30 de noviembre de 2007

Una caza complicada


Caro y raro. Valioso. Leí, en tiempos, alguna parte. ¿En la Biblioteca de la U. de Granada?

Dolor de patria

¿Regreso?, imposible repetición

Ítem más

¿Qué es democracia?

¿Qué relación existe entre libertad y religión? (Entre público y privado)

¿Será posible la paz?

Pendientes

¿Por qué se escriben las cosas? ¿De quién y a quién? La intención y el objeto se ha perdido: el recuerdo interpreta nada más. Con lo que la conciencia que recuerda conoce su capacidad de engañar. Por las redundancias de lo escrito (el callar, la indignidad, el alcanzar... ) no nos equivocaremos mucho si pensamos en alguien que tiene una mala tarde.

***


Un espejo...

... ideal:

Naturalmente no por la claridad, sino por la enfermedad de una reflexión obsesionante sobre las cosas---

Lo escrito participa de la cura: un análogo de la sanación, del magisterio sagrado de las palabras, donadas, expedidas---

Lo que se quiere guardar en la memoria se pierde en la memoria: esto es, lo finalmente escrito no suele corresponder a la intención inicial---

Resta, como indicio insuficiente, la intuición de que otra cosa podría ser: abandono, unión, armonía---

***

(Platón & Wittgenstein)

El símil de la escalera: más allá de la simplicidad -gráfica- de la línea, más acá de la complejidad de la historia -fábula- de los trogloditas injustos y rudos: ascenso desde el infierno a la claridad del prado celeste, por sus escalones señalados---

29 de noviembre de 2007

Sentido

Repetimos los actos que nos impiden vivir regularmente: en la escritura, en el lenguaje, en el amor; los significados nos llegan desde un espejo, igual que una identidad doblada, enferma---

Preocupante

Lo que vemos, lo que oímos:
a) La mala fe que puede llegar a tener la opinión publicada: que no tiene que responder de sus argumentos, de unas comparaciones de situación verdaderamente tramposas, emocionales, desequilibradas, presta -la mala fe- para el adjetivo que insulta (al otro, a la razón)---

b) El comentario, una frase suelta nada más, que no hay por dónde coger: atinada ocurrencia, lapsus mental, ¿qué?---

c) El concepto circulante de uno mismo: cuando se es incrédulo, desapegado, sin buscar razones para que la estima ajena sea positiva---

d) La mala fe política, opinión pública de arriba, conformista por definición: amiga de buscar el lado positivo de los datos, la mentira envolvente para salir del paso---

d) La actitud universal de queja: tan confortable como criminal en sus resultados posibles. Sean nacionalismos o fundamentalismos: formas de integración exclusiva---

e) ¿Cabría recuperar, a través de la lectura, el diálogo: i. e., mediante la conversación muda, con el sabio del pasado, la paz política y la razón? Se debería, como parte -quizás- de la solución, arrojar al recuerdo de los graves errores toda esa faramalla de la inteligencia emocional, ese disfraz satisfecho de los caprichos y de toda suerte de egoísmos---

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(Formas de acción política)

¿Puede alguno de nuestros doctrinarios entender esto?

Daniel Bell, El fin de las ideologías, p. 112 (El que advierte es Erik Erikson)

28 de noviembre de 2007

Noviembre

Un frío mesetario, rudo, que se mete en el tuétano.

Hágase notar:

a) que la gente se resguarda en los bares, con el pretexto del partido de fútbol, y que les envidio cuando paso por los sitios en los que el aire golpea más frío---

b) que parece que hay más luz en las calles esta noche---

c) que me cruzo con un viejo solitario, casi tan pobre como yo---

***

Testimonios confrontados:

a) Como los rostros humanos constantemente se renuevan, el amor reinventa eternamente sus razones /, ideando infinitos que no acaban/ ---

b) El cinismo sonríe, satisfecho de ir con la corriente que socava---

Miércoles...

... : no tengo tiempo de pensar, no tengo ganas de pensar. Pensar es un lujo civilizatorio, la alegría del círculo del ocio. Un africano tiene prohibido pensar: sólo vive para concentrarse debajo de la sombra del único árbol de la aldea, el que funda la aldea y la mantiene. Concentrarse en nada: me equivoqué de palabra. Quiero decir congregarse, para resistir la tormenta de sol inhumano que cae desde el alba sobre las pobres cabezas.

***

Sin tiempo para el cerebro, que es un soñador diurno de ideas que son círculos enfermizos, el ánimo percibe los signos repetidos de un desgaste. El yo es despreciado. Se le dicen las palabras corteses para alimentar su vegetar: la educación ante todo. Pero ni en casa ni fuera (lo privado igual que lo público) encuentra el espejito que le caliente el oído con palabras dulces. Tampoco se dejaría: el yo ha decidido ser arisco con los que le estiman.

***

Marcel Gauchet: difícil (de) leer sin tener la tranquilidad necesaria---

***

Para una agenda que cumplir: leer y responder---

Modestia, ¿para qué?

Concretando: hacer salir el interés de cualquier intención de conocimiento, dejando su motivo en el mero asombro, en la acumulación de experiencias que identifica el viaje con el método del saber---

Para ello: abstenerse del juicio, de cualquiera, en tanto que interés a posteriori o negación última de la espontaneidad del acto de conocimiento---

En definitiva: quedar al margen, y que el "debe" aparezca, natural, en la cuenta del "es"---

Si el naturalismo moral se permite: suponiendo que consista en algo así como la indignación resignada, un asombro cínico. Algo así.

27 de noviembre de 2007

Modestia


Conocimiento: pequeña aspiración, un mínimo de color; aún mejor: blanco y negro; o la neutralidad del gris---

"Ciencia/s humana/s": una idea plenamente hipócrita: una idea guiada por un interés, una idea-de-partido---

Críticas escolares: Ébano, de R. Kapuscinski

Un viajero recorre tiempos y países del gran espacio desconocido. Sabemos la historia colonial, escrita desde este lado de los hechos y de la memoria, ajustados los acontecimientos a una historia de tiralíneas y ambiciones que, lejos de producir diversidad en la unidad africana, fijó sin miramientos una geografía imperial que atravesaba y rompía una riqueza casi ilimitada. Queda poco que festejar, ni en el espacio ni en el tiempo. La relación africana del soberbio cronista polaco anota, sin dejar lugar para las dudas, diversos momentos de una desesperanza que agobia a un continente y vacía de contenido el sueño de la descolonización. Sería injusto, pero no está muy lejos de ser ejemplar, mentar el caso de Liberia, la ideal república de hombres libres constituida en el XIX en la costa occidental africana, con los esclavos liberados traídos de Norteamérica, y que no extienden su libertad recién conquistada sino la esclavitud que les era familiar hasta hace poco. Sólo que ahora le toca a sus "hermanos". No está lejos el caso de ser ejemplar, de representar una verdad, que figura una tragedia que tiende a propagarse y repetirse de muchas e idénticas formas: entre el puro bestialismo de miserables como Idi Amin y el espíritu de casta de los nuevos amos autóctonos, civiles o militares que no dejan -para eso han sido puestos ahí- que la ex colonia se aleje mucho de la ex metrópoli. Sin llegar al magistral relato que es su texto El emperador, sobre Haile Selassie, que podría figurar entre desconocedores presuntos de la historia y la política planetaria como un manifiesto totalmente logrado del surrealismo o el absurdo, este otro libro de Kapuscinski gana en extensión lo que pierde en concentración. Es todo el continente, pero sobre todo en sus lugares y períodos más sombríos, el que se manifiesta al lector europeo (yo, tú) como lo otro radical, lo absoluto extraño. Cuando lo básico es lo esencial, lo que falta y, al faltar, lleva necesariamente a la sed y la muerte, es la superficie sobrada de nuestras occidentales vidas acomodadas, cotidianas y no problematizadas, la que produce una percepción de un mundo de sinsentido. Porque no es posible (y racionalmente eso implica que no puede ser real) que sea la misma humanidad la que sobrevive, sin nada, sin hacer ni poder hacer nada, en las terribles bidonvilles que rodean las capitales africanas, sin más horizonte que la recluta salvadora -del hambre- en el ejército de algún warlord, que el conformista ciudadano de una civilización que le acuna en su bienestar tecnológico, con promesas día a día renovadas de mejor vida. Haga el curioso lector la prueba de leer y considere si ésa es la misma humanidad, o si no le atormenta la vergüenza: por la ignorancia o por la culpa.

