Los Ayuntamientos del Valle proveen de altavoces con villancicos y frigidísimas luces azules (más heladas que los témpanos de ciertas almas) con navideñas stars, con el fin de la mortificación y recuerdo de los espíritus cabizbajos. Si no, no se comprende este atosigamiento del viandante, que puede ser ateo. Incluso en estas fechas.
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