Biunchulján es un intérprete bastante desordenado, inclusive incoherente, del tiempo. Eso sostienen los hermeneutas de palacio. Biunchulján ha heredado la cátedra de Filosofía Mediática que ocuparon otrora próceres del pensar tan descollantes como Erich Fromm y Zygmunt Bauman. Desde este lado del libro bastante tenemos con implorar la presencia de exégetas de los exégetas.
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