24 de octubre de 2007

Aquella mujer...

..., Paz Otrego, conoció la única posibilidad de una forma de vida diferente en un período (un año o dos) que no podía calificarse de feliz. Respondía el lenguaje, exento del cerebro. Nada más que una reacción química -pensó después.

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Deberíamos proceder en nuestros asuntos del día con la misma metódica lentitud que el sabio físico Niels Bohr. Con las mismas dudas.

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