30 de mayo de 2020

Pascual Almenas, al que llamaremos el Magnífico, pertinaz conseguidor de obra pública, subió un día al cerro que dominaba la graciosa villa, notable por su huerta feraz y la mansedumbre de sus gentes, y vio que su empeño era bueno. Había querido imaginar lo que sería su vida, el curso de sus años asignados, desde aquellos lejanos días de servicio en las soledades de Sidi-Ifni, cuando entretenía las guardias leyendo a Hegel en la clásica versión de W. R...

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