26 de noviembre de 2007

Verdad

No me autorizo a mentir, aunque me reservo datos: lo que sé, mis temores, mis culpas, aquello en lo que estoy resentido---

Se guarda uno para sí (para Dios, para su dios) lo más interesante---

Una existencia públicamente entregada ha perdido su fundamento---

Por tanto:

Autobiografía = autoficción. A causa del sustrato ético o resto de vergüenza que nos queda---

(Ni) crítica escolares

Luc Ferry/Marcel Gauchet, Lo religioso después de la religión, Anthropos, 2007:

Definitivamente, soy incapaz de manejarme con los libros de debate. Más con este brevísimo libro (no llega a las 100 páginas) en el que no quedan muy claras las diferencias, no ya sustantivas sino incluso terminológicas, entre lo que sostiene Gauchet y lo que sostiene Ferry. Así que puede que el título sea lo más ajustado: "lo religioso" (entendido como trascendencia inmanente o divinización del hombre en Ferry; como desplazamiento a otras esferas -ética, estética, etc.- de la disposición antropológica fundamental que da nacimiento a la necesidad religiosa, en Gauchet) después de la "religión" (una vez que ésta ha perdido sus formas históricas más características; que lo sagrado, lo heterónomo, no se despliega para el hombre moderno)---

Pero no me gusta dar palos de ciego, así que volveré a leer el libro. Mañana mismo---

Críticas escolares: Ternon/Helman

Yves Ternon/Sócrates Helman: Historia de la Medicina SS

El lector (yo, tú) asiste a un mundo alucinado del que se hubieran perdido aun los rudimentos de una humanidad mínima. Porque de eso se trata, de que una raza de señores, embutidos en sus batas blancas, tienen derecho de vida y muerte sobre los desgraciados que han caído en sus manos. Todo a la cuenta "gloriosa" de un fundamentalismo racial (ultranacionalismo de la sangre y el suelo, del volk) que antepone a cualquier realidad social el prefijo bio- , en un sentido radicalmente socialdarwinista. Biopolítica que se prolonga en bioeconomía, según las exigencias de una guerra total que demandaba desde el inicio el imperativo del "espacio vital", que representa la sagrada base malthusiana de esta bioética nacionalsocialista, que tiene en los campos de concentración y de muerte su laboratorio experimental más perfeccionado. El ser reducido a útil económico es empleable, naturalmente, como objeto neutro de investigación: prescindible, quiero decir. Como los malvados que se prestan voluntariamente al juego conocen perfectamente -puesto que los médicos nazis conocen y a veces trabajan junto con los médicos esclavos internados- la inmoralidad fundamental de sus prácticas -el médico nazi mezcla el respeto al desprecio que le merece el colega esclavo: no puede evitarlo- resultará el colmo del cinismo el que en los juicios posteriores a la derrota del nazismo basen parte de su defensa en que con sus experimentos libraban de la muerte directa a sus miserables cobayos. La realidad contrada es atroz, más atroz una vez que se cobra conciencia de la horrible vulgaridad pequeñoburguesa de los protagonistas activos del crimen (si se permite esta licencia de denominar pequeñoburgués a cualquier extensión del crimen y la ruindad moral). Corresponde a a algo así como una recuperación y planificación metódica, en la culta Europa, del extrañamiento que produce y está en la base de las peores experiencias coloniales africanas: similar confrontación de la raza de señores y la materia subhumana, de manera que al lector le corresponde oscilar de la indignación a la mirada helada (si ha de seguir leyendo, buscando comprender, explicar). Centrados en nuestras privadísimas vidas, nos ha de resultar casi inimaginable la cantidad de dolor experimentada por los "objetos" de los crímenes médicos en los lagers nazis (sin rostro, sin lenguaje). De ahí deducimos nuestra superioridad moral: del olvido, a la corta o o la larga, de las víctimas, sacrificadas una y otra vez en el altar del progreso biopolítico. No estaría de más pensar en que los experiementos nazis significaron -pudieron significar- una prospectiva cochambrosa de nuestras actuales y endiosantes aspiraciones en el ámbito de las biotecnologías.

25 de noviembre de 2007

Des-concierto

Arcadi Espada, 25 de noviembre:

No lo comprendo: ¿En qué sentido debería la filosofía concertarse con el mundo? ¿Tecnocráticamente? ¿Una nueva religión, reverenciando la donación de la inmortalidad biotecnológica, la promesa de ser para siempre, aquí, por la gracia que irradia desde el laboratorio?

La filosofía llega tarde, desde luego. Pero, y es mejor así, porque no se anticipa a adorar, a afirmar lo existente o lo incipiente (afirmar = decir sí y decir que sí; teórico y práctico).

Llega tarde, asombrada y sin conceptos: obligada a encontrar las preguntas, no a vender las respuestas-mentiras (las consolaciones).

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"En fin: le parece mal a nuestro filósofo que por vez primera en la historia la fuerza sea determinada por la inteligencia." (A. Espada)

¿Debe parecerle "bien"? ¿Afirmar? ¿Bendecir? ¿Votar unánimemente, como el 101 % restante de los mendaces referenda tan conocidos?

No sé qué tiene de positivo la determinación intelectual de la fuerza: ¿hacerla más efectiva, quizás?

Pero una fuerza más fuerte -limpia, oculta; sin necesidad de ser brutal, porque los consumidores no resisten la sangre- no es una fuerza más buena.

Por lo que el bien, que quizás no resida en la mera inteligencia (aun desligada de la práctica, de la utilidad, de la efectividad), tampoco se encuentra en la fuerza (en la biotecnología, en suma).

Por tanto: se debe seguir preguntando, sin importar que el asombro se confunda con la estupidez romántica.

La huella humana...

... prácticamente se ha borrado:


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Mis centavos del día, hasta ahora:

Comida fuera---

Lectura de Ferry/Gauchet: religiones---

Lectura de Ternon/Helman: la pasión del mal---

Animus meus

(Estampas; 24 de noviembre, tarde/noche)

Un aire movido, húmedo, a rachas, ahuyenta a los escasos testigos de la antesala navideña -en los escaparates de las tiendas de los chinos-, que buscan, en cuanto caen las primeras gotas de una llovizna fría, el calor casi hogareño que hay en las barras de los bares: el ambiente conocido---

Incluso podría pensar(se) que estoy hablando de mí [Mi escribir es un hablar que no ha alcanzado su otro: logos trunco]---

Lo cierto es que una cosa parecida debe ser, que puede que no esté lejos de referirme a mí: asqueado de las atrocidades contadas, de la insana? /ilegible/ realidad de un lector cómplice del crimen. La curiosidad histórica se va de las manos y emponzoña los cerebros. Quizás éstos no se ilustren más que por fuera, manteniendo intacta la carga bien cimentada de los prejuicios, las prevenciones y precipitaciones.



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"Pero al contraer la imagen se pierde la luz." Cierto. Pero se logra un efecto no intencionado de contraste entre cielo diurno y tierra nocturna (claridad/oscuridad) que hará las delicias de las epigonales razones magrittianas que subsisten en provincias (i. e., mi descripción russellianamente propia y querida).

24 de noviembre de 2007

En efecto...

... , el crimen resulta a veces imperdonable: la pena capital es más que una tentación---

Algo que resulta llamativo, aunque debe ser normal en una mente malvada: el delito es ocultado con mentiras, de una manera casi infantil. Un lapsus de conciencia, como el Dr. Kremer preguntándose cuántos dobles suyos habrá en el mundo (Yves Ternon/Sócrates Helman, Historia de la Medicina SS, p. 200). Si de conciencia se trata, que puede ser orgullo---

Radicalidad = banalidad. Parece evidente. Sí. Al menos según los extractos del diario del Dr. Kremer (pp. 197-203), "un médico SS, que sigue siendo, a despecho del horror en el cual se baña, un pequeño burgués egocéntrico" (p. 198), según escribe Ternon.

Infamias

Suddenly...

... un país mediocre resucita el odio, aviva la sustancia, menciona el fuego---

Debemos equivocarnos y los errores son nuestros: al calor de la equivocación el debate (civil) alcanza su razón de ser y de conocer(se)---

Pero habrá que huir de la voluntad dogmática de verdad---

¿Se podría decir noluntad de verdad?: Quizás sí, en la medida en que se manifieste una complementaria propensión al cierre de las razones, a la clausura del diálogo. Como una intromisión de la vida de partido en la vida (privada) de la inteligencia (subjetiva).

El viaje fue provechoso


(Los entusiasmos del neófito)
Pero al contraer la imagen se pierde la luz.

La hendidura en la tierra

Cantera en Los Filabres, el pueblo abajo:


... hacer para pensar

O sea:

El consejo -materno- acerca de cómo no se debe proceder: así que al día siguiente nos preguntamos por qué no haber sujetado la boca a la ascesis socrática del silencio, de la menos que más docta ignorancia---

Ignorante soy un rato, atrevido más---

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Como no soy capaz de mantener la atención ni en demasiadas cosas ni demasiado tiempo (en realidad pienso que soy constitutivamente incapaz de escuchar, porque ya me estoy anticipando a hablar) me obligo a concentrarme en un punto, si es que he llegado a comprender y no me ha equivocado mi no escuchar: la vinculación entre la idea de una sociedad civil y la exigencia de su articulación en un sistema o conjunto de procedimientos centrados en la conformación de un debate público, en un espacio argumentativo o algo así (además: mi memoria es traicionera)---

Pues bien, es aquí donde me temo que pueda ocurrir el conflicto, el verdadero choque -más que intercivilizacional, intracivilizacional- entre la solicitud trascendente de la fe y la inmanente del diálogo. Sí: en la esfera pública, tan azarosa como un debate en una universidad, se extienden las cartas del diálogo. Y se puede imaginar, inclusive, que en un lugar así, surja la magia de las razones, la ciencia y demás milagros (si hemos de creer a los sabios alemanes)---

Sin embargo, no debo olvidar (puesto que todos los demás lo saben) que las cosas comenzaron de una forma mucho más modesta: con las interrogaciones molestas del partero en la plaza, con la impudicia de su primo desatado, el cínico---

Es decir, con la irreverencia: lo demás son buenas intenciones---

23 de noviembre de 2007

Religiones

Aunque sea tarde y yo esté cansado, y tenga la cabeza cargada---
Apuntes para desarrollar:

Si es lo mismo lo público que o político, y yo creo que sí, que se pueden igualar: si es que lo público consiste en el desempeño racional, en el diálogo; o si lo público es aquello que ha de tener repercusiones, y en caso contrario sería privado y sin consecuencias, meramente---

En segundo lugar: el sentido de lo privado, y entonces se produce el lío, el embrollo dialéctico, al tener que pensar que lo privado no es ni lo sentimental ni lo subjetivo ni lo familiar ni lo incomunicable, sino lo razonado y racional, lo cribado por el demonio interior---

Lo privado consiste en Kant en el cumplimiento de las reglas establecidas: lo más público y visible que existe; aunque lo público kantiano resida -sobre todo- en el examen crítico, argumentativo, crítico y docto---

Finalmente: no hay diferencia esencia entre lo privado y lo público, igualados en su condición de formas o ámbitos o espacios de la misma razón---

Y lo que se juega en estas discusiones (sí, discusiones) es el lugar histórico y metafísico de la libertad y la razón: la condición del sujeto, del individuo---

Se manifiesta, yo me manifiesto, a favor de la opinión de que una forma pública y publicitada de la religión, se trate de una religión revelada o de una religión política, es forzosamente coactiva, impositiva, dictatorial---

Aunque mañana se piense, yo piense (yo crea), lo contrario---

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22 de noviembre de 2007

Privación

(Nulla imago)

El padre, ciego, permanecía abajo, en una zona de sombra de la que había huido el mal, que no encontraba en él palabras para ser sostenido.

