrique VIII. 

La retroexcavadora aplicada a la historia

 La filosofía escolástica es la filosofía analítica pasada por la túrmix episcopal. 

 ¿Es la mala memoria una causa de evolución de las lenguas? O también quizás la coartada de la intertextualidad. A saber... 

 Lunes. Trabajo. Piglia. Las preocupaciones de los padres. ¿Cómo me libré? A propósito: la escritura como un signo de orgullo capaz de sobrepasar o sublimar el dolor. O algo así. ¿Quién lo escribe? 

 Un paseo. Diarios de Piglia, I. Revueltas o algaradas. El tiempo dirá. 

Déjeme aclararle que no me gusta recordar, y menos en estos momentos...

No me precio de memoria, ni de muchas otras cosas, y las veces que me he esforzado por revivir algún hecho lejano o cuando alguien ha mencionado que sí, que aquella vez, etc. no me quedó más remedio que encogerme de hombros y señalar mi incapacidad. Será verdad o no lo que me dicen que pasó, o lo que dicen que dije...

La tradición religiosa es materia diferente, déjeme aclararle que no soy practicante aunque respeto. Me refiero no al culto, sino al poso que dejan en la conciencia, albacea no siempre confiable de la memoria, las enseñanzas mejor o pero recibidas acerca de la responsabilidad, el deber y la culpa. Escribir esto en otros tiempos quizás me señalaría como hereje, no sé. Quizás he entendido mal el mensaje evangélico, a mí me ha quedado lo acerbo, la visión súbita y la presión cordial. Por ejemplo, si aquellas decisiones mías y lo que arrastraron consigo podrían haber sido de otra maneras más claras o limpias, y no haber jugado con fuego. Tampoco me gusta confesar, de qué puede servir ahora a nadie, ocurrido el desastre. ¿No hay también una reinserción moral, mediante la que somos facultados para emprender la vita nova?

Miro desde arriba: un hombre de mediana edad sube por una escalera estrecha, con los peldaños muy juntos. Mira hacia arriba, y no estoy seguro de si es mi padre o soy yo mismo, si es una proyección de mi conciencia (pero no estoy soñando) o soy yo mismo obligado a sufrir los mismos quebrantos. La culpa incita a la vita nova, si se es optimista, o a la repetición, si se es un creyente en el lado determinista de la libertad, o sea, que alzada la mano o pronunciada la palabra no hay ya vuelta atrás.

Palabras. Nada más. No es agradable recordar, pasados los cincuenta. Pero las noches son traicioneras.

 Rossi, Manual del distraído. Libro que merece una relectura, y otras cosas del autor conviene mirarlas. Ha llovido hoy, pero poco para lo que necesita el campo. Movilizaciones en Austria y en otros sitios.. 

La Macarena y tal

 Quien se empeña en pensar en la contingencia, ese mismo se ve obligado a deducir imágenes ominosas. (Se tiene un talento especial para ello, para otros asuntos no, una habilidad cinematográfica diríase, connatural, que nos deja destrozados.)

De las insidias de lesa alcaldía

 -Nunca gozaréis de la gerencia de Urbanismo, les apostrofó mentalmente dirigiendo su indice a las nubes grises de la tarde. Quizás llueva, pensó. Lo necesita el campo. La gerencia es mía. Os llevaré frente a los tribunos. 

El prócer Máximo mira por la ventana y piensa en cuando aprendió a temer a las sombras en las noches del desierto. Hace muchos años de aquello, pero el miedo y el resquemor se le quedó para siempre. A los perros, a los hombres con la cabeza enturbantada y el machete dispuesto. La gerencia de Urbanismo es casi igual. Se los imagina en sus covachuelas, sonrientes y a la espera.

Ahora es su oportunidad, ahora que lo creen sin fuerzas a causa del mal. Se resistió como pudo a dejarlo, a abandonar el puesto, anticipando quizás lo que habría de venir, por detrás de palabras de aliento y palmadas. Así se conoce a los traidores, por la calidez de sus palmadas. Èl, que había puesto toda su confianza.

-Nunca te confíes- le decía el sargento en las noches terribles de guardia en el desierto. Ahora siente el mismo frío, o quizás es la debilidad de la carne. Se han atrevido a conjurarse, a repartir la herencia, está seguro. El cielo sigue amenazando. Las tormentas lo alegran siempre, pero en este momento no piensa más que en los traidores, esos mismos a los que él encumbró sacándolos del turbio arrabal.

