23 de julio de 2008

A mediados de los 90...

... , en realidad desde principios de los 90, supimos que todo seguía siendo posible en Europa: bastaban el fanatismo, la indiferencia, la cobardía, la conveniencia. Bastaba con que fuéramos la especie podrida, en Europa más podrida que en ningún sitio. Sí, demonizábamos a los serbios (Handke dixit), siempre estamos demonizando, porque somos tan ignorantes que el inquisidor nos sale en cualquier momento. Demonizábamos a unos, dejábamos que murieran otros. Uno, yo mismo, con años y desencantado, recuerdo una de las imágenes (no se recuerdan experiencias, sino mediaciones de la prensa) más vergonzosas de la guerra balcánica, y no tenía como protagonsita primero a RK (aunque mi memoria es traicionera), sino a Mladic conquistador de Srebrenica, brindando con el comandante holandés de los cascos azules, brindando éste con aquél (qué remedio!), que es lo grave y el insulto y escupitajo en la cara de la pútrida Europa. Horas antes del crimen, de los miles de crímenes y la gran fosa de Srebrenica. Supongo que el militar holandés era un mandado de la cobardía ajena, pero yo -en este caso- echo de menos el bushido.

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