(Ejercicios de redacción escolar, tras la lectura de Salinas)
En las callejas de la ciudad pequeña, sin advertir el frío, celebran los jóvenes sus primicias del mundo.
Se esconden tímidamente de la norma, de nosotros, los adultos que pasean a deshoras. No tienen frío y no sé cómo iban a tenerlo si están aprendiendo el secreto de su ciencia: los cuerpos que mutuamente se incendian, librando su incandescencia contra el mundo si es preciso. Ya aprenderán los límites de la llama eterna: en los mismos labios que festejan gozosos los abrazos. Necesitan tiempo: para ellos el sol sale a medianoche todavía. ¿Qué digo? Acaba de salir esta noche, resguardados en los soportales, entre la sombra de la luz artificial, buscando protegerse de la mirada del hombre que con su experiencia les condena. Si supieran...
Avergonzados cerramos los ojos: nada más que dudas e ingenuidad.
1 comentario:
Durante la mañana te llamo.
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