Hemerotecas; de la libertad

 Austria impondrá el confinamiento general a partir del lunes y la vacunación obligatoria (El Mundo) 

Hemerotecas

 'Kichi' arenga a los manifestantes del metal en una jornada de nuevas barricadas en Cádiz "Hemos tenido que meterle fuego para que en Madrid se fijen en nosotros" (El Mundo)

Así, templando ánimos. 

Mediotecas

 La voz estridente de la persona que ejerce la locución (dogmática, sincopada, los acentos cargados) mueve a la desazón a este espectador contingente. Sospecha que la verdad no puede ser tan áspera. 

 Me llega el Manual del distraído de Rossi. Comienzo a leer, medio dormido. 

Doxas matineras

 Medios de información de masas. O sea, instrumentos de incomunicación de personas. 

 El cuerpo manda, el ajeno y el propio. Allí donde habita el alma, /donde chocan y rebotan las palabras, todos los sentidos deshaciendo. /

Hemerotecas; ¿Para qué pensadores?

 Pascal Bruckner “Hay que pensar en ahorrar desde los 20 años para vivir a los 60 con dignidad”

Aquí está todo. Escribe Piglia

 Sin internet ni teléfono (desde ayer por la tarde, hasta ahora), con muchas preocupaciones e inquietud. El Gran Escritor, perfecto para las Academias, es un tósigo que se debe administrar bajo prescripción sanitaria. Como todo ahora.

P. de C.

 Después de bien pasados los cincuenta nos enclaustramos en una cabaña en el bosque,

En una ciudad peninsular cualquiera, equidistante de los tiempos, de lo ido y lo temible venidero.

Desde el balcón se ven a la izquierda los árboles del parque, a la derecha, en el trasfondo de la calle y muy a lo lejos, por encima de unos árboles distintos, la montaña vieja, pelada y gris. (Este no es mi paisaje pero de algún modo me he traído conmigo el tono de la tierra, la falta de lluvias y la jubilación de los responsables de la empresa.)

Una cabaña puede estar en una calle poblada y antigua, con tal de que esta maquille su cara, con licencia municipal, nuevas gentes y el podado tan conveniente de los árboles que obstruyen el horizonte.

Así, la calle es una y es otra, hilvanando generaciones e historias que se desconocen, gentes que son de aquí y de allá, de al otro lado de la montaña y el río. El lenguaje es el mismo, los hijos son comunes.

No me gusta el nombre de esa calle, no es congruente con el blanco de las casas ni con la luz deseable de todos los años. Desazona el nombre para quien quiere habitar en un bosque, como esos de Nueva Inglaterra, tan cerca de los campus y de las, impropiamente dichas dado el lugar, tiendas de ultramarinos. 

(Si yo quisiera repúblicas, moderadas y pacíficas, cambiaría la denominacion de la vía, por una más laica como la de la esperanza, aunque sé que esto es olvidar que es la caridad aquello que se da entre hermanos, si de veras lo son. De la misma lengua, hijos de una tierra compartida.)

Bien pasados los cincuenta, como así acaece en esta configuración del azar sobrevenida que somos, la cabaña imaginada tiene las paredes llenas de libros y ninguna ambición enturbia la atmósfera. Si acaso, la fantasía produce la imagen de una chimenea y un gato haragán en el piso de abajo.

Pero nunca olvidamos al niño que juega en la playa, de quien es el reino. 

Hemerotecas, Man

 En los diarios de la derecha se propaga el temor de la entronización de Margaret Díaz Ayuso.

 De buena mañana de domingo leo una cosa horrible y pedantesca, muy del tiempo, sobre S. E. Escrituras pagadas, sin duda. 

 Asunto bien distinto es que se pudiera considerar al Gran Escritor una persona confiable, o un amigo. Por no decir del adocenado seguimiento de las filias políticas de moda, sin importar lo criminales que sean. Cosas de la edad, pero ¿tan difícil es no dejarse engañar por la quimera del sistema omniexplicativo de turno? 

  "Leo el Sócrates de Rodolfo Mondolfo", escribe Piglia, y uno recuerda que. 

 Días sin huella. Periódico, tv, RP (los Diarios son magníficos, de obligada relectura y estudio). Luego están los agobios y las preocupaciones por casi todo. 

