(Trompe l´oeil)
Ninguna idea al respecto; tan sólo una descripción lunar del paisaje, de sus riesgos, al modo de un peligro interpretado, o la amenaza de un mal...
***
(Roman à clef)
Las tres vidas de Izak Borg: está obligado a (1) tensar la conciencia -en eso consiste su reflexión- (2) entre recuerdos y sueños, fallos y ausencias, por una parte, y (3) el breve manto del reconocimiento social, por otra. En este último espejo los demás se callan, o sólo se obligan a gestos medievales, arcaicos, en una lengua que ya no se usa, puramente ritual. Su vida personal desquiciada posee, por lo menos, el encanto del médico humanista, y se lo agradecen, cómplices, los ademanes de su nuera. Esa cortesía, rastro de un amor que no ha podido existir, sería impensable en la piel de la grosería y la crueldad del ingeniero, pero cuadra perfectamente con lo que adivinamos deseosos para la privacidad fallida del Dr. Borg, otro calor doméstico -ahora interclasista-, que debería haberle dulcificado algo la dureza de las horas, con sus muchas noches.
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