El deseo no coincide con el estado real, ni la memoria se entrega a la voluntad cuando ha corrido el reloj.
Son tres los libros que han desaparecido de la biblioteca privada, arrojados al olvido, del mismo autor desconocido.
Uno de ellos contiene el comentario, bastante deshilvanado, de una novela notable. Pero como material de trabajo, cascotes de erudición reutilizable, puede servir a la demandante.
Me lamento con amargura, y tengo que contarlo cuando despierte. Pero recuerdo y deseo no se acompasan.
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