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Pero esto es lo que Sloterdijk denomina quinismo, el cinismo que no lo es porque no se entrega al poder ni se manifiesta violento, aunque sí irreverente: contra el cinismo verdadero en primer lugar. Esto es, contra la voluntad de querer y crear el mal.
1 comentario:
Vale, soy un poco quínico. Pero me gusta, así entre nosotros, para entendernos, lo de cínico. Suena mucho mejor.
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