Aconsejado por la madre, que debía estar ya cerca de los cincuenta años, aterrorizado por esas historias que, con el temor, introducen en el juicio infantil las semillas de la prudencia, el niño miraba y volvía a mirar desde detrás de la reja de la ventana, en la parte de arriba de la casa. Hacia ninguna parte, hacia el frente. Mejor: al interior de su esperanza, que se realizaba al regresar la madre de la compra semanal en el mercado del pueblo.

Pero es una circunstancia, el regreso, que no se entrega ahora a su recuerdo truncado, aunque albergue en su corazón el temor del niño y un desarraigo mucho más profundo.

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Duke Ellington: New Orleans Suite

Marcel Gauchet no...

... , Marcel Gauchet es otra cosa: un texto que reencanta el mundo, en contra de lo que dice el título: un paso obligado este libro hermoso, incluso si no estamos más que delante de otra de las mentiras piadosas de la cultura---

Barrio Alto


Sin fecha
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Libertad y creencia

De un texto de José Casanova, "Religiones públicas en un mundo global": la neutralidad de las ciencias sociales bajo un doble aspecto: a) celeste, b) irrelevante.

a) Al considerar el vínculo entre nación y religión de un modo transhistórico, de forma que en la sucesión de las épocas, en espacios y tiempos diferentes, se van repitiendo los mismos esquemas de sentido colectivo.

b) Porque para nada y en nada se responde con esa olímpica consideración a los aspectos más desagradables de la realidad social: la coartación presente de la libertad individual, pues el individuo no espera a la donación de sentido, es previo al sentido y es lo único real. Este núcleo ético suele ser soslayado (no creo que de forma inocente, no creo en la ingenuidad postedénica) por las críticas que pretenden alcance universal (reflexivo) para los mismos modelos críticos (postcríticos = deconstructivos) que orientan el discurso político occidental, cifrado en ese contrato entre iguales que no puede significar más que el par kantiano de libertad y dignidad (si es que queremos ponerle nombre a las cosas, a las ideas). A la urgencia de la única vida (consecuente ateísmo no cínico) no responde ningún modelo de sentido eterno, o cíclico o transhistórico. Veo en estos bucles deconstructivos el peligro de las tibias teologías prestas a ser aprovechadas por los rufianes de la noche oscura y las mercancías de contrabando totalitarias, teocráticas o no.

21 de noviembre de 2007

Habría que considerar...

... dos aspectos:

a) la inflación de la conciencia, esa enfermedad tan semejante a la estupidez, que en el yo parasita, se enquista, envenena la vida y las relaciones: en el yo, en mi yo---

b) un tiempo humilde y productivo, dedicado a la lectura (J. L. Arsuaga: El collar del Neandertal): especulaciones sobre el surgimiento a simultáneo (o no) de la conciencia y del lenguaje, o las hipótesis sobre el momento en que se produce el salto (y su carácter continuista o rupturista; es decir, su carácter de "salto", propiamente; si es que tiene sentido hablar así, pensar así) entre la evolución natural y la emergencia de la mente (como una parte más del proceso, o como un suceso milagroso), etc., etc. Disueltas las tentaciones mundanas (soberbia, concepto de sí mismo, complejos, etc.) las cosas adquieren otro color, los acontecimientos toman otro cariz, la belleza es---

Yo podría ser (contra la sintaxis, contra la experiencia): la persona íntima devenida objeto impersonal---

Y me doy cuenta de que estoy justificándo(me) la religión en tanto mentira piadosa: por miedo a la belleza, a la aventura (lo por venir)---

Esas asociaciones...

... involuntarias, a las que se entregaba, allí sentada detrás de la ventana, tenían que dejarle la dolorosa impresión de la distancia entre las intenciones y lo efectuado, sin que entre el inicio esperanzado y el desolado final pudiera encontrar un momento de ruptura que contuviera un principio razonable de explicación---

La extrañeza de todo, el escuchar las voces como si vinieran desde muy lejos, rebotadas, metálicas, no podía deberse a otra cosa que a un trastorno que de siempre había estado ahí agazapado---

Transmigración

Recordaba con dolor un tiempo de ilusiones pasadas: de viajes al mar, de jardines y paseos, los aires cálidos y aromados---


20 de noviembre de 2007

Apuntes escolares

Aprendamos a ver en la politeia platónica no una sociedad ideal tomada de celestes arquetipos, como si el demiurgo hubiera puesto sus manos y mente en ella, desde lo eterno o circular; aprendamos lo que hay de ya desencantado en ese orden (supuestamente) perfecto de estamentos, dirigido, planificado, expertorizado---

No el ágora perdida de la pequeña población de Atenas; el tráfago de la administración en Washington, sede del imperio nada celeste---

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En los arrabales:


Renacimiento

Hay una película protagonizada por Nicolas Cage, Leaving Las Vegas, si bien no es ésta una cuestión esencial, la de estar seguro de si se trata exactamente de esa obra o de si yo me estoy equivocando, en la que la brasa chisporroteante de un cigarrillo se conforma como un índice bastante ajustado de la trágica pasión humana. El espectador se ve coaccionado, por así decirlo, a pensar libremente en la insania, en la enfermedad en general, tanto del cuerpo como del alma; de lo que han de testificar, fatal, divinamente, cada uno de los acontecimientos y la serie ordenada de ellos, si la tragedia planea como el sentido superior de imágenes y hechos---

Se equivoca el intérprete de las imágenes, aunque crea en todo momento que es su libertad racional la que le va guiando tras la huella de la verdad: ha escogido -debemos decirle- el ángulo de consideración inadecuado, si lo que pretende es obtener el mayor provecho de sus observaciones. En un aparte -de estas cosas conviene que no haya testigos- le diremos que de las cenizas de los hechos, de las palabras que los cuentan, una vez derruidos por igual lenguaje y mundo, del sacrificio del recuerdo en el fuego, ha de extraer la posibilidad de una reparación, la idea de una segunda vuelta o un renacer de la inocencia---

Se equivocaría nuevamente, y doblaría la tragedia en absurdo y en ridículo, si de esta oportunidad que su mente le traza quisiera escribir los signos armado de esperanza. No. En absoluto. Tendrá que corregir el cinismo con la piedad (si quiere mantener la decencia entre las gentes). Pero por sí mismo no deberá derramar ninguna lágrima, aunque le arda el corazón.

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Duke Ellington: Nueva Orleans Suite

19 de noviembre de 2007

La piedad

¿Qué es lo que pensé -soñé, imaginé, me traspasó- que era?

...Un olvido del deseo, una serpiente enroscada contra sí misma, la razón anillada de los antifilósofos de los siglos postreros (lo que sabemos desde el pasado); anudar la conversación disuelta en una plaza griega hace muchos años, aprovechando el ruido de voces disconformes, hasta volverlas lenguaje, y ciudad: con las mismas piedras entre las que -ahora- crece la maleza (bien, justicia, amistad, belleza, cielo).

...El frío contra la cara es la vida, pensar en la piedad a que nos obligan los dioses, por mor de nosotros mismos---

...Tan frágiles que callamos sin esperarlo, sin haber convertido el sonido en poema, el del olvido del deseo que se desata adivinando en la marcha de una sombra los ojos claros, las risas y el vino alegre---

Pánico

(O de la virtud de los cobardes, los cómodos, los yoes innumerables de las cities oh yeah!)

Del Ébano de Kapuscinski, del libro de Gauchet sobre la "historia política de la religión": una impresión de vivacidad común, la percepción con la que correspondemos a una vida que se impone con una fuerza desproporcionada a nuestras propias fuerzas---

Mal acostumbrados como estamos a papá-estado-de-bienestar, nos da por sentir miedo cuando vamos a lavar el coche, que iba vergonzosamente sucio, y vemos caras extrañas y no muy bien dispuestas: lo confieso y es una nueva vergüenza (la posibilidad de morir por el empeño de querer recordar cuál era el color original del coche)---

Si se fuera la luz durante una semana, nada más que una semana, todo el castillo de naipes de la hipertecnología y las good manners se iba a pique. ¿Menos de una semana-estoy oyendo, y cuando miro a ver quién ha hablado observo su sonrisa como diciéndome que soy un iluso optimista? Pues más a mi favor---

***

Esta maravilla de la tecnología francesa, irrepetible, que se puede ver guarecido bajo umbroso arbusto, es él, el protagonista de nuestro tiempo, con cualidades de héroe y aspiraciones de dios---

No me resisto a ofrecer (un fragmento de) su particular belleza, gris sobre gris---



***

Transparencia, virtud de la hora---
La virtud pública no cotiza: sírvase la vida privada---

Yo, el otro

Acción, pasión; salud, enfermedad: la rendición del enemigo es mi alegría, pero sólo me concede unos momentos---

***

Conversar acerca de las lecturas, públicamente, se convierte en una lucha de despropósitos: pues no se puede querer demostrar nada: sería ridículo... Un lector no puede caer tan bajo, jugando a ese juego de ringorrango culturalista... Un lector se debe a su único deber: o sea, que está solo, agotando y agotándose su actividad en sí mismo, en sí misma, en un círculo que no tiene sentido trascendente, pues lo mismo daría la existencia del mundo que lo contrario... Esto será así, en la medida en que el "otro", el consumidor de tu tiempo, no intervenga y lo eche todo a perder... Deberá, además, ser modesto en su aliño: limpio pero odiando la exhibición lujosa de las vestiduras: ¿para qué, si no tiene que demostrar nada, si ya está salvado o condenado desde hace milenios?

