5 de mayo de 2008

Noluntad sistemática, II

(Deducción trascendental de un escritor; según entiendo, yo que no lo soy, que suceden estas cosas)

Será inútil que el cerebro se suelte en la antesala del sueño (valga la cursilada)---

Será inútil que, relajados, se nos ocurran cosas que cuentan, como pérdidas (monedas del revés), los centavos del día---

También el propósito de recordar por la mañana---

La solución está a mano: encender la luz y escribir las frases---

Nada soluciona. No te engañes. Robar tiempo al deber de dormir solamente podrá conducirte a la locura---

¿Qué es lo que se pierde con no decir? ¿Qué es lo que se ganaría con anotar?

Justamente porque no se es nadie: ahí está el problema. Me aclaro: Se es Nadie. O el problema está en creer que se es Nadie: que el lenguaje circula a tu través, aunque tú no tengas ninguna importancia, o exactamente porque no la tengas, a causa de no tenerla---

¿Circula el lenguaje? Tonterías! Se responde en ti la prudencia. El lenguaje, el discurso, no discurre por tu mente.

Ahí! Negándote te delatas. Sin querer dices la verdad. La palabra que fluye ejerce su oficio de río, de "autometaforizadora". Ella mide el tiempo mejor que los relojes: se congela en la angustia, en el valle, se hace sólida y de esta forma, es increíble, ¿verdad?, hierve, igual que un puñal, en la sangre: lo que no debe ser bueno para el corazón. Una vez que has bajado, dialécticamente tienes que ascender: bastará con que el cuerpo te olvide un poco. A nadie ha de engañar tu estado. Menos que a nadie a ti mismo, que lo padeces. Aunque éste no sea un argumento, sino la costumbre de creer. Se sabe realmente que los estados del alma se reducen a estados del cuerpo.

Entonces lo sólido se vuelve aire o se va al aire, lo mismo da. Al negarse tu identidad, que es tu carne, rota la asiduidad infernal de los pronombres, los rescoldos del Sistema Social hablan dentro de tu teatro y tu persona (lo mismo son la representación que la máscara; lo sabemos desde aquel curso de BUP) con una claridad que no podrías esperarte del sopor mental en que se vive durante el día. Con qué claridad de sol de medianoche se percibe, pero ya es de madrugada, que el alma es lo mismo que su renuncia, que cualquier deseo mundano, si eres tú el que desea, tiene que ponerte en ridículo y te hace olvidar tu tarea: desvivir en la letra, y antes que en la letra en los significados. Todavía antes: en la música incomprensible de los sonidos. Por una rara ¿sinestesia? esta música es el vislumbre e imposible desarrollo del recuerdo---

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No importa, pero ahí va una definición figurada (luego trópica, luego circular, luego metafórica):

La metáfora es la metonimia desatada.

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