21 de septiembre de 2010

Al hilo de los días

Un tribunal socrático:

Proponía un amigo que quienes dijeran estupideces deberían ser abofeteados en la plaza pública. Es evidente que, llevada a cabo la medida a rajatabla, todos tendríamos la cara marcada. habría que establecer un sistema que hiciera la norma a la vez útil o flexible: tres tarjetas amarillas, quizás. Y a la tercera, hale, cabe el pilón público.

¿Es que no? Cuánto crimen se evitaría: se empiezan diciendo chorradas y se acaban cometiendo crímenes o, el otro lado, dictando leyes.

2 comentarios:

Jesús de la Palma dijo...

Muy bueno...

Anónimo dijo...

DE LAS QUE CADA MAÑANA AL LEVANTARNOS HEMOS INFRINGIDO 10 O 12
Y A AQUELLO LE LLAMABAN DICTADURA---
ESTADO PROHIBITIVO, JUDICIALIZADO, HIPOTECADOS TODOS. PENDIENTES DEL DINERO, MOVIDOS POR EL DINERO
EL UNDECIMO MANDAMIENTO NO FUMAR
EL DUODECIMO SI BEBES NO CONDUZCAS
EL DECIMO TERCERO (O TRECEABO QUE DIRIA LA BIBI)...ETC

LAS LEYES DE LOS TONTOS HAN DE ACATARLAS LOS LISTOS...