Más importante que eso: la alteración paulatina de la noción usual de autopista, la sustitución de su funcionalidad insípida y casi abstracta por una presencia llena de vida y de riqueza: las gentes, los altos, los episodios en sus escenarios más o menos arbolados, actos sucesivos de una pieza de teatro que nos fascina y de la que somos los únicos espectadores. (J. Cortázar, Los autonautas de la cosmopista, Alfaguara, 1996, p. 97)
***
El pensamiento descontrolado constituye una de las actividades más destructoras que existen. Hybris de un obsesivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario