(Salinianas penúltimas)
Sobre la nieve y el hielo, los cuerpos alejados, se ha venido a posar una conexión fría aunque versátil. Puesto que depende de la pura combinatoria de 1 y 0 (oh, mathesis cartesiana realizada), no se necesita el espacio poblado de realidad y carne. Se necesita solamente el aguijonazo del deseo, una desesperación puntualmente demasiado intensa o un corazón que hiela demasiado, por culpa de los años y los desconocimientos.
No siempre, quien así se pronuncia, bendiciendo la situación, es un cínico; puede ser también un escéptico que no sabe ejercer su bondad---
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