Es una perfecta cuadrícula en el llano, rodeada por un muro más testimonial que defensivo. En la parte que da al sur, una puerta, y al entrar una gran explanada de piedra con unos pocos árboles a los lados. Detrás, las calles regulares. El urbanista hizo bien su trabajo, perfectamente razonable. El vecindario no se queja ni de falta de luz ni de la limpieza ni de la falta de corrientes de aire que limpien la atmósfera. En esta villa no viviré, pero tendré que estar.
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