... alcanzan su fin, según justicia decretada.
Lo que impulsó -por no decir forzó- a Paul a regresar en 1939 y 1945 /a Alemania/ fue el hecho de que era alemán hasta la médula, encadenado a su terruño prealpino y a ese miserable lugar, S., que él en realidad odiaba y que en el fondo -de esto estoy segura, dijo madame Landau- le habría gustado ver destruido y demolido junto con sus habitantes, por quienes sentía una profunda aversión (Sebald, Los emigrados, op. cit., pp. 66-67)
No hay comentarios:
Publicar un comentario