... , del autós: la ontología. Y no está determinada.
***
Autoficción: no puede ser un género. Igual que/Como jurídicamente un notario no puede dejar abierta una cuestión de propiedad.
Pero la responsabilidad es menor en el caso del lenguaje, en el sentido de que hay más margen de juego: y pensemos que un lenguaje no podría subsistir con una continua petición de responsabilidad por lo enunciado, por las frases pronuncidas o escritas. A menos que seamos amigos de generalizar la neurosis.
(...)
A la inversa: el lenguaje no es capaz de determinar la existencia de los hechos: ni del/de los predicado/s ni del/de los sujeto/s.
En ese respecto, la crítica kantiana del argumento ontológico (i. e., de todo abuso de la ontología) sigue siendo perfectamente válida: se podría trazar la más completa descripción de un mundo, la justificación entera de Utopía, y aun en ese caso quedaría lo más importante: mostrar, señalar, indicar la posición (la existencia, aparte del ser lógico, de la forma pensada... )
Por lo tanto: da igual pensar en la "mentira" propia de la ficción que en su condición de "mundo". He aquí la razón: que el mundo sea la verdad (yo, sociedad, naturaleza) es la cuestión a dilucidar. Justamente.
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