23 de junio de 2008

Revenge

Cincuenta años de estudio continuado tenían que producir una clase de gerontócratas amargados y con deseos de resarcirse, poniendo a cada uno en su sitio.

No faltaba más! Con lo que me ha costado llegar hasta aquí, hasta el sillón de orejas presidencial de la politeia...

***

¿Qué es lo que está en nuestras manos? (También, por tanto, lo que no lo está.)

No sé lo que significan las palabras.

Nada. No sé nada. Todo me rebasa.

PS. Hace un tiempo tenía el truco de evitar pensar. Pero ahora el pensamiento no quiere irse.

***

Folie circulaire:

"La mala conexión neuronal, resultante, produce el mal."

Aun reduciendo aparece la cualidad temible---

Desplazada, pero insistente: mala... mal... Al revés también.

...

Pero no es a esto a lo que yo me quiero referir, de ningún modo, sino a esto otro: a una compulsión absurda que fija el sentido en el interior, no ya del lenguaje, sino de los diccionarios de uso.

...

No sé -no recuerdo- a qué nos referíamos alguna vez, qué se quería decir exactamente, pero sí recuerdo la idea de la inutilidad de una enciclopedia (de solamente una enciclopedia; ¿aun de una sola edición de ella?) como sistema de (acceso al) conocimiento del mundo.

La imposibilidad del mundo, si Borges encerrado en la sombra hubiera sido su hacedor.

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