Me fastidia no encontrarme esta entrada (del 1 de sept.) cuando le doy al enlace. Ni cuando utilizo el buscador del Google. Es nada, una cosa mínima, pero era lo que yo sentía que podía escribir ese día. La técnica, que me castiga:
En efecto
Eres tú el único que vigilas por ti. Y el que eres no es el mismo que el que era.
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Nadie conoce la experiencia de levantarse escribiendo... salvo si la experimenta. A pesar de la boca seca.
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