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20 de agosto de 2010
Me preguntaba, II
Yo aún era demócrata, creía en esa religión. No podía pensar que un interés económico (sé que existió el imperialismo, eso sí) podía precipitar una guerra injusta en la era de la información. No podía creer que ése fuera el motivo. Mucho menos se me pasaba pr la cabeza que hubiera que renovar (gastándolas primero sobre cuerpos vivos) el stock de armas. Me podía consolar pensando que había una opción por la democracia en se lugar (yo aún era demócrata, creía en esa religión). Como los argumentos me parecían falsos (armas de destrucción masiva que nadie vio nunca) yo, como casi todos en este país, sentía repugnancia por la guerra injusta (ahora me lo parecen todas, prácticamente todas; me estoy haciendo mayor, amante de la paz). Por eso no entendí lo que pasó el 11M ni la ignominia que vino después... porque para mí era una guerra injusta y para los que murieron (el 90% o más) también, a izquierdas o a derechas. ¿Quién salva, este año de 2010, a los muertos de aquí o de allí; a los abrasados, destrozados, mutilados, a los niños y a los viejos, a las mujeres y a los pobres hombres? Ya no soy demócrata, pero sigo sin querer creer (esto va a ser que me sigue moviendo la fe) que entre los motivos de la guerras esté la necesidad de renovar la flota de misiles. Autoficción.
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