13 de enero de 2009

Pessoas

Vía blog.

Denegación del cartesianismo, entiendo. Renuncia al camino de la duda. En su lugar, afirmación del fenómeno: "Mas abre los ojos y ve el sol y no puede ya pensar en nada... "

Viene el error de la admisión del pensamiento ("la luz del sol no sabe lo que hace"); el acierto viene de un imposible: de un pensar que se gasta en no pensar, un correr de cortinas ausentes. Ascesis. De la buena. Cerrar los ojos, sí; pero a la tentación del pensamiento que oscurece luces, soles, mañanas. "[P]ensar en razones y fines", ¿para qué?

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Personalmente, pocas habrán sido las ocasiones de felicidad lectora comparables, por paradoja o porque la vida en sí misma es un desastre, a las inducidas lentamente por el pessoano Libro del desasosiego. Porque, realmente, tal libro tiene la virtud de descubrir a los infelices en tiempo de felicidad, a través de una palpable mostración de la cualidad aflictiva de la existencia.

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Ítem más: Pessoa, 3.

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