El Diccionario registra, para esa voz desconocida (vamos a denominar x a su objeto), no una definición de uso, sino una cita de otro/a autor/idad, y concluye (el responsable -autor- del Diccionario) escribiendo "vamos a dejarlo ahí" (algo parecido).
¿Cómo podría creer yo en la lengua perfecta, si en un sueño pobre he conocido la verdad: que el lenguaje es constitutivamente anterior a sí mismo, propiedad de otro que uno toma, e irrebasable?
Nota: "Hipnómeno" (fenómeno o apariencia de una razón que conoce y argumenta en sueños) no es la voz desconocida. No me acuerdo de cuál es.
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