Razones para el odio:
Cuando vayas a buscarlas, escucha o lee las palabras de tu enemigo. Con la primera de ellas que te parezca postiza ya habrá terminado tu trabajo: logrando que tu sentimiento se torne en desprecio (como a veces ocurre ante el pelotón de ejecución). Si no encuentras la palabra inexacta, habrás ganado un amigo. Pero esto último, la ausencia de fallos, me parece bastante improbable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario