El libro, breve aunque intenso, lo que conviene cuando no se tienen que gastar palabras, está abierto por la página 45. El primer verso describe cómo no me siento yo ahora, y seguramente el poeta tampoco, pues escribe en pasado.
El escenario también es muy diferente, pues yo solo conozco la arena azuzada por un viento inclemente.
Pero la arena no lleva a nadie a su destino, no es un vapor ni una barca de remos. A lo más, un horizonte.
Igualmente viajo solo, cuando sueño y cuando temo, descansando un momento en un recodo del desierto.
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