 ¿Qué hallamos en los Diarios del gran escritor? Aquello que hayamos puesto, se podría decir con fácil juego del verbo. El negocio de la cultura, en primer lugar, la trama de los intelectuales, así en general, presentes y ausentes, un enorme caudal de lecturas y conocimientos bien asentados. Lo que corresponde a un emérito de una academia prestigiosa imperial. Después, en segundo lugar, las turbiedades de las acciones políticas, más como espectador que como partícipe activo. Da para entender la negrura de la época, el drama sangriento, las infamias. Por último, las trazas de la vida más personal, las intimidades y extimidades del amor y de la amistad, alrededor de un personaje, digo bien, a la vez muy contento de sí y muy desgraciado. 

Loor al demos

 De lo posible, ahora, vendrá después lo necesario, es decir, la imposición legal gubernativa. 

 Al cabo de tanto silogismo, hasta de aquellos que no lo parecen cuando aspiran a la sinrazón, por aquello de captar el interés de los impacientes, 

Después de bien pasados los cincuenta, lo que resta es que la única verdad es el amor, y lo irreal aquello que mana del odio y aun del frío.

No podemos evitar los razonamientos, incluso en esta grave materia de la sustancia de lo existente. Así de fuerte es la inclinación de nuestra enfermedad, si acaso no quieres concederme la piedad de que el sufrir es algo que se debe expresar de cualquier modo, síntoma o logos.

Acerca del porqué de nuestra pasión, eso sí, el mundo calla, y la verdad que proclamamos es solo nuestra, asida en el abismo. 

Humor negro

 La verdad es que se llega a un punto en que no se teme por uno mismo, sino que se siente vergüenza por complicarle la vida a los demás, a los seres queridos. Pero que nuestro ser radica en la contingencia, eso es inconcuso.

 Hemos de pensar que la Macarena existe. ¿De dónde ha salido ese monstruo sobre ruedas? 

 Es una foto de una foto (de P. Lavista). De ahí su escasa calidad. Elizondo escribe de espaldas, o casi, al mundo, tras el cristal. Figura en la contraportada de El gragógrafo. Como alegoría del escritor, de la escritura, sirvan las palabras que le dedica J. de la Colina en el prólogo a Pasado anterior. 

 Al final de Pasado anterior, una compilación de artículos publicados entre 1977 y 1979, nos encontramos con esta frase terrible que nos asesta Elizondo:

¿Quién estará consultando nuestros libros furtivamente, ahora? 

 HTA. Elizondo.

 Trabajo. Piglia. HTA.

 Monsiváis, Piglia. Los domingos son el descanso como castigo. Demasiados libros. Ya hace frío.

Errata vitae

 Quiso ser polígrafo (2ª acepción) y se quedó en bolígrafo. 

Hemerotecas

 ... Bosé ha querido adelantar un capítulo entero en el que relata su traumática experiencia con tan solo diez años cuando su padre le obligó a ir de safari con él a Mozambique. A Miguelón no le gustaba cazar, ni pescar, preferia leer algo que Dominguín no entendía hasta el punto de que desafío a Lucía Bosé diciéndole que si seguía leyendo tanto «¡Maricón, Lucía, el niño va a ser maricón! ..¡Seguro!». (Abc, hoy)

Ernst Bloch, excusas no dadas

 

 Siempre me pareció capcioso lo de la capacidad y la necesidad, a no ser por la mediación de los intérpretes eclesiásticos sedicentes.

Max Frisch on peace & love

 

(De un texto de E. S. V., 1973?, que ya me inquieta de per se) 

Blogotecas

 –Señores: las vías están preparadas para un tirano gigantesco, colosal, universal, inmenso; todo está preparado para ello; miradlo bien; ya no hay resistencias, ni físicas ni morales; no hay resistencias físicas, porque con los barcos de vapor y los caminos de hierro no hay fronteras; no hay resistencias físicas, porque con el telégrafo eléctrico no hay distancias, y no hay resistencias morales, porque todos los ánimos están divididos y todos los patriotismos están muertos. (Donoso, en salmonetes)

Altérense los nombres de algunas invenciones, pulsando f5. 

Hemerotecas

 Porque a Espada le seduce lo que ocurre en los tribunales, aunque no suele quedar satisfecho con las conclusiones que alcanzan y más de una vez considera que son meras patrañas. En consecuencia, nada le resulta tan desalentador como el concepto de verdad procesal con el que suelen operar los profesionales del derecho. Ese reconocimiento realista y un tanto cínico de las limitaciones asociadas a los asuntos humanos, que habla de la resignada coherencia de un sistema consciente de sus imperfecciones, le irrita notablemente. (En La Vanguardia) 

 Quebrar lo dicho en la misma frase, sembrar la duda de la verdad, para plantar una impresión equivoca de falsedad. ¿La bolita dónde está? 

