30 de agosto de 2007

Evidente

(Testigo válido)

No habría ningún mérito en dejar fluir la inclinación -ésa es la respuesta.

En una situación de facilidad el método no es más que la retórica engañosa con la que se invita a quien no puede seguir.

La obligación representa justamente lo contrario de la inclinación: el paso imposible del "es" al "debe".

Por eso -la imposibilidad- demandado: a una facultad inexistente, la voluntad.

***

Surge, no como el proceso por el que la riqueza, por gracia de sí misma, se despliega. Sino como el resurgir del convaleciente a la luz, su necesidad renovada de aire y de ventanas.

Sin porqués distintos -de lo que dicta- del corazón.

Y no se manifiesta alegría: un estado así tiene que pertenecer a la clase de los acontecimientos casuales.

***

PS.
Un atrevimiento: confiar la verdad -testimonio subjetivo- al que tiene a I. J. Reilly como una cifra trágica y espejo propio de la incapacidad de -para- ser y estar.

a) ¿Qué diferencia hay entre lo ridículo y lo conmovedor?
b) ¿Entre mirar las estrellas y recoger cartones?

***
***

Z. Bauman, Modernidad líquida:

Hay algo resueltamente antipático en el antiindivindualismo de Bauman: como un pronunciamiento paranoico acerca de la invasión de la esfera pública por la esfera privada; y una consiguiente solución políticamente interesada: un catecismo colectivista bastante rancio---

No estoy seguro de si esta impresión es correcta, pero sí se antoja excesivo el desprecio de la idea de responsabilidad individual, el traslado al colectivo del bienestar/malestar individual...

Si todo esto es así, la administración de las cosas y las personas podrá contribuir a una felicidad alimenticia y acrítica. Felicidad a costa de la ilustración (madurez, libertad, saber, ...)---

Sí, es cierto: la realidad de una búsqueda privada de ejemplos privados que parecen públicos sólo por su exhibición mediática (show-men y show-women) obliga a ir con cuidado a la hora de pedir ejemplos imitables de virtud---

La duda que yo albergo es acerca de si y cómo estamos en presencia de una verdadera privacidad, si no estamos cargando los dados del saber social, si las epistemes no han de ser forzosamente neutrales* para ser productivas (como pedía Max Weber)---

No creo que el consumidor sea la figura perfecta y modélica de la privacidad: una privacidad consumidora multiplicada, cuantificada. Pero no es a esto a lo que debe referirse J. Habermas cuando sostiene lo contrario, la invasión de lo privado por lo público---

J. Habermas usa las palabras de otro modo (y dónde si no van a estar los significados de las palabras si no es en las reglas de su uso y en las actividades implicadas): lo privado tiene que consistir en lo más verdadero, en lo individual, propio, puro, espontáneo, ilustrado... en un deber ser de signo humanista---

El infame dictamen thatcherista: "la sociedad no existe". Eso dice Bauman. Y lleva razón. Pero sólo porque la gobernante no recogía una verdad sino una declaración de intenciones. Sin embargo, la teoría política moderna tiende a basarse en la verdad antropológica del infame dichtung: la sociedad no existe... porque nace de un contrato. Tenga esto el sentido que tenga...

* El "interés" confunde: porque selecciona demasiado. Y no se produce el encuentro semántico---

No hay comentarios: