2 de septiembre de 2007

Permiso!

Una respuesta (a Eduardo Robredo Zugasti):

"Uno tiene la maldita costumbre de preguntar (deformación profesional, también): ¿De dónde han de surgir los personajes, si no es de la ideología del autor? Piense que pedir que borren las huellas del autor es querer realizar la idea de la desaparición autorial del texto (el autor ha muerto, claro, pero porque lo matamos en cuanto asoma la cabeza). La huella excesiva de las ideas del autor, su encarnación -de las ideas y del autor- en el -los- personaje(s) da crédito a la idea de que la esquela mortuoria (del responsable textual) se había impreso demasiado pronto. Bien . ¿Esto es malo?"

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