(Una comparación)
Cójase la kantiana Crítica de la razón pura, y/o alguna otra muestra de la más espesa filosofía. A continuación, con el libro en una mano y las tijeras en la otra, procédase a servirse de las segundas sobre la superficie desprevenida del primero. Los trozos resultantes pueden esparcirse al viento.
Ahora, uno puede cuestionarse dónde queda el sistema: si el viento es tiempo, y los fragmentos representan las obras de los presocráticos---
Piense Vd. en Nietzsche como en alguien, un niño travieso igual que el dios heraclíteo, que hizo alegre y voluntarioso uso de la tijera---
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