...resguarda su independencia la venerable figura del cínico. Ajeno a todo, no tiene que conquistar nada, porque nada ha perdido con su llegada. Su destino ha sido el de los escépticos. Mejor dicho: ha ganado su vida detrayéndola de toda ilusión del deseo que hubiera podido albergar en su corazón---
No tenemos que pensar que sea un carácter agradable para servir de compañía: quien ha visto -y es de temer que lo siga haciendo- la sospecha en toda sonrisa, lo que hay de gélido en los gestos de la carne, admira demasiado la suficiencia recién ganada a pulso para confiar en un calor próximo---
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