 Como el aficionado que a partir de fotografías quiere hacerse composición de lugar e instante, así el lector de libros de historia. Puesto que está radica en ficción, concedamos sus derechos a la poesía, demanda Ladislao Plantíos, egresado en agraz. 

Ítem más

 Perpetra don Wenceslao este trozo atroz, en el contexto del salvajismo desatado por las "compañeras" en el Madrid de inicios de la guerra (p. 69 de su obra desconocida):

Porque el hombre no tiene razón de existir, biológicamente, si no le consideramos como un ser en relación a la mujer, como un órgano que se desprendió de la mujer... 

Maniobras proposicionales atrevidas

 No hay que perder de vista el hecho de que una chispa eléctrica puede fecundar el óvulo (los trabajos de Jean Rostand lo demuestran y comprueban)... (S. E., Pasado anterior, p. 238)

 Yo no recuerdo bien y no sé deciros los muchos obstáculos que se presentan para publicar un libro de poesía bien pasados los cincuenta.

Se conocen casos. 

Pocos. 

Primero deben haber pasados muchos años gastados en nada, en vivir y esas materias que corresponden al animal ladino.

Años perdidos en silencio, o en un habla que no conviene. 

Después está la idea del viaje, el paso del bosque en otoño al otro lado de la zona de los lagos. 

El mar, la carretera hacia el norte corre en paralelo, está prohibido en esas costas tan quebradas y su imagen sólo está hecha para la reverencia y la oración. Quien sepa. Eso es así también en la memoria, para el que ordena el pasado o recompone el futuro. 

No hacia afuera, hacia adentro está la salida. 

Pienso en el viaje, pero la idea de moverme es opuesta al trabajo. 

 ¿Hay quien dé más?

"Hay que amar a nuestros enemigos con odio revolucionario." (En Aires de familia, de C. Mosiváis, p. 72)

Hemerotecas

 CNN Español: Si en el metaverso somos avatares, ¿dónde quedan la memoria, la identidad?

JC: La historia de la tecnología es la historia de la delegación. Ahora la tecnología está tan lejos que no puedes geolocalizar tu memoria: cuando quieres recordar algo buscas una foto o un email que están archivados en algún lugar remoto y desconocido. El problema de los últimos años, vinculado con Trump y "Truth", es que también hemos ido delegando a la tecnología lo que tiene que ver con la moral. Hemos externalizado cuestiones tan importantes como la salud o la opinión política. Eso, me temo, es un camino sin regreso. La gran tensión de nuestra época es intentar saber quién eres al margen de todo aquello que has delegado fuera de ti.

El avatar, el nickname, la identidad digital, es real, es parte de ti. Pero hemos asumido una serie de lógicas e inercias sin reflexión crítica previa y nos hemos conectado totalmente, nos hemos vuelto tecnoadictos. Ahora imagino que en esta tercera década se van a imponer espacios y rituales de desconexión, y esto se va a ir normalizando. Quizá por eso Zuckerberg se adelanta y propone un antídoto preventivo: vamos a provocar más adicción porque, como se ha visto con la filtración de los informes, son conscientes de cómo controlar la adicción y secuestrar nuestra atención. (J. Carrión, una entrevista)

De los justos jueces

 ¿Dónde metemos el corte de quién merece reinsertarse, y quién debe ser apartado definitivamente de la sociedad? ¿Quién puede arrojar primeras piedras? 

 Trabajo. Cocinas. I am a weekend reader.

 W. F. F. era un genio, pero un genio incorrectísimo. 

 Sortilegio: este que consiste en consignar la contingencia, o su anticipación, como si de esa forma se pudiera conseguir algo. (Pero es un recurso que no deja de minar al ánimo más férreo, que desde luego no es el mío.) 

Del mismo modo, últimamente solo leo Diarios, o casi, ilusión de permanencia, tópica ilusión de creer que las hojas caídas no las arrastrará el viento o la lluvia, antes de la severidad invernal de la nieve (o sea el olvido). 

Sigue lloviendo, lo cual necesitaban la tierra (res extensa) y las gentes (res cogitans). 

 1 de noviembre. Llueve. Recuerdo.