Más allá de la oratoria patriótica, las camisas negras, el saludo romano, la glorificación de la virilidad y de la juventud, el fascismo estuvo siempre desde sus inicios inextricablemente unido al militarismo, a la brutalización de la política, a la necesidad de purificar con la violencia esa sociedad decadente. Empaparon la tierra con sangre. Una historia de ambiciones imperiales y totalitarias, de atrocidad moral. Para pensar y aprender, cien años después. (J. Casanova, en El País)
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1 de noviembre de 2022
Hemerotecas
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