***

-¿Borges?
-No, sino este pobre escribiente, que empieza contando su problema, se refiere a su única alegría (pero realmente no es la única), se da cuenta de la ficción (de que el mundo se contrae a lo imaginario, si a él, al pobre mundo, no nos entregamos) y se atreve a cuestionarse si quizás el otro, el argentino, no era un enfermo---

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Desencantamiento...

... del mundo---

Un reto, el "librito" de Marcel Gauchet (Trotta)---

18 de noviembre de 2007

Aun la eficacia...

... no nos serviría de mucho---

Así que nos contentamos con lo más desvaído, copia platónica de cuarta o quinta especie---

Medios y fines

La decisión de conservar el contenido de una visión, en palabras o en un registro perceptivo más ajustado, el propósito de fijar como detenido y contemplable lo que ya se está sospechando que es más que fugaz, esas buenas intenciones, que se abrigan cuando se siente cálido el corazón, tienen (tan firmes propósitos) que tropezar con la torpeza del que se dice a sí mismo, que ya es hora, y que hay que llevar a cabo lo que se ha prometido---

Entonces no se encuentra ni el camino ni el lugar, más allá o más acá del pago, en este recodo del río o en el otro. Tampoco la luz es la misma, ni la hora, ni la estación. Por eso lo que parecía completamente devuelto a una tierra de la que se había atrevido a salir (esa casa en ruinas que nos sorprendió, porque casi igualaba el tono marrón claro de la tierra seca circundante), la imagen de ese día del verano que no hace tanto que ha pasado, se resiste a los ojos y las manos del torpe fotógrafo sudoroso y excéntrico, armado con chaqueta de chándal y gorra publicitaria, que va dando vueltas y más vueltas por el cauce seco del río A***

Sí, la foto se hace y existe, y con la misma dificultad ha pasado, no me preguntéis por Dios cómo, del archivo de la Samsung digital promocional al ordenador también promocional---

Esa foto tan deseada no es la que viene aquí, que es de una casa parece que cerrada hace mucho tiempo en una calle estrecha de la pequeña ciudad---

Valéry

Juan Malpartida en el cultural de Abc de ayer, en torno a la antología de los Cahiers traducida por Galaxia/Círculo---

...

Postcrítica personal: la idea de que esa ambición de pureza, de conocimiento que se opone, cristalino, a la posesión ¿sucia? del ser propio, (cor)responde a esas páginas fundamentales de la sección de la Analítica Trascendental de la Krv, que con el título de "Deducción Trascendental de los conceptos puros del entendimiento" sirve desde hace tiempo para asustar a los niños que se acercan a la puerta de las Facultades de Filosofía, y cuyo mensaje (el kantiano) sólo entienden muy imperfectamente, como si les mandara "Aleja de ti todo lo empírico", entre sonidos de ultratumba y efectos similares del theatrum philosophicum (en tanto representación dudosa, como mínimo, del saber)---

...

Me doy cuenta de lo fácil que la postcrítica de un texto accidental (podría no haberlo leído) de un suplemento cultural, de un periódico de un país no demasiado central, se (me) transforma en una pretextoautobiografía---

Sorry!

17 de noviembre de 2007

Pasado de esplendor

Es el título que se daría a una colección posible de imágenes: calles, casas.... cualquier lugar del que se hubiera ido adueñando el abandono, el amo y señor: es decir, el tiempo bajo la forma de la indiferencia---

...

Y todo presenta el mismo sabor, cariz, tenor: los actores se repiten, las escenas se repiten, las retiradas del escenario también---

...

La intención de dejar recuerdo se manifiesta -pienso- en las molduras de la vieja casona abandonada de la calle estrecha, que no hace mucho tiempo sirvió de lugar de trabajo---

No hace mucho: unas décadas, una vida---

***

El recuerdo registra sin misericordia los cambios experimentados: la sustancia es el movimiento de las cosas, no los actores que interpretan las situaciones---

De manera que la contemplación de viejas fotos, la escucha de viejas músicas, la lectura de textos del pasado, sólo pueden suscitar melancolía---

Incomodidad

Castro Flórez, Blas Matamoro y Jorge Lozano sobre Barthes y los signos en el cultural de Abc de hoy: ¿?


***


Arcadi Espada: a veces me pierdo (en) la ironía.

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Almuerzo: ¿?

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El propósito de leer El desencantamiento del mundo de M. Gauchet (Trotta): difícil hacerse con el lenguaje. Con la materia: por lo tanto.

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Frío, y un autógrafo de Diego Capel.

Programa para la (auto)novela

Vicente Verdú

Razones

Leí ayer -me parece que en el libro de Juan Nuño sobre Platón, aunque no estoy seguro- que en ningún momento la dialéctica -el camino y meta de las Ideas- puede prescindir de su base conversacional (vamos a pensar que la verdad depende del paseo, de las ocurrencias que surgen y de los gestos: ¿por qué no?)---

Esta humildad lógica viene siendo torpedeada por las castas de expertos y administradores que han hallado un magnífico modus vivendi en la producción lingüística---

No será extraño que el retraimiento lingüístico al secreto de las sectas haya producido, como su fruto natural inmediato, un desencuentro del mundo---

Demagogia

(En torno a los sueldos de los políticos)

El arte retórico que -precisamente ése- no está al alcance del pobre: puesto que él no puede ser demagogo, porque no conduce a nadie; ni siquiera el sentido de las palabras, que van de arriba hacia abajo.

Se concede, pues nada le cuesta al que lo hace, una apariencia de conversación amable que contiene una argumentación; tan falso resulta como la relación entre prensa y lector: éste queda a merced de: 1º la ética periodística, 2º que graciosamente se le conceda un brevísimo -vergonzante- espacio en la sección de Cartas al Director.

***

Se tiende a desestimar el papel de los elementos formales de la relación comunicativa, a todos los niveles, creyendo (?) que nada son enfrente del gigantismo económico, militar, político, ideológico (por citar los ejes -si no me equivoco- de la sociologia histórica de Michael Mann). Gran error: la fluencia de palabras representa un extraordinario índice de las poderosas corrientes subterráneas, el cemento, la esctructura-base...

16 de noviembre de 2007

Sueldos

Esto va sin ironía, que es pecado imperdonable para los que debemos creer en la obediencia debida a los políticos democráticos que libremente hemos elegido---

Mucho menos habría yo de dar crédito a los que sostienen que estamos en manos de una banda profesionalmente dedicada a la recuperación particular de los dineros públicos (yo maldigo de todos ellos), pues he de creer que todo es por nuestro bien de ciudadanos particulares, y que alguien se preocupa de que, a pesar de nuestras pesadillas hipotecarias, la redistribución de la riqueza siga los cauces obligados---

No, Señor, aleja de mí las malas ideas: todo es por nuestra felicidad y progreso---

Viernes sin Robinson

(O tierra sin hombres)

En estúpidos bloqueos mentales se van las energías, que no sobran; en reiteraciones absurdas de una idea y de un por qué---

Quien viviría posiblemente feliz, si se decidiera a existir ajeno al mundo de ideas, aún conserva la inútil fantasía de los comienzos: entender algo del mundo y del lenguaje, sin querer decirse que son uno y lo mismo, idéntico embrollo y falta de orden, como el de esta habitación---

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Chet Baker: The best of Chet Baker sings Chet Baker

La tarde de noviembre fría, sin música ni luz, recibe su recompensa en una voz andrógina (pero sé que no es la palabra que corresponde verdaderamente a mi sentimental intención) y hermosa que llega desde muy lejos---

(Jazz: vida, amor; día, noche; aunque tampoco es amor, sino más bien un anhelo, indistinto: la forma pretendida de la memoria, ideal, imposible, lo único valioso)---

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El desorden nos va ganando: me pregunto dónde habré metido un pequeño libro que editó Salvat (Libros RTV), a finales de los 60 y principios de los 70, de José Luis Pinillos, La mente humana, del que nada más quería sacar la imagen de una espiral y publicarla aquí, para:

a) hacer como que recuerdo, puesto que sigo ligado a los objetos,

b) preguntarme si el giro del pensamiento es hacia el interior de la espiral o hacia el exterior: una misma ilusión derivando, alternativamente, hacia un instante de concentración o, al contrario, hacia una dispersión inmanejable---

***
***


(Ternon/Helman, Historia de la Medicina SS, Fomento de Cultura, 1971, p.59)

¿Quién podrá sostener, con roqueña certeza, que la estupidez soberana no puede volver a reinar, confundiendo, en clave racialista o en otra clave, el ser con el deber ser?

15 de noviembre de 2007

Pequeñas molestias...

