(O de la virtud de los cobardes, los cómodos, los yoes innumerables de las cities oh yeah!)
Del Ébano de Kapuscinski, del libro de Gauchet sobre la "historia política de la religión": una impresión de vivacidad común, la percepción con la que correspondemos a una vida que se impone con una fuerza desproporcionada a nuestras propias fuerzas---
Mal acostumbrados como estamos a papá-estado-de-bienestar, nos da por sentir miedo cuando vamos a lavar el coche, que iba vergonzosamente sucio, y vemos caras extrañas y no muy bien dispuestas: lo confieso y es una nueva vergüenza (la posibilidad de morir por el empeño de querer recordar cuál era el color original del coche)---
Si se fuera la luz durante una semana, nada más que una semana, todo el castillo de naipes de la hipertecnología y las good manners se iba a pique. ¿Menos de una semana-estoy oyendo, y cuando miro a ver quién ha hablado observo su sonrisa como diciéndome que soy un iluso optimista? Pues más a mi favor---
***
Esta maravilla de la tecnología francesa, irrepetible, que se puede ver guarecido bajo umbroso arbusto, es él, el protagonista de nuestro tiempo, con cualidades de héroe y aspiraciones de dios---
No me resisto a ofrecer (un fragmento de) su particular belleza, gris sobre gris---
***
Transparencia, virtud de la hora---
La virtud pública no cotiza: sírvase la vida privada---
No hay comentarios:
Publicar un comentario