Tras la frente, dos o tres ideas de belleza, una vez que se hubo desencantado el mundo---
El hombre ya no aspiraba a trascendencia---
Intenta, con los ojos, hendir el cristal del botellero vacío de enfrente, en el bar. Y sólo ve su gesto mismo reflejado, los ojos fijos, la mirada que no se encuentra. En otro momento se habría atrevido a mirar a la mujer rubia y guapa del otro lado de la barra, ocupándose de la niña---
En la calle, un perro cumple el rito universal de ladrar al gato del contenedor de la basura. Se me queda un instante mirando, y yo (pero sólo por otro instante) estoy tentado de decirle que se confunde, que yo no soy gato---
La niña, en brazos de la mujer mayor y un poco tronada, señala hacia las gotas que bendice el cielo, la bendición en agua, en lo que consiste su manar eterno (el del cielo) y aquí, en esta tierra, tan desacostumbrado---
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