Leer es como confiar a la mula la propagación de la especie, un sueño estéril. Preferible es ser un poco asno y anotar por escrito. (O sea, ser en el fondo un demócrata, paciente y tenaz, algo sumiso. Porque la memoria del elefante se fía para muy corto. No deja más huella que la memoria que le sucede y por muy escaso tiempo.)
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