Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
15 de noviembre de 2008
Mi pequeño y oscuro filósofo...
... no alberga la ambición divina y platónica de conformar ciudades justas. Su intención es más sibilina y diabólica: dar forma al lenguaje de los ciudadanos de Utopía. Procede como los políticos, sin serlo: produce primero la palabra y después busca su objeto. (No es tan extraño: el verbo ser existe antes que el ente, al que aún se anda buscando.) Como los políticos, sí; pero con intención contraria: los filósofos oscuros y pequeños, paseantes entre Walser y Azorín, en los extrarradios o fuera de las urbes, mantienen la ilusión sincera de que hay un objeto para cada término del lenguaje, y que por esto hablan. Que si no, callarían.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario