25 de diciembre de 2006

A propósito de Walter Benjamin, comentario

Goethe

Ninguna distancia te hace difícil
Venir volando y apasionado


Es la mariposa que acude a la llamada fatal del fuego, batiendo alas de dolor: la promesa de entrega a cambio del alma. La muerte está presente en el núcleo erótico del romanticismo.

Baudelaire

Je t´adore à l'égal de la voûte nocturne, / O vase de tristesse, ô grande taciturne, / Et t'aime d'autant plus, belle, que tu me fuis, / Et que tu me parais, ornement de mes nuits, / Plus ironiquement accumuler les lieues / Qui séparent mes bras des inmensités bleues.

La apelación antikantiana del verso inicial indica el universo del que se ha retirado el dios, la actividad; huérfano de su principio, el mundo aparece triste, en la imagen de la mujer como finalidad/motor (pero, igualando su rostro al cielo, son empequeñecidos ambos; si la admiración desaparece por pensarse demasiado). De ese modo, la belleza se tiene que vincular a la fuga, al retraimiento del horizonte (cada vez más allá; nunca aquí, ya). Los lugares no señalan el camino (aunque fuera difícil), sino la distancia pura, sin puntos.

La "triste" de Baudelaire deja el amor para los pactos, una vez que se percibe el hastío del dominio cortés (los hombres que te ceden el paso). Destruido el amor, se comprende que no se convocan los ojos (no se comunican los ojos; se adelantan los brazos; así discurre ahora el corazón), sino la necesidad de los cuerpos, la carne menesterosa, frágil forma de energía, de un calor triste, del que se llora su olor algo desagradable, ajeno.

¿Un astro sin atmósfera (Nietzsche)? ¿Por qué no un sol frígido?

1 comentario:

la señora de las especias dijo...

Baudelaire... que bien sonaban sus palabras con el crepitar delas llamas... como me rescataron del bullicio incomodo...