15 de septiembre de 2010

Creación poética

Se lee como al trasluz, en un entresueño, distraído por le trabajo de los alumnos que se examinan (al moverse, al introducir el pincel rozando la boca del vaso). Un entresueño, o un no acabar de despertar. También llegan otros sonidos de ahí afuera, del mundo: coches, la sirena del cambio de clases. (En verdad mi mundo es muy pequeño, escolar.) Un hombre lee versos (a su edad), y los versos resbalan. No son versos, sino más bien una narración extraña, el mínimo relato que otro soñador soñó. El humo, un recuerdo. Leo un verso y ya lo olvido. Pasa igual que si se fundiera, y no sé si volverá mañana.

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