... las que produce esa propensión general a quitarse las responsabilidades de encima, a buscar chivos expiatorios, emisarios, intermediarios o mensajeros---

De esa tendencia, que a nada bueno puede conducir, forma parte la rapidez, de caída libre (?), con que se identifica el foco inicial de los problemas---

Cuando esta forma de pensar y realizar las atribuciones causales, para cualquier disfunción social, se constituye como la herramienta interpretativa básica, por parte de la clase política, se bordea un campo peligroso, susceptible de explosiones incontrolables: que la opinión pública normalmente dócil vea, por fin, la trampa en el escenario, el juego de marionetas que se le invita a contemplar de continuo, hasta que como por milagro percibe, al ir acercando incrédula los ojos, que los muñecos son ella misma; mejor dicho, las personas que integran esa clase afamada con el nombre de opinión pública, cuando en realidad nada se opina y se goza pasivamente de las palabras que les son administradas entre otras limosnas---

Enlaces

Energumenismo y dialéctica

Utilidad

Vigencia de un esquema, un encasillamiento razonable: educación, política, ontología---

Juan Nuño, El pensamiento de Platón, FCE, 2007

... las cosas generales, las reglas que representan el secreto del oficio, dan a veces que pensar---

¿No?

14 de noviembre de 2007

Mayoría de edad

No comprendo esta grosera identificación con los valores juveniles, con la santificación de la barbarie: lo comprendería si me encontrara en presencia de un joven sabio, por monstruosa que una cosa así parezca, y entonces para mí no sería un joven sino un sabio y nada más---

Pero no veo ninguna razón en la santificación de la juventud de los genes, como si ahí estuviera todo el cielo prometido y al alcance---

Ni en la brutalidad del igualitarismo y la negación de la experiencia, como si ésta hubiera de representar una vergüenza o algo similar, que nada tendría que decir delante de la frescura de las razones adolescentes---

Tanto más despreciable me tiene que parecer (¿me equivoco?) la figura del adulto que se cuestiona y se acompleja---

Este personaje plasma el arquetipo del hombre que se odia a sí mismo: ¿no ha encontrado razón en su existir?, ¿una narración que le convenza?---

Quizás sea que voy entendiendo cada vez menos la cálida comprensión de los errores (cuando lo sabe el que los comete, y se encadena al calor ajeno de las razones, al perdón psicológico, médico, social)---

Contra los pareceres comunes

El utilitarismo platónico. ¿Se trata de individualismo?

¿De humanismo?

Juan Nuño, El pensamiento de Platón, FCE, 2007; prólogo de Ana Nuño.

Altamente recomendable: ¿por qué no considerar que siempre se está en la asignatura de Introducción a la Filosofía: después del mythos, sin llegar al logos? Pero no leo "sistemáticamente" (que no sé): utilizo el libro, subrayo, emborrono las fotocopias que me hago para no estropear el libro...

Críticas escolares: El III Reich en el poder

No en último lugar tiene el lector de esta suma de R. J. Evans (Península, 2007) la idea de que una bandada de ladrones hubiera estado planeando por encima de la sociedad alemana, desde 1933 hasta el estallido de la guerra en 1939. Utilizando las palabras como mera artillería propagandística y homicida, prescindieron sin escrúpulos de cualquier sentido de la decencia moral y ¿cristiana?, y por encima del cadáver reciente de la libertad y la ley fijaron su atención de buitres en el oro reluciente que quedaba. La narración de los hechos, después de la conformación de la banda a lo largo de los felices 20, antes de la explosión de crimen y maldad diabólica en los frentes y en los campos, suspende cada paso dado en la posibilidad de lo contrario, asumiendo (pero ¿de verdad lo hemos entendido?) que no hay una dirección fatal de los hechos, sino un complejo de condiciones -causas, determinaciones, factores, de tipo personal o impersonal- que van sellando de forma no mecánica el sentido de los acontecimientos. Como dice otro libro sobre la época, "no sólo Hitler". Ni en el Jefe de jefes, ni en los carroñeros de su corte (Goebbels, Goering, Himmler, Robert Ley, etc.) está la única explicación de lo sucedido: las conveniencias de todo tipo, económicas, militares, culturales, científicas, religiosas, los prejuicios antisemitas de la pequeña burguesía, el conservadurismo y el antibolchevismo (la idea siempre presente de una "guerra civil europea", según otro libro, de Ernst Nolte), contribuyeron con lo suyo al desarrollo y triunfo del mal. "No sólo Hitler", sino el común de las gentes (aparte de los grandes intereses), maravillados por el progreso postcrack al aire de una economía del rearme y -en el futuro- de esa segura guerra que según Evans estaba en la intención de Hitler desde la toma electoral del poder, maravillados por los momentos iniciales de lo que luego, como si no hubiera existido la guerra y la destrucción, se conformó como pacífico estado del bienestar. No habrá de extrañar demasiado que quien había salido de la miseria general se embriague con los cantos de sirena: vacaciones, turismo, hoteles, exotismo... para unas gentes a las que se ha convencido de que integran el volk superior, y que sus necesidades son sus derechos, y que ninguna formalidad legal habrá de parar la búsqueda de espacio vital entre pueblos a los que se catalogado (científicamente) como inferiores y esclavos.

13 de noviembre de 2007

Autocrítica lingüística

Bastante atrevidos esos juegos, por decir lo mínimo, entre la vida anterior y la vida interior---

entre el pasado y la verdad, por lo tanto---

entre la memoria y el recuerdo: también.

Osado, igualmente, el empeño por ligar lo sublime, haciéndolo humano, al recuerdo activado por una mala fotografía, que además se ha ido al gris, como dicen que se van al sepia los recuerdos (si es que lo dicen)---

Y qué decir de esa equivocación entre bandada y banda: la imaginación sobrevenida, la figura resultante de un cuerpo político de ladrones que revolotean como buitres en torno al cadáver de toda la moral, atentos a las solas riquezas inmortales---

Atrevida, por último, la intención de alcanzar un concepto automático de la belleza, la igualdad deseable del discurrir y del camino, en torno al lenguaje: la experiencia y las acciones ligadas por el mismo cemento que el pensar---

Y la imposibilidad de prescindir de las metáforas: edificantes, de la edificación---

Pero se debe ser claro: tú mismo te obsesionas con aquello que no comprendes---

La vida anterior

No hay muchas pistas en la imagen, pero el orden entrevisto señala la presencia humana, y aquello que pone a lo sublime por encima de cualquier belleza accidental---

Podríamos decir que se trata nada más que de la vida interior: recogimiento, recuerdo, mathesis---



***

Cosi fan tutte: lo que era de la vida social la sociedad tecnológica lo traslada a los hogares---

¿Cómo sucede la emoción musical, privadísima, en una sala de ópera?
***

Otrosí: leyendo la summa de Evans sobre el Tercer Reich triomphans (Península, 2007) se tiene la impresión de que toda una bandada de ladrones utilizó el lenguaje como artillería, y que las gentes adoran a los ladrones: homo homini lupus---

12 de noviembre de 2007

Lisboa



También aquí la absurda fijación por las vías y los puentes: ¿Vas a alguna parte?

No sabría decir si hay alguna intención en la imagen y en lo que contiene: una parte de tierra y dos de cielo---

Le sucede a las fotografías lo que a cualquier signo: que vive significando en el presente, y que separado de su tiempo natural de pertenencia, abierto a las interpretaciones, corre el riesgo de ser incomprensible o vacío---


Evidencias

El temor a que lo que digamos pueda ser escuchado, el silencio al que uno se obliga incluso en su casa, la indistinción entre los espacios privados y los públicos, la invasión de unos por otros, constituyen marcas bien estudiadas de los procedimientos dictatoriales (autoritarios o totalitarios). Es una tragedia cuando toda esa confusión invade el terreno de la opinión pública, en tanto opinión "publicada" (la prensa)---

***

Hermann Tertsch

Al miedo a ser escuchado, resto fosilizado de la falta de derecho a utilizar la palabra que debió servir de diferenciación de rango en sociedades pretéritas (proyectamos, ¿por qué no?, nuestra situación ideal de habla en su contrario, convirtiendo la reconstrucción ético-lingüística en construcción histórica imaginada), a ese miedo fundamentalmente indigno le va como anillo al dedo el insulto que se dedica al disenso. "Fascista" o "rojo" da igual: la palabra es antesala del crimen, bestializadora contra su sagrada misión.

Perdidas las buenas costumbres lingúísticas, el rigor quasi científico en el empleo de las palabras, como si hubiéramos de tener en nuestra conciencia y en nuestra boca el ideal analítico de la filosofía, no será extraño que se pierdan las formas überhaupt: y así nadie llega a cuestionarse la enorme grosería y zafiedad que representa el no dejar hablar, el interrumpir, el pataleo...

