15 de septiembre de 2008

Método seguro...

... para arruinar casas editoras: traducir del francés los Diarios de Amiel. No un confortable florilegio, no. Demasiado sencillo. Los cuarenta volúmenes (medianejos; en total más de quince mil páginas: empresa de publicarlos que inició en 1976 L´Age d´Homme) de lo que escribió Mr. Amiel para no vivir y tener que escribirlo (inscribir su inexistencia, oh la la!). Aparte de la ruina, supondría la tortura de la crítica académica del presente (por la obligación de leer), pero una delicia para el lector futuro (tout Amiel accesible).

Ahora bien... si los riesgos se diversificaran... Pero ahora (hoy, en el próximo futuro) me parece que no.

***

Impotente, frustrado, neurótico obsesivo, dejado (procrastinador), indeciso, peterpanesco (en adolescente), amargado, depresivo, medio psicótico, solitario, esquizoide, abúlico, incapaz de hacer frente a la vida... He aquí los rasgos de la resumida etopeya de Amiel que aparece en J. Le Rider (Journaux intimes viennois, Puf, 2000, pp. 95-96). Rasgos despreciables que nos tienen que hacer amar a Amiel como a un hermano o el espejo de los días nuestros.

No hay comentarios: