"Por eso, tanto la directora de la escuela como el profesor de matemáticas o ciencias y la supervisora curricular deberían tener al menos un nivel básico de conocimiento acerca de cómo promover el aprendizaje de la lectura y la escritura en su ámbito específico".
La cosa del asunto (vamos a decirlo así) está en que este tipo de declaraciones pomposas no conducen a nada: a nada que no sea a más burocráticos fuegos de artificio.
No se me ocurre en qué mundo del sinsentido, de olvido de la mano derecha y de la izquierda (orientación, prudencia), puede cobrar significado la expresión "tener al menos un nivel básico de conocimiento acerca de cómo promover". A no ser que la tecnología nos haya vuelto estúpidos a todos.
De Karl Kraus, en Contra los periodistas y otros contras (Taurus, 1998, p. 36; trad. de J. Aguirre), encontré esta perla que parece escrita para España:
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