11 de noviembre de 2007

Críticas escolares: Los anillos de Saturno

Un viajero se pone en marcha, pero no para contemplar el paisaje o la grandeza de los hombres, sino para ser testigo de las ruinas que se van acumulando secularmente a lo largo del camino, en los márgenes del tiempo. El viajero-narrador, que es W. G. Sebald, a tenor de una de las imágenes que acompañan el texto, pero que es asimismo la misma mirada melancólica de quien hace memoria, de cualquiera, va tejiendo las historias narrativas que dan sustancia a un escenario paisajístico no demasiado brillante, ni en una naturaleza que puede convertirse en destructora de las obras de los hombres, ni en lo que los mismo seres humanos han ido laborando a lo largo de los siglos. Andar un camino se convierte para el narrador en repetir la historia de una derrota constante, la de los grandes hombres y la de los hombres pequeños. ¿Qué se gana con esta reiteración del vencimiento, que Sebald ya ha contado en Los emigrados y en Austerlitz, si es que tiene algún sentido establecer un orden de antes y de después en la trayectoria textual del desparecido autor alemán? Casi produce sonrojo la idea de pensar en alguna ganancia con este tipo de textos: ni contento del ánimo ni esperanza... Habrá que pensar en la posibilidad marginal de verdad que se concentra en los intentos narrativos, en la revelación de un mundo que casi nunca adviene a presencia, que si lo hace es en precario y para disolverse de inmediato y sin remedio. Las imágenes, de un blanco y negro que casi hace desvanecerse las figuras, para que la inteligencia se esfuerce en su labor de reconocimiento del alcance textual de la representación contenida, las imágenes -pensamos- refieren a ese mismo menester de verdad que demuestran las palabras: el viaje del narrador está trenzado de los múltiples esfuerzos que los humanos hacen por perdurar, y que hacen hablando.

Domingo


Se ha devuelto a la naturaleza lo que era suyo: la mirada magnífica desde lo alto del otero, el cielo, las casas diseminadas, los hombres invisibles, el silencio y el aire---

Las paredes casi derrumbadas testifican que aquí vivió y sufrió alguien, pero es un sello tan desvaído, el que ha quedado impreso en la tierra, que no hay para una historia---

Tiempos


Sólo algunas cosas que decir:

La conversión de la necesaria inteligibilidad de los discursos y las prácticas en una novela y caos de posibilidades. Algo que literariamente es salvable, puesto que existe, en la mente del lector (que "duplica" en otra persona, cuerpo y alma, la mente del narrador), el código capaz de recomponer los cabos sueltos, y trazar un camino en la selva narrativa; pero que institucionalmente no conduce más que a una anómica realidad, en primer lugar porque el código interpretativo se queda en las recias manos de la academia pedagógica (o psicológica, sociológica, etc.; convocar al dios económico ya está demodé, pero está al caer el deus ex machina antropológico, lo que se comprueba en este mismo artículo del didacta universitario). En efecto los insectos están para ser observados y expertorizados; la realidad social ha sido resuelta en sus categorías: espacio-tiempos distintos para experiencias distintas, y válidas y enriquecedoras todas por igual (claro que sí: el canon no gusta). De resultas de lo cual, la ratio cognoscendi tan penosamente ganada en el discurso mental moderno, en torno básicamente a categorías liminales de la vida subjetiva y de la experiencia objetivable, como las de tiempo, espacio, causalidad, etc. (pensemos nada más, sin exclusiones, en Newton y Kant) se transmutan alquímicamente en la utopía aquí ya presente de los infinitos mundos (espacios, tiempos, experiencias, creencias, prácticas, costumbres... = culturas). De manera que gracias a este utopismo pedagogizante, merced al inflamado corazón de Rousseau que observaba que era demasiado reseco el esquema legislativo de la inteligencia moderna, gracias a todo ese esfuerzo, las reglas de juego social de gran alcance (contenidas en las summas sociológicas y antropológicas al uso) se convierten en reglas micro de actuación institucional. Varios pájaros caen de un tiro del escopetazo: las aserciones científicas que se maravillam (noesis noeseos) al verse autocumplidas, el conocimiento científico objetivo es TU obligación subjetiva, así que tu libertad consiste en el ajuste a la necesidad racional del cosmos (aunque no tanto: dado que en la era tecnocientífica la pureza de la verdad depende de los fondos y las empresas patrocinadoras, y no hay que hacerse demasiadas ilusiones), por lo que todos los seres humanos nos hemos convertido en los portadores de una verdad, que sigue definida como una corespondencia, pero que se cumple en el interior, con arreglo a la emoción ginebrina, que ya no puede asquearse de la reseca piel, una vez que la categoría se ha transustanciado en sangre y ya no en esperanza de la vida eterna, porque la vida eterna ha sido igualada con la riqueza de la/s experiencia/s.
...
¿Por qué el entusiasmo del didacta? ¿Por qué la indignación lectora? Se trata de los alumnos que inician el "camino transportado a las 7 de la mañana y lo finalizan a las cinco de la tarde". ¿A dónde? ¿Al campo de trabajo? Extrañas asociaciones vienen a la memoria, máxime cuando se ha hablado de una "racionalidad totalitaria" al inicio del artículo... Asociaciones miserables que no deben ensuciar la sensatez aristotélica de un antes y después en los cambios según el tiempo de los relojes, el único y el humano...

10 de noviembre de 2007

Razones

-¿Por qué esa afición -tardía, rara- por las imágenes? No sirven para rescatar ninguna verdad: no la hay, ese pozo está seco, del todo---

Si acaso son conmovedoras, sentimentales, un intento ya sé que frustrante de retener justamente, fuera ya del tiempo---

Se era feliz con mínimos hechos y gestos: el derecho a leer y escribir, el orgullo del padre, los cigarrillos, los textos y los libros subrayados---

Pobre, tenía la posibilidad de soñar; consumidor libre, los ojos se pasean por un territorio desolado: ¿la edad?



***
(Granada, circa 1986: Hume, De la moral y otros escritos, CEC, 1982, p. 9)

M***, hace unos años

Un orden, un espacio doméstico pasado que se recuerda con cariño---

Capitalismo avanzado, razón realizada

Felicidad: no como un estado, ni como una actividad... sino como un tránsito o momentáneo residir en (no) lugares sin identidad, ni memoria, ni relaciones---

Autovías y centros comerciales consagran el sábado: la fiesta, la excepción, el ocio---

(Entre el viernes y el lunes, y un insulso domingo de espera aburrida, o de inquietud, en la ribera del Jarama---)

Para esta felicidad maximizada (faltan nuevos hallazgos tecnológicos) los riesgos están calculados: se trata de un cálculo matemático o económico (es lo mismo: igual disposición para la abstracción, el control, el olvido) que no tiene en cuenta el lado oscuro, que no tiene en cuenta nada más que los paraísos artificiales del consumo, las galerías y pasillos de aire enviciado y estupefaciente---

Sí, un hombre que compra podría ser un hombre que sonríe---

Independientemente de lo que consuma, pues puede tratarse de un objeto (libro, película) que represente el horror---

Los espacios de gran consumo han logrado recrear apropiadamente la ilusión de realidad (pues no son lugares realmente reales, que son aquéllos en los que vivimos, trabajamos y sufrimos de lunes a viernes): en el segundo piso del enorme centro comercial no le queda a uno más remedio que sorprenderse cuando ve el enorme aparcamiento al otro lado de los ventanales, a la misma altura. Para aclararse la ilusión (yo he dudado: no sabía en qué planta estaba) no se precisa más que salir a mirar: es una segunda planta de aparcamientos, al aire libre, a la que se accede directamente desde la carretera, aprovechando la disposición del terreno y que el centro comercial se encuentra enclavado en una especie de falda o barranco---

9 de noviembre de 2007

Utopía

-Por supuesto. ¿Cómo voy a negarme yo a la idea de la mejoría de las cosas? Sólo que hay efectos "colaterales"---

(Alain Peyrefitte, Cuando China despierte..., Plaza y Janés, 1974, p. 227)

La tentación del bien es tan o más demoníaca que la del mal: la resolución firme de enmendar la plana al Creador (Dios), o al Increador (la Eternidad)---

Lea Vd.


Compruebe cómo el diablo puede servirse de los buenos propósitos---

Fíese de I. Illich, de la antiilustración, de los buenos utopistas---


Esplendor y miseria

Quise hablar y me falló la cámara---


Sinceramente, la culpa es mía, pero no sé muy bien por qué---

***

Lecturas:

Daniel Bell (El fin de las ideologías), Sebald (Los anillos de Saturno), Evans (El III Reich en el poder)---

Anoche mediosoñé que seguramente habría sido una persona feliz si no me hubiera dedicado a presuntas tareas intelectuales, para las que no me siento capacitado. Es más, pienso que aún podría ser feliz si olvidara esas tareas como ridículas---

Olvido



***

Enseñar:

Que el sentido de la vista ha sido privilegiado a lo largo de toda la historia de la filosofía---

Que la idea (paradoja) de un conocimiento auditivo depende de la práctica cristiana de la confesión, dependiente -a su vez- de la desaparición de la mirada, de la disolución (deseada) del cuerpo, de la penumbra, del recato---

Que una práctica coherente con la determinación visual primera del pensamiento occidental requiere -para ser fructífera- de una decisión de convertir el lenguaje (resto parasitario del auditus) a figuras visibles: los símiles y metáforas platónicos no deben ser transformados, y por ello falsificados, en palabras; sino que, a la inversa, las palabras, las frases, los párrafos y los textos deberán ser transformados en imagen, restituidos a la carne del mundo, y al asombro de los ojos (origen del mito, del habla, de las fábulas)---

8 de noviembre de 2007

La tentación de Lord Chandos

Callar, cuando hablar o pensar resulta imposible---

Pero: un apunte para un concepto mínimo de significación (personalmente entendido). Así: la clase mayor, en la que el juicio subsume los hechos particulares, puede dispersarse en núcleos o bases de la significación. De ahí la pertinencia de las denominaciones; y también la dificultad de la comprensión---

Lo anterior, que puede ser perfectamente trivial, se sostiene en algo que no lo es de ningún modo: el funcionamiento social, axiomático, no puesto en duda, del lenguaje. De tal manera que las frases del lenguaje natural se corresponden con los teoremas de los lenguajes formalizados.

Por lo que no hay filosofía posible del lenguaje que no se base en una metafísica: en un asombro, logos o dificultad---

Vayamos por partes...


