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Verdú, El estilo del mundo: el sujeto igualado con su objeto, de tanto que lo ama. Carezco del fino arte de las distinciones para desarmar la ironía de las descripciones, ponérmelas delante de los ojos y adorarlas: aquí la estética social, lo que es; allí, la ética. Pienso que no se da -en el texto de Verdú- la posibilidad de lo uno o lo otro, sino lo uno en lo otro, el fondo en la superficie. En algún momento el espíritu salió de su columna diaria y produjo el libro, pero así otorga al acontecimiento -al comment que lo repite- una dureza de sustancia que no le es propia. En el traspaso, de la prensa al libro, se pierde la verdad: o yo soy incapaz de hallarla.
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