26 de agosto de 2007

No hay que...

... tomar las cosas demasiado en serio. Yerran las interpretaciones.

No hay que tomar el lenguaje demasiado en serio. Ni a los que lo hablan---

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Sloterdijk, El desprecio de las masas:

Buen ejemplo de sociología política histórica, y de antisociología del presente: Hobbes, Spinoza, Goethe, Fichte, Hegel, Marx, Nietzsche, Heidegger, Rorty, etc. son convocados como personajes de un narración extraña que conduce a la historia europea hasta la desaparición de la (alta) cultura---

Y la impresión (lectora) de que la brillantez argumentativa es, a veces, un poco paranoica: ¿Cómo no sospechar, en la exposición de Sloterdijk, la necesidad de un Sujeto daimónico que vaya tomando sucesivas máscaras, cada una de ellas más horrible que la anterior?

Otra forma de decirlo: aprehendo el "cómo", en la medida en que soy capaz de imaginarme que las ideas son los actores y las personas (la masa incluida) los papeles de que se van sirviendo en el teatro histórico... Aprehendo el "cómo", digo. Y no voy a inquirir por el "por qué": sería demasiado vulgar. ¿No sabemos, en efecto, que "Dieu est mort"? Lo inquietante es el "Quién" que, igual que una sombra, va autorizando el discurso del filósofo, puesto que no queremos ni podemos admitir que tanta maldad acumulada sea sin sujeto, sea insustancial---

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