23 de enero de 2007

Tesis 11, WB

(21 de enero de 2007)

Se nos ha pedido que seamos obreros alemanes: ajustarnos al futuro, ciñéndonos a su cara presente (eso es conformismo).

Realmente, el obrero (productor-consumidor) alberga la ilusión de la ciudadanía, de la aspiración utópico-solidaria a la ciudadanía mundial, a la paz, el reino de dios.

Pero no sé si resucita la moral protestante del trabajo -¿no resucita, más bien, la moral del descanso, del ocio, del siempre es domingo?

El trabajo es por igual la redención y el mesías, el cuerpo social y el cerebro, máquina y fantasma: los bienes completos -es decir, la felicidad, la visa absolutizada- han de provenir del trabajo. Por el socialismo a la fe!

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Progresos del dominio de la naturaleza, confrontados al retroceso de lo social. Aquí se asiste a una contradicción aparente: un modo de producción avanzado, subsidiario de una barbarie renovada (feudalismo, incluso esclavitud del día -(?)-).

Un concepto positivista, técnico o tecnocrático de naturaleza se adueña de la cultura, propicia una (falsa) ilusión de libertad, lo que desemboca en el fascismo (en una petición cínico-autoritaria de un significado verdadero, positivo of course, de libertad).

Contrario a él, un concepto soñado y poético de naturaleza, que invierte la lucha por la vida y su consecuencia inmediata: ya que lo salvaje está ahí para ser dominado, sobre eso tienes todos los derechos, dios te los concedió. ¿Qué precio se debe pagar por que todo no sea gratis? ¿La poesía?

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(El año de la muerte de Kafka)

Una vez que el paso del tiempo ha cumplido su función, una vez que ha podido destruir la falsedad de las ambiciones -los materiales innobles que hienden la tierra-, dando en su lugar una forma bella, armoniosa -hasta en el color, fundido con el de la tierra en torno-, cuando todo ello ha ocurrido, destruyéndose tu memoria, tu capacidad de hablar, tu persona... sólo entonces puedes creer en la restitución, en el pago de un deber (la deuda universal), lo cual salvará lo existente en su adecuación a lo que es.

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(23 de enero de 2007)

¿Por qué tu sueño de Kafka? Una representación vívida de un personaje humano comunicándose con su criatura, que te resulta familiar en el sueño. En efecto, el odradek. Ahora no puedes recordar la aniquilación del creador, pero sí -aún- la del objeto: reabsorbiéndose en sí mismo, metamorfoseándose hasta quedar en nada. Posiblemente, él desaparece de una manera parecida: tal para cual. En el sueño le comunicas a ella que la película que estás viendo (sí, es una película) es una representación de un cuento de Kafka, una traslación narrativa de un objeto increíble. Parece tratarse de un episodio de una serie dedicada al autor checo, por otra parte. Despierto, luego, cuentas el raro sueño: el autor que has soñado.

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