28 de noviembre de 2021

Hemerotecas

 «No pienses que pretendo venirte con reproches, ni siquiera mentalmente. No nací ayer. Soy muy consciente de que los grandes planes, las grandes ideas y los grandes intereses son lo único que importa», incidió. El Camarada Supremo, entonces en el auge de su poder, no intercedió por él. Más bien le dejó morir haciendo valer una máxima que repetía en ocasiones: «La gratitud es una enfermedad que sufren los perros». (En Abc) 

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