... , detenidamente, contando y recontando las palabras---

"Es necesario pensar sobre la gramática del tiempo escolar": El espíritu tardorromántico, ensoberbecido por una sobredosis de Rousseau sin hielo (hay que ser muy hombre para soportar ese ardor), no tiene miedo de coger el bisturí y disponer sobre la mesa a los sujetos/objetos de los que se ha decidido su descalificación temporal. Que sólo ocupen, por tanto, el espacio de la mesa de operaciones, concentrados, pálidos, muertos de miedo. Porque el pensamiento viene de arriba, de una gran verdad y un gran corazón; y qué cierto es que si no se ejerciera ese metapensamiento y ese metalenguaje (¿Doblepensamiento?, ¿quién ha dicho eso?, ¡a ver si se atreve a decírmelo a la cara!, ¡a mí, que soy todo un científico social que chorrea wissenchaft por los poros de la piel!) la civilización entera desaparecería conforme se pone el sol por su punto obligado, y con ella esa cosita tan cara y poco agraciada que es la escuela. Agg!, la escuela, para que deje de ser tan fea tendremos que aplicarle ración tras ración de cosmética gramatical y embadurnarla de palabras de prestigio, afamadas por Nos los Ilustres paseantes fijos del Jardín de Academos (¿Doblelenguaje he oído?, ¿quién es el blasfemo sacrílego y reaccionario que ofende mis oídos de doncella manchada en su pureza que está escondida detrás de una coraza de cristal escamosa de sabio?), Nos los pedagogos, metaeducadores y clientes fijos de la situación ideal de habla (¡por favor!, que guarden silencio los malditos desafectos, y ¡sí!, mil veces malnacidos y autoritarios y burocratizados y malvados), que dormimos por la noche en el gran hotel Comunidad Ideal de Comunicación, en habitaciones chic donde el tiempo pasa tan despacio que se paladea, porque nuestro tiempo tiene sustancia: memoria, presencia del presente y esperanza del futuro. No como en la escuela de los autoritarios comeinsectos matatiempos, portadores cuasiirracionales de un "tiempo fugaz" que Yo, el Gramático, estudio y condeno a la mayor gloria del Tiempo, que me coincide con la Eternidad y la Razón: lo fugaz no es y, como virtual nada, no se puede decir que sea otra cosa que irracional (me salen por la frente perlas del sudor del saber que pasó por Jena y no deja de veranear en Jerusalén; pero ¿quién dice esto?, me parece que he sido yo, alguien habla por mí, y no puede ser eso que dices tú, mi archienemeigo, no puede ser esa Ideología que dices porque yo sólo soy sabio y puro desinterés)---

" ... una racionalidad totalitaria y miope": Buenas, soy el que interrumpía, el archienemigo del Archisaber, odiador sempiterno de gramáticos resecos, que ven la fugacidad del tiempo en el espejo mezquino de su corazón. Aunque no manejan sólo un espejo engañoso (no son tan ingenuos como para ser pacíficos y meramente proyectores de un odio íntimo). Se sirven también de un martillo de palabras groseras y malintencionadas, capaces de emporcar la sencillez y el don de enseñar y aprender. ¡Nada menos que una racionalidad totalitaria y miope encarna en el maestro modesto que asiste "puntual" (signo sin equívocos de burocracia, autoritarismo, linealidad y pobreza conceptual) a su trabajo. Y el inocente leedor y glosador que se maneja con el texto, ese cliente que compra en las expendedurías del saber del saber (la pedagogía) no tiene más remedio, asombrado por las grandes palabras ("totalitaria", TOTALIDAD, TOTALITARISMO; racionalidad totalitaria, CAMPOS DE CONCENTRACIÓN, exterminio, escuela = muerte, ilustración = antilustración, maestro = enemigo del pueblo, de la verdad y de la vida), derretido en el fuego del amor revelado en un momento que él ya no se esperaba, a este pobre ser no le queda otra posibilidad -me digo- que salir a coger maestros como si se las hubiera con mariposas (ha llovido, y la naturaleza otoñal es pródiga en esos bellos seres) igual de fugitivas que la carencia temporal de la escuela, y clavarlas en la red conceptual. Y luego a ese crimen lo llama vida.

Errores de juicio

La urgencia de dictaminar sin esclarecer los hechos: la imposición paralegal de este tipo de obligaciones.

Todo según el rumor---

***

También: la continuidad indisputada entre público y privado, entre las calles y el régimen de las instituciones---

7 de noviembre de 2007

Sobreentendidos

Como ese difuso sentimentalismo cristiano, que ha olvidado que lo es, y se complace en un disparate lógico: el de pensar que para cualquier situación individual o colectiva siempre se encuentra algún particular que es el responsable, i. e., la causa. Dado que las situaciones problemáticas parecen potencialmente infinitas, se puede concluir que cualquiera puede convertirse en el causante de algún mal.

Todo esto, que es el mayor de los absurdos, echa por tierra lo que debe constituirse como la verdad primera de nuestras acciones: sólo uno es responsable. El resto, la profusión de razonamientos exculpatorios, no representa más que cobardía.

Así, sobreentendido tras otro, sin leyes escritas de anticuados Moisés que las muestren, vamos acatando las más extravagantes suposiciones sobre el curso de las cosas: mis pobres hombros ya no son los dueños de mis acciones (algo sobre lo que no cabía discutir) sino la explicación (política) del curso del mundo.

La sima

(Jaume Martínez Bonafé, en Escuela, 18 de octubre de 2007)

De entre los efectos más devastadores de la ideología uno que merece destacarse es la posición de ciertas opiniones como si hubieran de constituir las proposiciones protocolares del ideal de la ciencia unificada (si no me falla la memoria)---

Lysenko no ha muerto para el tardorromántico que fía los resultados de su ciencia, académicamente fundada, a la condena o salvación de los hombres: Cristo, Rousseau, la pedagogía---

6 de noviembre de 2007

Django Reinhardt...

(Foto que aparece en el Dictionnaire du Jazz, ed. Robert Laffont, Paris, 1991, página nº 20 de las láminas encartadas en el texto)
... & Stephane Grappelli---

-¿Por qué no los escucha, hombre? Si es muy barato y habrá pocas cosas que le puedan hacer más feliz... barato como el aire, y bueno...

Reglas

Tendrá que resultarle siempre inexplicable la conmovedora comprensión hacia las circunstancias de quien incumple, conociéndolas, sus obligaciones; inexplicable el aire de perdón con el que el descreído, en otros ámbitos, abraza al pobre infractor, que mientras tanto sonríe y seguirá sonriendo por toda la eternidad. Puesto que ha alcanzado el cielo en la tierra: en efecto, aquello sobre lo que, según la regla, debería caer un manto de desprecio (y, si somos benévolos, de olvido) es abrazado, al contrario, con un aliento cálido.

No habría nada que objetar a los comprensivos, si se limitaran a señalar que el mundo funciona según una medida diferente a la que se suponía: que, por lo tanto, la mentira, la traición y el crimen (un desliz que uno se perdona a sí mismo ya es el inicio de una carrera delictiva) contribuyen a traer el mundo-feliz-ya-ahora.

Pero no se les puede perdonar la incoherencia de mantener las buenas formas: parlamentos que excretan sus leyes, tutores que escupen su moral, todas aquellas imposiciones que luego son sistemáticamente ignoradas, salvo por aquellos individuos que tienen que quedar como idiotas que no entienden la verdad, y todo esto saturado de sonrisas y asquerosa tibieza.

Pero milagrosamente voy entendiendo (la mano que escribe informa al cerebro), o sospechando que se ha decidido que la entera maldad que ha de tenerse por bien viene ya contenida en la misma publicidad contradictoria de unos mandatos que, superficielmente, siguen ciñéndose a la tradición; y no es ya que haya hipocresía (que puede ser la otra faz de la tibieza), sino el mismo tejido enredado consecuentemente (general y sin excepciones) de verdad y falsedad: así, el que pronuncia la sagrada palabra "deber" ya ha pecado en su mente, pues no cree ni sabe ni quiere conocer siquiera aquello que está blasfemando su boca. Que no puede ser sino blasfemia el quebranto o ignorancia a sabiendas de la sagrada majestad de la moral.

5 de noviembre de 2007

Por la mañana

"Sueños
Los propósitos que uno decide con la nítida luz de la reflexión (de noche, a solas) se quedan en nada: el lenguaje es social---"

La fuerza de las conversaciones nos obliga a ablandarnos. Yo soy muy blando---

Imágenes

La fluencia de los recuerdos no siempre resulta inteligible, ni siquiera para quien recuerda---

Mucho menos ha de comprenderme el otro, vaya o no conmigo---

Actúan (en las cosas que vamos recordando) mecanismos asociativos bien conocidos (siempre tuve por sabio a William James, de quien nada sé), aunque luego el funcionamiento de la memoria, del lenguaje que la traslada a la consulta pública, parezca no obedecer a ningún orden---

...

Un ejemplo:

Vestía ya de negro, como si tuviera que guardar luto por su persona. Hacía tiempo que no le veía. Al verle, no supe si alegrarme: porque no paseaba por este mundo---

Se tiene que pensar como Hans Mayer (Jean Améry), con un resentimiento fundamental hacia los acontecimientos---

El tiempo acaba claudicando (los relojes no, son los cuerpos los que se vencen): de quien actuaba sólo se conserva la fachada de una casa que tiende a caerse a pedazos, sobre la acera---

...

