Se retrocede, histórica o lógicamente, en la interpretación de las proposiciones.
Al final (al principio, quiero decir): a) se encuentra una proposición que también interpreta o contiene una interpretación; luego no se halla una verdad; b) se encuentra la raíz común, el mito en el logos y a la inversa.
(Con estas cosas el ánimo se encuentra más tranquilo: pensando que solo él, con su análisis lógico, existe en el mundo y no tiene que justificarse ante nada ni ante nadie.)
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