4 de noviembre de 2022

Dcnv

 Tampoco estará mi morada en esta que sin embargo he visitado muchas veces por la noche, y que creo que no existe. Contrariamente a lo que sucede en los cuadros de aquel italiano, la luz reina por todas partes en la ciudad plana atravesada por un río. No es Córdoba, por lo menos la que yo conozco, la de este lado del mar. Sé que hay múltiples librerías en ella, pero que siempre pierdo la dirección, todas las veces que la visito. Una vez, incluso, me llegué a salir extramuros y vi el lago, desde el sendero de un monte. La verdad es que ya no tengo esperanzas de dar con alguno de los establecimientos dedicados al invento de Gutenberg, y me atraen especialmente el de la parte alta, dedicado a la poesía, y uno que está en una calle cercana al río. El otro día, en G., creí acceder a ese mundo por un momento, pero era un espejismo y SP, al lado de la Puerta de E. estaba cerrada. Claro, era el día de difuntos y quizás por eso recordé, aires de familia, el territorio de tantas noches. Pero ya digo que en él reina la claridad.

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