Pienso en todo esto ojeando un libro de las fiestas, observando como los antepasados se parecen a nosotros: en las fotografías en blanco y negro---

Ideología y violencia


Daniel Bell, El fin de las ideologías, M.T.yS.S., 1992, p. 35

Sueños

Los propósitos que uno decide con la nítida luz de la reflexión (de noche, a solas) se quedan en nada: el lenguaje es social---

4 de noviembre de 2007

Ikiru, en clave

Se me ocurre este título en japonés (Kurosawa), para soltar que la conciencia se desata demasiado tarde, sin remedio. Mirando desde el puente, en el lugar en el que, cuando pasé por primera vez, dos extranjeros grababan con la cámara de vídeo, mirando yo ahora las luces algo alejadas de la feria, el sonido que llega amortiguado, en medio de un silencio relativo, a pesar de la hora festiva, pienso -soy consciente- en una lengua que se ha secado (un cauce sin agua, como el que pasa por debajo), en el anonimato de los viandantes que se cruzan con orden aceptado (en el mío propio: en mi anonimato, no en mi orden), y en que daría igual fijarse en las luces del pub, al final de la avenida. Sólo una luz que llega casi apagada desde la ventana, a cien metros de donde estoy ahora, y al abrir la puerta el estruendo de la música de los altavoces se me vendría encima, para nada.

Dialéctica

Ese lugar pensado en que se produce el salto en el punto de vista---

O no se produce---

Nuestra devoción

El paisaje: el lugar, los hombres---



Omphalos

El No del mundo

Definiciones

Libre de dudas, entregado al asombro -objetivo- por las cosas, podría mantener la ficción de los finales felices: un relato logrado.

Críticas escolares: El fin de la educación

En este libro, el teórico de la educación norteamericano Neil Postman, fallecido en 2003, plantea una serie de interrogantes acerca del lugar y significado de la escuela (empleado el término con un sentido genérico), a finales del siglo XX. La edición original del libro, en inglés, es de 1995, pero esto no impide que las cuestiones debatidas en el texto puedan tener vigencia plena en esta primera década, no lejos de su final, del siglo XXI. Como tampoco debe ser un obstáculo el sesgo estadounidense de las historias y los problemas contados. El título del libro contiene una ambigüedad que va a dar sentido a las aportaciones de Neil Postman: "fin de la educación" en tanto desaparición posible de la institución escolar, y de sus funciones socializadores, sustituida por otras instancias educadoras, como la tecnología; "fin de la educación", también, una vez que la escuela se podría quedar sin su clientela puesto que no existe ya un "público" al que mostrar (enseñar, integrar en) una cultura común, una vez que la idea de un mestizaje intercultural se ha quebrado en el relativismo de los guetos y las diferencias étnicas, y que el "crisol" se ha transmutado (por indebida alquimia) en relativismo cultural y en imposibilidad de diálogo entre ciudadanos de múltiples procedencias. ¿Qué ciudadanía?, cabría preguntar, sin esa integración que prometían las instituciones educativas y que era lo que justificaba su existencia social. De eso se trata, en segundo lugar: del "fin de la educación" en tanto que cuestionamiento de su legitimidad y necesidad de ofrecer respuestas, a partir de las narrativas que históricamente orientaron el funcionamiento de las escuelas, pero que no son eternas en su eficacia, y atendiendo a las narrativas (otras, diferentes) que puedan dar nuevo valor a ese escenario más o menos regulado del saber que son las instituciones públicas de enseñanza. Estas "narrativas" se construyen, es evidente, con el material que proporciona el lenguaje, tejidas con unos elementos discursivos privilegiados como son las metáforas. De esa manera, con nuevas metáforas y nuevos relatos en los que se integran, la escuela servirá de plataforma de discusión para asuntos de tanta relevancia como los deberes que tenemos unos hacia otros y hacia la Tierra en general, la construcción lenta y nunca definitiva ni dogmática de los conocimientos científicos, el respeto hacia la diversidad enriquecedora en las creencias y en las costumbres, las posibilidades y riesgos de unos desarrollos tecnológicos aceptados acríticamente en muchas ocasiones, como si hubieran de constituir el horizonte utópico del ser humano, y la panacea de cualquier aprendizaje. Se comprenderá que en un libro que se propone la necesidad de unas narrativas capaces de dar sentido a la tarea de la enseñanza, desde primaria hasta la universidad, el lenguaje que normalmente se usa inadvertido se constituya, a su vez, como uno de los puntos principales que hay que discutir. Pues bien, se puede pensar que es en ese aspecto en el que las escuelas encuentran aún su validez actual, y es previsible que siga siendo así en el futuro.

3 de noviembre de 2007

No es mala idea...

... para un examen:



Neil Postman: El fin de la educación, Octaedro/Eumo, 1999, p. 215.

Este lugar...

... no podría ser, en rigor, habitado. Pero constituye un modelo (ejemplar) de la ambición de la voluntad humana. Una síntesis de eternidad y futuro, de naturaleza y técnica.





Casa Farnsworth: Mies van der Rohe (Fotografía J. E. Boucher, 1971)

Críticas escolares: Bartleby y compañía

De la decisión de no seguir escribiendo, y en definitiva de la opción por prescindir del lenguaje y el pensamiento, se ocupa este texto de Vila-Matas. El escritor inicia con este libro (que no sabríamos si denominar novela o ensayo) su personal aproximación a la posibilidad de una renovación de la narrativa que salga de los cauces acostumbrados, en la forma como en el contenido, del realismo social (que no socialista). Los intentos no vienen ex nihilo: no se está diciendo que no se hayan conocido experimentos formales en la narrativa española de las últimas décadas. Lo que ocurre es que siempre se había mantenido una última reserva, consistente en la clara demarcación entre lo que pertenece a los textos de ficción y lo que pertenece a los textos referenciales y, por consiguiente, en lo que alcanza a la manera en que deben ser leídos los textos. La crítica debía hacer, al respecto, de policía de fronteras. La subversión de los límites narrativos en la literatura española, de la metaficción a la autoficción, ha alcanzado en los últimos años del siglo XX un grado de desarrollo que no ha tenido más remedio que ser considerado por los críticos, incluidos los académicos. No se trata, evidentemente, de un proceso que haya transcurrido de forma líneal o fácil. Aquí también las primeras rupturas obraron con cierta timidez: el narrador podía jugar con su (id)entidad, llevarla indecisa del texto a la autoría y a la inversa. Pero las historias seguían ateniéndose a un esquema clásico, en el tema o en el tratamiento, de tal manera que una vez conocida la clave del juego uno podía seguir sin mayores dificultades los argumentos del texto. Echábase en falta, fuerza es decirlo, una voluntad más riesgosa, que no se achantara por escrúpulos de fronteras textuales (entre ficción, por una parte, y realidad de común experiencia, por otra) y que, desde la obra misma, confesara, a sí misma y al lector, su voluntad rupturista. Es decir, en el fondo, que hiciera cobrar conciencia de la seriedad que se contiene en el juego de la escritura, su obligarse a reglas incluso cuando las quebranta. Además, y es lo más importante, el sujeto que se responsabiliza, en el texto y desde el texto, debía cobrar unos perfiles mucho más enriquecidos que los que, hasta el momento, había ofrecido al público lector. En primer lugar, debía hacerse europeo, inscribiendo sus aporías en el marco de una cultura narrativa (artística, en general) de vanguardia que ha marcado lo mejor del siglo XX. En ese intento, que pasa por adoptar las diversas concepciones críticas y metacríticas acerca del estatuto ontológico del sujeto, y que podríamos relacionar con el trabajo de la filosofía lingüística, en torno a la obra de Wittgenstein, en ella, desde ella y contra ella, así como con otras reducciones, psicológicas, antropológicas o sociológicas, practicadas en el terreno de la espectacular racionalidad del ser humano, en ese intento -digo- el siglo XX no puede querer tener la patente de total originalidad creativa. Es el caso de Hermann Melville-autor y de Bartleby-personaje, presidiendo desde el título el empeño de Vila-Matas por deshacer límites y enriquecer, conforme a lo que demanda el tiempo histórico, el sujeto que vive y narra, con la mixtura de palabra y silencio (aunque a Vila-Matas -¿o es al narrador?- no le guste el dichtung final de Wittgenstein en el Tractatus) que se representa en algunas de las más interesantes obras narrativas de los últimos siglos: Melville, por supuesto, y luego el estallido, Walser, Kafka y todos los demás, conformando una nueva tradición que no pretende escribir la obra, sino los comentarios -notas al pie- a un texto inexistente por imposible. Dentro de esa tradición se encuentra el estupendo libro de Vila-Matas.

2 de noviembre de 2007

Laroya

Los hombres, el cielo---


Incluso...

... un día sin relieve, estéril en pensamientos (actividad, alegría) merece ser contado. Volcado al mundo, se vive.

Vuelto hacia lo otro, lo que distrae, lo objetivo---

Sin (demasiada) historia

Visita (no yo) rutinaria al médico. Malestar mío (aprensión, o no).

Se aprovecha para acercarse a la biblioteca: devolver cds, sacar otros (Bill Evans, S. Grappelli & D. Reinhardt). El jazz es la novena o la décima maravilla (Bill Evans, ahora). No sé por qué ese número.

Darle vuelta a las cosas, es absurdo, es inevitable, aunque se sepa que no merece la pena.

Dormir, soñar, leer: Neil Postman (El fin de la educación). Casi acabado. Pendientes Evans (El III reich en el poder) y Sebald (Los anillos de Saturno). La conciencia de ser un mal lector que no asimila los alimentos. Luego me da igual y me digo que de la cantidad saldrá la calidad: la ventaja de no pensar, algo así.