21 de mayo de 2008

Jornada de huelga

Nada, que algún día habrá que analizar las formas y efectos de este maoísmo blando que va arrasando con los últimos vestigios de la enseñanza y el humanismo desde hace más de veinte años---

Lo tendrán que hacer los hombres venideros, porque los afectados estamos, más que otra cosa, asqueados del ninguneo y la pasividad social (de todos): hastiados de esta estupidez reinante que ve mal que quien ha aprendido algo, lo quiera enseñar, aprendiendo (para ello, por ello) más todavía... y así sucesivamente (una espiral virtuosa, un grato feed-back). En lugar de esto, que sí que es una vocación, se pretende que seamos educadores sociales (misioneros laicos de vocación) y culpables de todo. Hágase la deducción: si la educación es, a priori, social, cualquier fracaso de la sociedad será imputable a los educadores.

Todo esto resulta estúpido, y de estúpido, suicida (diría Sócrates, la prudencia y hasta el sentido común)---

Se pagará---

---

Otras cuestiones (las válidas y verdaderas, las vocacionales, los deberes... ):

Visita a la Biblioteca Municipal de H. O., la mejor de la zona (y que, además, me tratan muy bien, a pesar de mis retrasos en las devoluciones: Merci!). Me traigo dos joyas: Rinoceronte, de Ionesco (sí, no lo he leído), y Abecedario de C. Milosz. En Correos, otra joya (que pago yo): también de Ionesco, la que puede ser (es) la tercera parte de sus diarios, La búsqueda intermitente, en Gedisa---

A base de libros estoy arruinando mis cuentas, las bancarias y las mentales---

***

Magnífico lo que llevo leído de


, que recogí esta misma mañana de Correos---

-¿Por qué magnífico?
-Claro, se debe justificar la opinión. Porque Ionesco dice lo que piensa. Porque es un espíritu religioso, alguien que busca la trascendencia. Porque el texto suena auténtico---

---

No tiene nada que ver:

Aborrecí el cine hace como una par de años (más o menos, no soy nada fiable para las fechas), creo que a causa de decir que no me gustaba el cine y que no entendía las películas. Esto dejó de ser retórica, en realidad nunca lo había sido, y he acabado comprendiendo que mi espíritu (más corto quizás de lo que yo me creo) no está preparado para la era de la reproducción técnica (more Benjamin), y eso que llevamos en el asunto más de un siglo (yo, algo menos)---

Séase:

Que no consigo comprender las narraciones, como tampoco entiendo lo que pasa por la vida. El calificativo no hace falta decirlo. ¿OK?


***

Coincide la máxima humillación y duda del espíritu con el peso insoportable de los términos del lenguaje. Hay que conducirlos y examinarlos uno a uno, sin que exista seguridad de que la comunicación pueda ocurrir. De lo cual deduzco que la construcción de la sociedad tiene que basarse, o por lo menos suponerlo, en un sentimiento de alegría o encuentro. Quien celebra la fiesta se pone de acuerdo en los significados; a la inversa, quien ha cerrado el trato lingüístico tiene que hacerlo saber y festejarlo. El lugar de los filósofos me parece bastante claro en este asunto; el de los poetas no tanto.

No hay comentarios: